La condición Posthumana
Artista: Adolfo Vásquez Rocca
Galería Espacio expositivo ITACA, Málaga
Artista: Adolfo Vásquez Rocca
Galería Espacio expositivo ITACA, Málaga
Exposiciones como la que ahora nos ocupa, nos sitúan ante un hecho sociocultural que reclama una reflexión exigente capaz de orientar hacia el interior. Si la pintura, como pensara Norman Bryson, tiene algún poder intrínseco, que ejerce su propio territorio, ese es el exceder las fijezas de la representación; un sabotaje se produce entre la mirada y el vistazo, en un desplazamiento hacia el placer que aporta el cuerpo del pintor a la superficie bidimensional:’el cuadro puede estar eclipsado en sus propias representaciones, puede desaparecer como un dios, en la abundancia de sus atributos; pero es hacia fuera, desde su musculatura invisible, y no hacia adentro, desde su mirada ávida, hacia donde fluyen las imágenes’.
En una referencia analítica de las obras concretas que se nos presentan en esta exposición, observaremos que ellas componen un amplio abanico de posibilidades de las pocas tendencias de nuestro, por otro lado, casi inagotable actual lenguaje plástico se escapan. La hibridación de objetos la realiza Adolfo Vásquez Rocca con una fuerza, de veras impresionante por la originalidad de su inventiva y por el cúmulo de sugestiones que acarrea.
El estilo de este artista transita de una manera muy particular por la ‘nueva figuración’, no es un simple nuevo realismo al modo de la tendencia concreta acuñada por Pierre Restany; nada hay que sea caprichoso, sino que todo está animado por una intencionalidad y alumbrado por una conciencia lucida. Es realmente un arte crudamente realista, aun cuando no se trata una representación, o mera ilustración cosmética, sino de la presentación de una realidad que por momentos deviene incomoda y corrosiva, un poco como Bacon y otros autores de la Escuela del Desastre. Por esto la obra que aquí presentamos no es sólo una crónica de nuestro tiempo y nuestra condición post-humana, sino también un estigma de la circunstancia, una exudación extra-estética y anestésica al modo de recursos farmacológicos que nos permiten enfrentar la realidad diluida de su amenaza y sin coartadas dramáticas. Es, precisamente, esta función de diagnostico de época y estrategias de sobrevivencia lo que determina el valor polisémico y multilineal de de esta Exposición que a través de miradas provocadoras e interpelaciones invitan al dialogo con la obra.
En Adolfo Vásquez se cumple una vocación decidida de hallar un lenguaje plástico adecuado al descontento con la posmodernidad y los vicios del mundo moderno; de partir de una idea crítica para desarrollar una obra contundente en la que la anécdota cobra una dimensión universal y cuya lectura es un invitación a adentrarse en un simulacro cuyo efecto es el de la perplejidad al constatar que vivimos en un universo extrañamente parecido al original, donde -las cosas aparecen, como señalaba Baudrillard, replicadas por su propia escenificación.
Susana Hermoso-Espinosa García
Curadora | |||
[+] Adolfo Vásquez Rocca (Valparaiso, Chile), e-mail: adolfovrocca@gmail.com
[+] Datos personales y currículum vitae
GALERÍA SÓNAR
"Cuando quiero alcanzar al otro alcanzo su opacidad." Emmanuel Levinas
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía por la Universidad Católica de Valparaíso, Postgrado en 'Estética y Pensamiento Contemporáneo' en la Universidad Complutense de Madrid [Departamento de Filosofía IV]. Profesor de Antropología Filosófica y Filosofía Contemporánea. Es además, un pensador de gran finura y profundidad, cuyas ponencias y publicaciones reflejan el sólido diálogo que ha sabido establecer con grandes filósofos, sociólogos y críticos de la cultura, entre los que cabe destacar a Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger, Wittgenstein, Rorty y Sloterdijk .
La producción pictórica de Adolfo Vásquez Rocca, tras exploraciones en el arte objetual y conceptual en su vertiente analítica, es otro registro de su trabajo crítico y ensayístico en torno a la condición postmoderna. El imaginario de esta muestra se nutre de los temas de la alteridad y los problemas identitarios del hombre contemporáneo, de su conflictuada relación con el paroxismo tecnológico y su agobio ante el vértigo de la información, así como frente a la excesiva medicalización de nuestras sociedades. En sus imágenes por momentos turbadoras, aparece el trabajo filosófico-antropológico que claramente informa su obra, un dibujo del pensamiento intrínsecamente contenido en sus signos.
Su obra también hace acopio del imaginario cinematográfico, del cine de la incomunicación, desde Antonioni a Wim Wenders, de la literatura fantástica – Bradbury, Asimov, Philip Dick y Bioy Casares-. La nostalgia del futuro. La Antropología de las civilizaciones devastadas, del hollín industrial. Un ajuste de cuentas con las películas que se han visto, una repulsa del esteticismo cinéfilo tras la canonización de Wong kar-wai y su “2046”, una toma de distancia frente al efectismo de cine arte, donde la pena es falsificada por la lágrima, por los estados indiferenciados de la emoción. Las obras aquí expuestas dan cuenta de la hibridación de los géneros, de la escritura o más bien la grafía, con los textos y su proliferación, con su crecimiento cancerígeno en la escritura hipertextual. La morfología y la anatomía se encuentran en una mesa de disección, la que parece ser su paleta de colores o de materiales -mejor aún- de la fatiga de material. De la fatiga de las historias, de la deriva del yo, de su final disolución, tal como lo insinúan la borradura de los rostros en estas pinturas. El hombre que ha dejado de ser humano, para adentrarse en una condición post-humana, el cyborg, el androide -con referencias a la cópula animal-máquina como en el crudo registro de Cronenberg en sus adaptaciones de Crash o El almuerzo desnudo -de William Burroughs-. O tal vez se trate de máquinas célibes. De injertos, prótesis e implantes. La atmósfera de estas pinturas es la de la trasgresión de fronteras entre lo natural y lo artificial.
Sensible a los avatares de nuestra época, el artista se asoma a través de sus obras, en una mirada apocalíptica, a los escenarios de la devastación, a la gestión de la catástrofe. En su pintura se observan sujetos replicantes deambulando en escenarios postnucleares, alterados sinápticamente como consecuencia de la polución ambiental y los elevados niveles de estática que se emiten desde pantallas y monitores sin testigo. Se advierte también la disolución de la identidad en el advenimiento de una era eugenésica en la que el cuerpo de neurólogos y cirujanos se ha posicionado como casta dominante, el gobierno está en manos de obsesos de la experimentación genética. Es la dictadura de la prescripción farmacológica. El eje articulador de la muestra parece así estar constituido por las nociones de “alteridad” e “identidad”, en palabras del autor: “Una deriva replicante de la identidad en la que ya no hay vestigios de reconocimiento posible”. Otra constante iconográfica es la estilización de la figura humana, la cual parece responder a estos mismos parámetros de dimisión identitaria. .
Tributarias de la estética contemporánea que se aleja de lo sublime y de la ausencia de conflicto propios del arte moderno, las pinturas poseen el signo de un núcleo duro que se resiste a la simbolización, encarnado en una serie de restos presentes en la configuración del objeto, conforme a la idea de Bacon de no saturar con sentido, con lo cual abre la brecha necesaria que posibilita el diálogo entre el espectador y la obra. Así, el cuerpo no es ya el reducto sagrado del sujeto consciente, sino una masa espacio-temporalmente situada, en proceso de desintegración en trazos verticales. De este modo, se observan individuos consumidos desde dentro por los ácidos estomacales secretados bajo la parálisis de patologías estéticas, tales como la bulimia y la anorexia, desapareciendo bajo la tiranía de la delgadez esquelética, en el estadio de recogimiento posterior al detritus visceral. Así, pues, su producción pictórica es una narración épico-química, donde criaturas humanas se utilizan como material en el que se inocula el espíritu célibe del autómata, la inyección letal de la autodestrucción en trazos y retazos febriles.
Buenos Aires, 2 0 0 6
Rosa Aksenchuk
Curadora
Lic. en Psicología - Universidad de Buenos Aires
Psicoanalista
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Artista: Adolfo Vásquez Rocca Galería Espacio expositivo ITACA, Málaga |
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