REBELIÓN EN LA GRANJA NEOLIBERAL: Indignados en HARVARD
Indignados en Harvard
El
miércoles 02/11 ocurrió un acontecimiento muy significativo aunque
todavía no haya ganado fuerza en los medios de comunicación: en Harvard
(Cambridge, Massachusetts, USA) los alumnos del curso de Introducción a
la Economía, impartido por Greg Mankiw, abandonaron su clase y le
dirigieron una impactante carta abierta. La revolución no tiene
fronteras. Los alumnos quieren una universidad más transparente
En Harvard también soplan vientos de fuerte polémica.
N.
de la R.: Nicholas Gregory Mankiw, más conocido como Greg Mankiw,
egresó economista de Princeton University con honores summa cum laude.
Él es considerado por algunos como un representante general de la teoría
neokeynesiana. Sin embargo, otros afirman lo contrario y que eso queda
corroborado por sus polémicas permanentes con Paul Krugman, en las que
Mankiw queda del lado de Milton Friedman.
2 son sus libros más conocido: Macroeconomics y Principles of Economics.
Mankiw
ha logrado superar la venta de 1 millón de ejemplares sólo con esas 2
obras, que se han traducido a 70 lenguas o idiomas diferentes y que han
sido utilizadas por gran cantidad de estudiantes de Economía en
universidades de todos los países del mundo.
Con
sus trabajos él intenta explicar el comportamiento del consumidor, la
determinación de precios, las políticas fiscal y monetaria y el
funcionamiento de los mercados financieros. También el crecimiento
económico.
Él fue asesor económico del presidente George W. Bush, en calidad de Nº1 del Consejo de Consejeros Económicos.
Él es profesor en Harvard.
El miércoles 02/11, hubo un problema importante en su clase en Harvard.
Cabe
destacar que son alumnos de clase alta: estudiar en Harvard la carrera
de Economía, si no es una beca, cuesta US$ 52.650 por año + un seguro
médico de US$ 1.404 si no se goza de una cobertura familiar.
Más allá de la opinión del autor, el economista Mankiw se refirió al tema en su blog, GregMankiw.
JAQUE AL NEOLIBERALISMO
Una mirada no convencional al modelo económico, la globalización y las fallas del mercado
Imperdible
charla de Ken Robinson, que explica cómo la cultura clásica de la
educación que imparten las escuelas ha terminado dando muerte a la
creatividad innata que muchos llevan dentro de sí. ¿Qué requiere la
humanidad, máquinas repetitivas del conocimiento o auténticas fuentes de
creación que ayuden a inventar mundos nuevos?. Ken Robinson nos
sorprende con la historia de la coreógrafa Gillian Lynne, expulsada de
la educación convencional por sus "trastornos de aprendizaje"... Y ese
caso perdido para la educación convencional terminó convirtiéndose en
una de las mejores coreógrafas en la historia de la danza (Cats, El
fantasma de la Ópera, entre otras). Hay que ver esta charla para
detectar las falencias del sistema educativo, y crear alternativas para
su cambio.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la
globalización
Rebelión
en las aulas, sí, pero no se trata de la típica algarada utópica en
plena Universidad de la Sorbona. Tampoco de una bronca de instituto,
impulsada por alumnos asiduos al botellón, ni siquiera de un movimiento
'Indignado' con aureola intelectual. Se trata de un plante estudiantil
en toda regla en la elitista Universidad de Harvard. Los estudiantes de
esta prestigiosa universidad han dicho basta ante lo que ellos
consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de
gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la
actual crisis económica. Palabras mayores, pronunciadas ahora por los
futuros dirigentes del mañana.
El
2 de noviembre los alumnos del curso introductorio a la economía, el
aula Economía 10, impartido por Greg Mankiw, abandonaron su clase en
tromba y le dirigieron una carta abierta. En ella, en primer lugar,
explican por qué abandonan la clase: “hoy estamos abandonando su clase,
Economía 10, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo
inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma
en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra
sociedad en general.”
En
dicho documento recalcan la necesidad de confrontar de manera crítica
las diferentes teorías económicas, es decir, que se valoren las
distintas visiones de cómo afrontar los problemas económicos:
“Un
estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión
crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos
económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y
rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy
poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No hay ninguna
justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam
Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría
keynesiana”.
Pero no se trata sólo de un profesor torpe al que se le han subido a las barbas un grupo de alumnos particularmente díscolo.
En la misiva tampoco se olvidan del papel de Harvard en la sociedad:
“Los
graduados de Harvard juegan un papel importante en las instituciones
financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el
mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus
estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus
acciones serán susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial.
Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente
de ello”.
La
carta abierta de los estudiantes de Harvard a Greg Mankiw refleja, en
realidad, una crisis más profunda de la que apenas se habla y discute en
los medios de comunicación: el vacío intelectual y el escaso soporte
empírico de la mayoría de las teorías macroeconómicas y microeconómicas
que se enseñan en las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales
de todo el mundo. Una crisis de legitimidad en toda regla.
II.-
El
pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de economía tomó la decisión
de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la Economía de
la Universidad Harvard, en protesta por el contenido y el enfoque desde
el cual se imparte esta materia. ¿Qué hay de asombroso en este hecho?.
En primera lugar, la protesta tuvo como destinatario directo al conocido
economista Gregory Mankiw, ex asesor del Presidente George W. Bush y
autor de uno de los manuales de macroeconomía más utilizado en las
escuelas de economía dentro y fuera de Estados unidos. En segundo lugar,
porque de acuerdo a la carta entregada por los/as estudiantes antes de
retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta fue su indignación por
lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y
económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u
omisión en la actual crisis económica. Y en tercer lugar, se trata de un
hecho insólito, porque los integrantes del movimiento estudiantil
detrás de este hecho de indignación académica en contra del pensamiento
único neoclásico, pertenecen a la élite económica, social y política de
los Estados Unidos, que se forma en la Universidad de Harvard para
dirigir las corporaciones empresariales globales y/o para asesorar a los
gobiernos en materia de políticas económicas y financieras. En diversos
párrafos de la carta al profesor Mankiw se lee: “hoy estamos
abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el
sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la
forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y
nuestra sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la
economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los
defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no
incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de
revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas
alternativas. No hay ninguna justificación para la presentación de las
teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que,
por ejemplo, la teoría keynesiana ..(…) ..Los graduados de Harvard
juegan un papel importante en las instituciones financieras y en la
conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la
Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una
comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán
susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos
cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La
carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para
protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y como
para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el discurso
estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy wall street) .
Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes y nuestro
retiro de su clase en serio”.
Según
reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a
esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de
una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas
para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una de
éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos para
el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de
flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase
trabajadora norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir
en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en la Universidad de
Berkeley (California)
El
movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el enfoque dominante de
la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un movimiento que
viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la enseñanza de esta
disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y las estudiantes de las
universidades francesas y que meses después recibió el apoyo de
estudiantes de Cambridge, Inglaterra.
En
ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública
una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza
recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los
fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo
real. Un pasaje de esta carta señalaba que “ la mayor parte de nosotros
ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una
comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el
ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la
enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos
la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a
esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado
francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense
antes de que sea demasiado tarde!.
Hace
casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la Universidad
de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de dicha
universidad, que la función de las universidades no es hacer que los
estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero sino
que su función es formar personas con capacidad de pensar por si mismas.
De acuerdo a este gran economista y filosofo, las universidades deben
enseñarles a las personas a “Poner en duda las cosas; no aceptar
doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica
negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o
confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una
palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de
afirmarla……. El objetivo de la universidad no es enseñar el conocimiento
requerido para que los estudiantes puedan ganarse el sustento de una
manera particular. Su objetivo no es formar abogados ó médicos ó
ingenieros (ó economistas) hábiles, sino seres humanos capaces y
sensatos……. Los estudiantes son seres humanos antes de ser abogados,
médicos, comerciantes o industriales; y sí se les forma como seres
humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos médicos y abogados (y
economistas) capaces y sensatos”.
Es
obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar
economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas
personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias,
sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las
universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder
dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno
de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza de
una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e
independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por
los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado. Se
les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas
educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de
economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo:
economistas especialistas altamente calificados/as y economistas
generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para
desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una
especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de pensamiento
crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para adaptarse y/o
colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte de la
humanidad en la exclusión y la pobreza.
El
mensaje que desde Harvard envían los y las estudiantes de economía, no
debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo
entero, en particular por las escuelas de economía de los países del
sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún
momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la
función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de
devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e
integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis
sistémica que ha provocado el sistema capitalista.
Si
no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas de
economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de correr –
más tarde o más temprano- con la misma suerte del desafortunado profesor
Mankiw.
Ha publicado este artículo mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
BAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
W. Benjamin y Jean Budrillard por Adolfo Vásquez Rocca
SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica –
Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
Sofía Oportot
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalización
Peter Sloterdijk
En el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A la conexión entre relato y filosofía,
que constituye la característica más sobresaliente de los libros de
Peter Sloterdijk, hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo
XXI se pueda contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a
la globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista, determina
todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace de
Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le sirve a
Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio pone ante
los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la edificación
de una contextura de confort, es decir, la construcción y despliegue de
un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque invisibles, son
prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK
Formato: 15 x 21 cms.
Páginas: 336
Editorial: Siruela
Ciudad: Madrid
Año: 2010 (2da. edición)
Autor: PETER SLOTERDIJK
Formato: 15 x 21 cms.
Páginas: 336
Editorial: Siruela
Ciudad: Madrid
Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo" por
vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema es
de interés filosófico porque los procesos que han configurado nuestra
actual globalización responden a una poderosa concepción del mundo que
ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su tercer
período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que la
filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la tierra
colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando a su
vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en el
mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del libro
(titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer: "...pero
igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es arriba, también
la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk- las
metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo, más
aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia intelectual y
de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes de
vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la
absorción mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk
la responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de la
existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica contra
las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que más
tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado de
sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según esto,
la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre la
propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a lo
inconmensurable.
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk de
los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los barrotes
de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino las rejas
del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de enajenación
existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos filosóficos -es
decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay que reconocer en
ellos el intento de redramatizar intencionadamente el mundo poshistórico
del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la catástrofe se
constituyera en maestra de la vida. En este sentido, por lo que se
refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió durante un corto
espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que desde aquel hic et nunc había
partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace, no
concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague en
rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su asociación
entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke, sus
análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de Julio
Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo la
alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente a
la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión sigue
siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros se
inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes así lo
confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al «capitalismo como
religión» se ha expresado y espera aclaración" (p. 310). Eso sí,
nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico o analítico en
esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
A partir de la metáfora del Palacio de Cristal1
Sloterdijk desarrolla un análisis filosófico-arquitectónico de cómo el
capitalismo liberal encarna una particular voluntad de excluir el mundo
exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable, decorado,
suficientemente grande como para que no se perciba el encierro. La
transparencia del Palacio genera la ilusión en los habitantes de los
márgenes de poder participar de su confort y seguridad. El palacio se
hace desear, se propone como ideal de desarrollo para los "perdedores de
la Historia" ocultando las fronteras que los dividen, invisibilizando
sus rigurosas medidas de control2.
La afortunada metáfora
del Palacio de Cristal que Sloterdijk retoma de las Memorias del
subsuelo de Dostoyevski (a quien considera un precursor de la crítica a
la globalización), resulta útil para que el lector acostumbrado a las
desgastadas visiones de las industrias culturales en la era del
neoliberalismo, aterrice en el espacio interior del capital para
comprenderlo como “expresión socio-topológica, que se introduce aquí
para la fuerza creadora de interior de los medios contemporáneos de
tráfico y comunicación: circunscribe el horizonte de las oportunidades,
que abre el dinero, de acceso a lugares, personas, mercancías y datos…la
forma determinante de subjetividad dentro de la Gran Instalación está determinada por la disponibilidad de capacidad adquisitiva”3.
Las redes telefónicas,
los sistemas de radio y la proporción a chorro en la aviación han
convertido en dos generaciones en algo natural una medida tal en la
superación de la distancia que el espacio se percibe hoy como una
magnitud casi desdeñable. Todo lo extenso y que exige espacio es
comprimido hasta formar un bloque mínimo e inerte. La más patente
manifestación de ello es el telefoneo intercontinental. Quien quiera
haber confirmado el mito de la desaparición del espacio solo necesita
levantar el teléfono o realizar algunos mouse-clicks4.
La historia de la
globalización –la superación de las distancias– es la historia de una
doble conquista, la conquista de la tierra por vía marítima y la
conquista de la subjetividad. Según Sloterdijk, ha llegado el momento en
que ambas expansiones se han encontrado y se han fusionado en un gran
espacio denominado mercado. Después de la toma del medio metafísico y
del medio terrestre la tercera globalización se nos aparece como la
colonización del territorio interior. Lo que antes era historia de
expediciones, aventuras e intrusiones, ahora es descubrimiento de las
facultades ajenas y desacoplamiento de los flujos generados en las dos
globalizaciones anteriores. Hemos pasado de un reino de la necesidad a
un reino de la libertad donde la tele-comunicación ya no es una
herramienta sino un constitutivo ontológico de las relaciones sociales,
un medio de descarga generalizada sobre la base del bienestar en un
parlamento ficticio que sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo.
El espacio interior de
mundo del capital abarca, demográficamente apenas un tercio de la
humanidad actual, geográficamente apenas un décimo de las superficies
continentales. Sin considerar aquí el mundo acuático, porque todos los
cruceros y yates habitables sumados juntos sólo cubrirían un millonésima
parte de las superficies marinas5.
Sólo el nuevo Queen Mary 2, el transatlántico más grande, más lujoso y
caro construido en la historia marítima destinado a cruceros
vacacionales, que zarpó en enero del 2004 hacia Nueva York con unos 2600
pasajeros abordo para su viaje inaugural, merece quizá una mención
especial, ya que, como Palacio de Cristal flotante, hace una ostentación
particular provocadora del capitalismo postmodernista6.
El capitalismo es, como
lo hace ver Sloterdijk, algo más que un modo de producción; apunta más
lejos, como se expresa con la figura de pensamiento "mercado mundial".
Implica el proyecto de transportar todo el contexto vital de los seres
humanos que se hallan en su radio de acción a la inmanencia del poder de
compra.
Consecuentemente, la
expresión “mundo globalizado” vale exclusivamente para la instalación
dinámica que sirve como envoltura de “mundo de vida” a la fracción de la
humanidad de los poseedores de capacidad adquisitiva. En su interior
siempre se alcanzan nuevas alturas de improbabilidad estabilizada, como
si el juego de beneficios de las minorías intensamente consumidoras
contra la entropía pudiera seguir de forma indefinida.
Así que no es casualidad
que el debate sobre la globalización se lleve casi exclusivamente como
monologo de las zonas de bienestar; la mayoría de las demás regiones del
mundo, por regla general, apenas conoce la palabra y –menos aún– el
asunto, a no ser por sus efectos colaterales desfavorables. De todos
modos, las dimensiones colosales de la instalación impulsan un cierto
romanticismo cosmopolita; a cuyos medios más característicos pertenecen
las revistas de abordo de las grandes líneas aéreas, por no hablar aquí
de otros productos de la prensa masculina internacional. El
cosmopolitismo, se puede decir, es el provincialismo de los mimados7.
II.- Posthistorie, mimo y el devenir inmunológico del mundo
Tras la caída del muro
de Berlín, las torres gemelas de Nueva York y las explosiones de los
subterráneos de Madrid y Londres, los “protegidos”, sujetos de estas
relaciones, son movilizados tanto por el Estado “moderador” posmoderno
como por los medios masivos de comunicación a través de las estrategias
inmediatistas del mimo.
Después del mimo
constitutivo, sin el cual los niños no sobreviven más allá de su
infancia, entramos en ese núcleo trágico que el psicoanálisis denominó
"el principio de realidad". La aventura del siglo XX es, precisamente,
haber puesto fin a ese reinado del principio de realidad, al menos para
la mayoría de quienes habitan esta vasta esfera de comodidad, este
palacio de cristal que llamamos Occidente.
Mimo, como término de la
antropología histórica, designa los reflejos psicofísicos y semánticos
del proceso de alivio o descarga que resulta inherente al desarrollo de
la civilización desde su origen, pero que sólo en la época de la radical
des-escasez de bienes pudo aparecer a plena luz. Las fuerzas efectivas
de mimo constituyen un espacio de inmersión que sensibiliza a sus
habitantes con las ventajas atmosféricas de un aseguramiento de la
existencia ya producido fundamentalmente de antemano.
En otras palabras, han
desertado del mundo exterior para cultivarse a sí mismos e introducirse
al invernadero del confort convertido hoy en el gran útero de la
felicidad paradójica. Tal constreñimiento tiende a no dejar nada fuera,
ni siquiera las lejanas fantasías de los novelistas de ciencia ficción,
quienes a estas alturas se han vuelto cronistas de la Gran Instalación
–El Palacio de Cristal– como gusta definir también Sloterdijk al
ambiente planetario
Nace lo que Sloterdijk
denomina la posthistorie, conjunto de relatos que matizan la absorción
interna que nos permite la climatización artificial –la del Palacio de
Cristal– en el que la inmanencia del poder adquisitivo atrae a la vida
en todas sus manifestaciones. El ciudadano poshistórico se encuentra así
en una permanente des-limitación de sus facultades, en un constante
viaje interior hacia la conciencia de poder obtener siempre más
beneficio. El ciudadano poshistórico habita un continente artificial
dinamizado y animado por el confort.
Mimo y aburrimiento
vienen a ser dos momentos de la constitución del sujeto poshistórico.
Por ejemplo, al sujeto extático joven sus padres filiales lo miman
inhibiéndole toda posibilidad de sufrimiento; ¡Que ellos no sufran las
carencias que tuve cuando fui joven! suelen decir los padres
cincuentones. Además, al soberano consumidor le brindan múltiples
opciones de confort, incluida la rebelión que puede manifestarse al
tomar un café orgánico, portando una playera con algún estampado
revolucionario e incluso soñando despierto con algún documental de
crítica social. A ello podemos sumar las facilidades que dan al soberano
las instituciones financieras a través de tarjetas de crédito, las
becas de instituciones estatales para estudiar, los programas sociales
de entretenimiento y los proyectos de capacitación para que las nuevas
generaciones puedan aprender saberes para el mundo laboral del
entretenimiento. Mimo por doquier para suavizar la omnipresencia difusa
del aburrimiento. Si hasta en la modernidad de la década del sesenta el
aburrimiento provocaba revoluciones según rezaban las viejas consignas
situacionistas, en los actuales tiempos de la Gran Instalación, el
aburrimiento se alivia consumiendo la inmensidad del inacabable mundo
ofrecido por las empresas de la descarga emocional.
Y es que los fenómenos
del estrés aparecen debido a que el soberano consumidor día a día se
autoasesora, se autopersuade, se autodesinhibe para lograr el éxito, al
mismo tiempo que busca herramientas para descargar su estrés. Para ello,
un ejército de orientadores mediáticos le brindan soluciones cuando no
logra el triunfo: puede adquirir un best seller para tomar las cosas con
calma, tomar un diplomado para hablar en público, un spa para
desestresarse, el gimnasio o algún complemento alimenticio.
Con ello, el sujeto
arquetípico del Palacio de Cristal consigue ejercitarse hasta llegar a
ser dueño y propietario de sus propios padecimientos y pasiones, nadie
más que él es el constructor de su fama o mediocridad.
Occidente ha reemplazado
el mundo de los metafísicos por un gran espacio interior organizado por
el poder adquisitivo. El capitalismo liberal encarna la voluntad de
excluir el mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto,
confortable, decorado, suficientemente grande como para que no nos
sintamos encerrados.
Para decirlo en tono
sociológico, los individuos, auténticas moléculas gasificadas, pasean
ansiosamente en las atmósferas maternales de los centros comerciales
para calmar sus depresiones adquiriendo algún producto efímero; asisten a
los festivales de entretenimiento para saciar el aburrimiento impuesto
por la vida doméstica; festejan a la menor provocación cualquier suceso
con tal de no interrumpir la infantil fiesta intermitente. Es más, hasta
en las conmemoraciones por los derechos humanos sienten la emoción de
la conversión de la memoria histórica social en parque temático.
A contracorriente del
sedentarismo mental de los catedráticos vitalicios, Sloterdijk pone en
movimiento palabras clave como aburrimiento, existencia de invernadero y
reconstrucción psicopolítica de la fracción de la humanidad como poder
adquisitivo con el propósito de conectar relato histórico y filosofía, y
así desenmascarar el aburrimiento del “existente sin retos” que hace de
la cultura de masas, el humanismo y el biologicismo el ancla de su
narcisismo primario poshistórico.
La reflexión acerca del
impacto que producen los influjos inhibitorios y los influjos
desinhibitorios en el funcionamiento de nuestra sociedad presente es
desarrollada por Sloterdijk en su conferencia “El Palacio de Cristal”,
pronunciada en el marco del debate Traumas urbanos8.
La ciudad y los desastres, la cual tuvo lugar en Barcelona, en el año
2004. En esta conferencia, Sloterdijk establece una articulación entre
ambos tipos de influjo y otros temas que forman parte de la meditación
contemporánea como el capitalismo, la globalización y el terrorismo9.
Sloterdijk utiliza el
concepto de “densidad” para definir el estado esencial que caracteriza
la convivencia en el mundo globalizado. Con la globalización el camino
hacia “las sociedades de paredes finas” parece inevitable. Los lugares
se entrelazan a la vez que confunden su propia identidad mientras las
identidades se desplazan perdiendo su lugar natural. Nace, lo que
Sloterdijk denomina, la posthistorie, conjunto de relatos que matizan la
absorción interna que nos permite la climatización artificial.
El mundo ha perdido la
noche porque la luna y el sol ya no son los vectores del tiempo. En el
mundo interior del capital siempre es de día. La energía fósil ha sido
intercambiada por la energía intelectual y la síntesis de minerales por
la transferencia de conocimiento.
Esta idea es expresada
en el libro a través de la imagen del Palacio de cristal, acuñada por
Dostoievski en Memorias del subsuelo10
refiriéndose al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres de
1851. Metáfora voyeurista de la absorción de realidad desde unas
condiciones inmunológicas perfectamente estudiadas
Sloterdijk se ha
dedicado sistemáticamente a describir el devenir inmunológico del mundo
en que vivimos. Percibe la filosofía como una “teoría narrativa de la
génesis del universo”, como “una meditación sobre el
ser-en-situaciones”, como “el estar-en-el mundo. A ello le da el nombre
de “teoría de la inmersión”, o teoría del “estar juntos.” Vivir es crear
esferas. Las historias amorosas y las comunidades solidarias no son
sino la creación de espacios interiores para las emociones escindidas11, un sistema inmunitario simbólico que construye una película protectora en torno del ser humano.
El rasgo distintivo de
la globalidad establecida es la situación de proximidad forzosa con todo
tipo de elementos. Creemos que lo más adecuado es designarla con el
término topológico “densidad”. Este término designa el grado de presión
para la coexistencia entre un número indefinidamente grande de
partículas y centros de acción. Mediante el concepto de densidad, se
puede superar el romanticismo de la cercanía con el que los moralistas
modernos han querido explicar la abertura del sujeto hacia el Otro12.
En El Palacio de Cristal13
Sloterdijk desarrolla una metáfora que permite describir el estado
actual de la evolución económica y social, especialmente en los países
desarrollados de Occidente, cuestión que profundizará en el reciente “En
El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización”14.
El mundo que él denomina capitalismo integral, donde el espacio
exterior es absorbido y extrapolado hacia un espacio interior
completamente delineado y esquematizado. Este Palacio de Cristal
desempeña el rol de cápsula que separa y protege a sus miembros de las
amenazas del mundo exterior; en él, los consumidores pueden acceder a
distintos tipos de productos provenientes de todas partes del globo sin
tener que abandonar su burbuja de privilegio.
Los habitantes
contemporáneos del Palacio de Cristal llevan a cabo una vida marcada por
el bienestar social, esto influye en el modo en que se interrelacionan,
ya no se consideran unos a otros competidores en la batalla por la
supervivencia, ni tampoco existen acentuados antagonismos entre las
clases sociales que puedan dar pie a revoluciones o golpes de estado,
manifestaciones unilaterales de la agresión15.
En Espumas, el último volumen de su trilogía, Esferas III16,
Sloterdijk se ocupa de pensar el espacio contemporáneo, para ello
ofrece una teoría filosófica que destaca el carácter multifocal con que
la vida se desarrolla, esto bajo un nuevo régimen de complejidad donde
la tensión se produce entre el fenómeno de apartamento de la
burbuja-tipo –de la vida individual– y los nuevos conectores o espacios
interrelacionales.
Como forma elemental
egosférica, el apartamento es el lugar en el que la simbiosis de los
miembros de la familia, que desde tiempos inmemoriales constituyen las
comunidades habitacionales primarias, se supera en favor de la simbiosis
del individuo que vive solo consigo mismo y con su entorno. Es
particularmente interesante que en las teorías éticas más recientes:
efectivamente, el “otro” solo puede ser descubierto como otro real
–motivo central de la filosofía moral contemporánea– en una época en la
que se han vuelto epidémicos el autodesdoblamiento del uno en sí mismo y
la multiplicidad de los otros interiores virtuales. Sólo ahora se hace
patente, de modo general y público, el abismo que hay entre el otro
narcisista de la reflexión en sí mismo y el otro trascendente del
encuentro o desencuentro real. Todo el “conglomerado de mecanismos
vitales” –por recordar la formulación de Hermann Broch17,
que evoca situaciones globales esféricas de coexistencia familiar
desarrolladas tradicionalmente, y totalidades indistintas en estado de
asociación sonambúlica y seminarcosis simbiótica– cae durante el siglo
XX dentro de una fuerza centrífuga que dispersa a los individuos,
separándolos en células de mundo propias y micrototalidades
activo-pasivas. Desde este punto de vista, el socioanálisis por
disgregación y aislamiento corre paralelo al psicoanálisis por
autoexploración en una situación diádica artificial.
|
“La esfera una ha implosionado, ahora bien, las espumas viven” (Esferas III -Espumas)
Peter Sloterdijk
La imagen de la espuma
es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el
pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de
micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular
una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno.
Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del
vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición
sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo
contemporáneo.
En Espumas se da cuenta
de los círculos de expansión y movimiento de las múltiples esferas en
las que –al modo de celdillas de enclaustramiento– los sujetos se
trasladan y aglomeran hasta formar espumas evanescentes donde establecen
complejas interrelaciones.
Espumas es así definida
por Sloterdijk como el ensayo de una “poliesferologia o ciencia ampliada
de invernaderos; [una] teoría tecnológica de los espacios humanamente y
simbólicamente habitados, como una instrucción científico-ingeniera y
política para la construcción y mantenimiento de unidades
civilizatorias.”19
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Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Espumas20
cierra el ciclo del ambicioso proyecto de Sloterdijk de comprender la
ontogénesis del ser humano y su historia como conformador de esferas.
Estar en el mundo, nos recuerda Sloterdijk21,
es vivir en esferas, espacios de relación, climas o atmósferas, cuyo
análisis dice más de la vida humana que la consideración del individuo
autónomo o de las diversas posiciones que la ciencia y la metafísica le
han asignado. Ahora bien, si Esferas I había desarrollado un sugestivo
esfuerzo por mostrar que la esfera humana primaria -”burbuja”- era
esencialmente relacional, bipolar, y Esferas II había llevado a cabo una
narración completa de las tensiones inherentes a la constitución de las
macroesferas -“globos”-, donde se narraba de qué forma el pensamiento
metafísico clásico, como contemplación del todo redondo, se propaga por
el mundo, el globo, y pone en marcha formas diversas de globalización22,
fundando lugares absolutos que daban vida a la idea del Todo; Esferas
III tenía asignado proponer una teoría que se hiciera cargo del nuevo
espacio interrelacional del mundo contemporáneo, un mundo que, a pesar
del generalizado discurso de la globalización, está marcado por el fin
de la imagen centralizada del globo omnicomprensivo y unitario23.
A diferencia de la red, la metáfora inevitable desde la abrumadora
expansión de Internet, la espuma subraya el aislamiento conectado, la
diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos
conectados y la irregularidad de la estructura total. Esferas III
representa así el intento de comprender la situación actual como la
conexión entre sí de “burbujas”, pequeños ambientes que revisten
múltiples formas (individuos, parejas, asociaciones de todo orden,
consumidores, partidos, etc.), en ausencia de toda visión panóptica, de
toda metáfora integradora24.
Allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro. Allí
donde todo emite, el supuesto centro emisor se pierde entre los mensajes
imbricados.
Esta situación es lo que
Sloterdijk quiere describir con la metafórica de la Espuma, un agregado
de múltiples celdillas, frágiles, desiguales, aisladas, permeables,
pero sin efectiva comunicación. La esfera deja así de ser la imagen
morfológica del mundo poliesférico que habitamos para dar paso a la
espuma. Fragilidad, ausencia de centro y movilidad expansiva o
decreciente son las características esta nueva estructura que mantiene
una “estabilidad por liquidez”, divisa posmoderna que refleja la íntima
conformación de la espuma.
Tenemos formas dispares
de articular el espacio interrelacional, el que se ve curiosamente
polarizado en las ciudades donde las "miradas impersonales" desde el
afuera de nuestra tribu particular, más allá de nuestra esfera de
cercanía, se tornan huidizas.
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Adolfo Vasquez Rocca - Peter Sloterdijk
Ahora bien, la
intersección telecomunicativa entre las burbujas individuales a través
de sus particulares modos de interconexión, la conformación de
audiencias y públicos, sustraídos a la "micro"-exterioridad-social de
los gestos, requiere –de cualquier manera– un movimiento de ampliación
de burbujas, allí tiene lugar la espuma25,
que -a su vez- se verá apremiada a conformar certeras separaciones y
diferenciaciones, lo que el lenguaje telecomunicativo llamará segmentos.
Este espacio
telecomunicativo no es -sin embargo- un a priori diferenciable de "la
política" solidificada en nuestras sociedades "facilitadoras" y
masificantes. Tampoco se puede diferenciar del espacio que nos creamos
en la gestión del entretenimiento o nuestras demandas más o menos
exigentes de cuidados en la sociedad del confort, demandas de atención a
nuevos intereses asociados al prestigio y al lujo.
Ahora bien, estos
individuos mimados no se ocupan de cultivar la "amistad", su principal
interés es la autoconstrucción de infraestructuras espaciales
ultraindividualistas airosas. Todo es en principio un contener y ser
contenido en la compleja intersección de burbujas insospechadas. Los
otros aparecen difusos en el horizonte proto-social –en el momento de
entrada en el mundo hipercomplejo–, en el “espacio fetal” donde los
otros -los menos próximos- son sólo objetos difusos que excitan la
curiosidad y el interrogar intuitivo.
La problemática
configuración de la esfera social obedece al hecho que las burbujas son
ante todo un invernadero, un ámbito acondicionado y cerrado a un
exterior tóxico, formado cada vez más por toda suerte de prótesis
auditivas y visuales. Sloterdijk ve este fenómeno de explicitación
creciente, mediante la técnica, de todos los elementos ocultos del
cuerpo y del medio ambiente el rasgo más decisivo de la modernidad.
De aquí surge una
extraordinaria preocupación por las condiciones de vida y la producción
del bienestar, cuestión indisociable de nuestro modo de pensar y diseñar
la vida en el momento post-histórico. Sloterdijk en esta última parte
de su proyecto despliega su capacidad provocativa para denunciar la
disparidad entre el Primer Mundo y las zonas menos desarrolladas, entre
la sociedad del bienestar y la “psicosemántica de la necesidad”.
De acuerdo a las
perspectivas propuestas, en el Primer Mundo se abre la posibilidad de
una conducta no marcada por la necesidad, por la carga de la
subsistencia y su ética de la sobrevivencia, sino por la abundancia y el
derroche, una sociedad mimada por el confort, marcada por la
levitación.
|
Doctor en Filosofía por
la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad
Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de
Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el
Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB.
– En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y
Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro
del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial'
de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de
'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina.
Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. Director Académico Carrera de Filosofía y
Teología, Universidad Cristiana de Chile UCCH – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
Adolfo Vásquez Rocca
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
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Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
NOTAS Y REFERENCIAS
1
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en
el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en
En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
2
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización;
mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45,
2009, INSTITUTO DE ESTÉTICA, Pontificia Universidad Católica de Chile,
PUC, pp. 167 – 180. Revista SciELO. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-71812009000100011&script=sci_arttext
3
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 236
4
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Cap. “Lo incomprimible o el
redescubrimiento de lo extenso”, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 296
5
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, pp. 234
– 235.
6
Si la posmodernidad es la estación de llegada, la globalización
representa el camino recorrido. Quien dice globalización, habla, pues,
de un continente artificial dinamizado y animado por el confort.
7
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
8
Los traumas urbanos corresponden no sólo a la destrucción física, sino
también a las consecuencias psicológicas de los desastres.
9
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire,
atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de
Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
10
DOSTOIEVSKI, Fedor, Memorias del Subsuelo. Traducción de Jessica
Schlegel. (Prologo de George Steiner) Editorial Quadrata,
Retrolecturas,125 pgs. / Más detalles al respecto en: SLOTERDIJK, Peter,
Sphären III: Schäume, Suhrkamp, Frankfurt 2004. Los ecos literarios de
la estancia de Dostoievsky en Londres se encuentran en su suplemento
literario de viajes “Anotaciones de invierno sobre impresiones de
verano”, 1863, un texto en el que el autor se burla, entre otras cosas,
de los «sargentos primeros de la civilización» de Occidente, de los
«progresistas de invernadero», y expresa su angustia acerca del
triunfalismo baálico del palacio de la Exposición Universal. Dostoievsky
reconoce ya en la burguesía francesa la equiparación europea occidental
y posthistórica entre seres humanos y poder adquisitivo: “La posesión
de dinero [es] la más elevada virtud y deber del ser humano”..
11
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas
metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana" En NÓMADAS Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE
MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149, http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf
12
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en
el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en
En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
13
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en
el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en
En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
14
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
15
Actualmente existe un conflicto de carácter étnico en muchos de los
países desarrollados. Una cantidad elevada de inmigrantes, provenientes
principalmente de África, Medio-Oriente y América Latina, tanto legales
como ilegales, ingresa diariamente a Europa y Estados Unidos. Esto
produce serias alteraciones en el orden social. Una parte de la
población residente no ve con buenos ojos la llegada de extranjeros, lo
consideran una invasión al Palacio de cristal. Los ciudadanos de menos
recursos afrontan este hecho con mayor malestar, en tanto son los
principales afectados, ya que los inmigrantes constituyen una mano de
obra más económica que compite con ellos en forma ventajosa, en la
carrera por conseguir empleos de baja calificación.
Adicionalmente, este
problema étnico produce otro tipo de repercusiones. El incremento
progresivo de extranjeros provoca que éstos vayan adquiriendo mayor
poder e influencia en la construcción de la sociedad. Los extranjeros
introducen sus costumbres y su religión en el contexto general,
modificando –a través de procesos de hibridación– el panorama cultural
de cada país.
16 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
17
Escritor austriaco cuya reputación descansa en varias novelas
formalmente inventivas e intelectualmente ambiciosas. El tema de su obra
maestra, Der Tod des Vergil (1945, la muerte de Virgilio) es el dilema
del artista en un periodo de crisis histórica. El intento de Broch de
reconciliar la visión científica del mundo con una concepción mística de
la experiencia es a veces próxima a la de su contemporáneo austriaco
Robert Musil (El hombre sin atributos). A la edad de 45 años Broch
publicó su primera novela, la trilogía Die Schlafwandler (Los
sonámbulos), que refleja la convicción spengleriana del autor de que la
historia progresa en ciclos de desintegración y reintegración de
sistemas de valores. Su tema central era la desintegración de los
valores culturales en la Alemania del periodo entre 1880 y 1920. Los
personajes de la novela experimentan los problemas sociales, políticos y
económicos como periodos de dificultades personales y de transición.
Paserow, un aristócrata prusiano y oficial del ejército, rompe con las
opresivas convenciones para relacionarse con la prostituta bohemia
Ruzena, pero termina en un feliz matrimonio con Elisabeth, su vecina y
socialmente igual. Esch, el impetuoso contable, es una figura de
transición. Su mundo se viene abajo cuando es despedido de su trabajo.
Al final de un periodo de vagabundeo, se casa con la propietaria de un
restaurante. Huguenau es la persona carente de valores, quien estafa y
asesina en su camino al éxito social y financiero. Él resume un sistema
social de valores tradicionales devaluados. Huguenau deserta del
ejército, asesina a Esch, viola a Frau Esch y se convierte en un
respetado hombre de negocios. La estructura de la novela consta de
fragmentos de ensayos filosóficos, artículos periodísticos, diálogos y
fantasías una tras otra.
18
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada
de invernaderos, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, |Nº 18 | Enero-Junio.2008
(II), [315-322] http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf
19 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Madrid, 2005, p. 35
20 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
21 SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003
22
VÁSQUEZ ROCCA, Liliana, “Sloterdijk; De la ontología de las distancias
al surgimiento del 'provincianismo global'”, En Psikeba, Revista de
Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, Buenos Aires, http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
23
RODRÍGUEZ, Ramón, “Sloterdijk en la era de la levitación”, Sobre
Esferas III. Espumas, de Peter Sloterdijk. Originalmente en abc.es,
2006.
24 Ibid.
25 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Vásquez Rocca, Adolfo, International-conference "Psicopolítica en Sloterdijk y Virilio; El vértigo de la sobremodernidad; ciudades del pánico y turismo etnográfico”. En © TRIENAL DE ARQUITECTURA DE LISBOA | LISBON ARCHITECTURE TRIENNALE 15 - 16 de Enero, 2011.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk; Psicopolítica, De las Memorias del subsuelo a la Posthistoria" En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 36 - 2011, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp.7 - 22. http://www.revistadefilosofia.com/36-01.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Deconstrucción de la noción de Autor. Alteridad e Identidad en la poesía contemporánea”, En MANUSCRITOS 2005 – 2011, http://personales.ya.com/mpal/poe/rocca/roca3.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad; nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos". En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 38 – 2011, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 63-83. http://www.revistadefilosofia.com/38-03.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lecturas paranoicas y métodos obsesivos de interpretación. Observaciones hermenéuticas preliminares", En MANUSCRITOS 2005 – 2011, http://personales.ya.com/mpal/poe/rocca/roca2.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
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http://www.ucm.es/info/nomadas/29/avrocca.pdf
http://www.ucm.es/info/nomadas/29/avrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Antipsiquiatría: Deconsctrucción del concepto de enfermedad mental y crítica de la 'razón psiquiátrica'", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre 2011, pp. 321-338 http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "El artista como dictador social o el político como escenógrafo", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre 2011, pp. 369-386
http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca_3.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Antipsiquiatría; deconstrucción del concepto de enfermedad mental”,
En Almiar MARGEN CERO, ISSN: 1696-4807 , Revista Fundadora de la
ASOCIACIÓN DE REVISTAS DIGITALES DE ESPAÑA – III Época – Nº 59 – 2011
http://www.margencero.com/almiar/?p=1282
http://www.margencero.com/almiar/?p=1282
Vásquez Rocca, Adolfo, "El Artista como dictador social o el político como escenógrafo",
En Almiar MARGEN CERO, ISSN: 1696-4807, Revista Fundadora de la
ASOCIACIÓN DE REVISTAS CULTURALES DE ESPAÑA – III Época – Nº 60 – 2011 -
ISSN: 1696-4807
http://www.margencero.com/almiar/el-artista/
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http://www.ucm.es/info/nomadas/32/adolfovasquezrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, , "Sloterdijk y Heidegger: Normas para el Parque Zoológico-Temático Humano, Culturas Post-Humanísticas y Capitalismo Cárnico Contemporáneo", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid UCM,, NÓMADAS. 32 - Julio-Diciembre. 2011 (II), pp. [102-125]
http://www.ucm.es/info/nomadas/32/adolfovasquezrocca_2.pdf
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
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- Artículo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana"
En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En
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Artículo "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica" En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º | En Prensa http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf
Adolfo Vásquez Rocca, "Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad" En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/vasquez53.pdf
Artículo "Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos" En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228
Artículo "Sloterdijk 'Normas para el Parque humano'; De la carta sobre el humanismo a las antropotecnias y el discurso del pos-thumanismo", En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 5 / 2007 | ISSN 0718-3712.
Artículo "Peter Sloterdijk; El hombre como
experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia", En 'CUADERNOS
DEL SEMINARIO' - Revista del Seminario del Espacio ISSN 0718-4247 - Nº 3
- 2007, Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk; espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica",
LA LÁMPARA DE DIÓGENES: Revista de Filosofía. Número doble, Año 8,
Números 14 y 15, Vol. 8, pp. 179—188. Enero - junio 2007 / Julio -
diciembre 2007 | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col.
Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México; Revista registrada en
PHILOSOPHER'S INDEX | website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/14/179.pdf
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Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 |
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Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Tremores de ar, atmoterrorismo e crepúsculo da imunidade”,
En SABERES, Revista Interdisciplinar de Filosofia e Educação,
Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN), Brasil, Vol.. 2, Nº
.3, dezembro 2009, http://www.cchla.ufrn.br/saberes/Numero3/Artigos/Adolfo%20Vasquez%20Rocca_p.5-17.pdf
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SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL Por Adolfo Vásquez Rocca Ver: http://www.arqchile.cl/publicacion_sloterdijk.htm
Dr. Adolfo Vásquez Rocca REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORANEO Y NUEVAS
TEBDENCIAS - AÑO 12 - NÚMERO 129 - AGOSTO 2010 Psicopolítica –
Posthistorie – mimo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización I.- “Palacio de Cristal”:
Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo II.- Posthistorie, mimo y
el devenir inmunológico del mundo III.- Espumas: “poliesferologia” o
ciencia ampliada de invernaderos Dr. Adolfo Vásquez Rocca http://www.arqchile.cl/publicacion_sloterdijk.htm
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SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORANEO Y NUEVAS TEBDENCIAS - AÑO 12 - NÚMERO 129 - AGOSTO 2010
Psicopolítica – Posthistorie – mimo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización – Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
A partir de la metáfora del Palacio de Cristal1Sloterdijk
desarrolla un análisis filosófico-arquitectónico de cómo el capitalismo
liberal encarna una particular voluntad de excluir el mundo exterior,
de retirarse en un interior absoluto, confortable, decorado,
suficientemente grande como para que no se perciba el encierro. La
transparencia del Palacio genera la ilusión en los habitantes de los
márgenes de poder participar de su confort y seguridad. El palacio se
hace desear, se propone como ideal de desarrollo para los "perdedores de
la Historia" ocultando las fronteras que los dividen, invisibilizando
sus rigurosas medidas de control2.
La afortunada metáfora del Palacio de
Cristalque Sloterdijk retoma de las Memorias del subsuelode Dostoyevski
(a quien considera un precursor de la crítica a la globalización),
resulta útil para que el lector acostumbrado a las desgastadas visiones
de las industrias culturales en la era del neoliberalismo, aterrice enel
espacio interior del capitalpara comprenderlo como “expresión
socio-topológica, que se introduce aquí para la fuerza creadora de
interior de los medios contemporáneos de tráfico y comunicación:
circunscribe el horizonte de las oportunidades, que abre el dinero, de
acceso a lugares, personas, mercancías y datos…la forma determinante de
subjetividad dentro de la Gran Instalación está determinada por la disponibilidad de capacidad adquisitiva”3.
Las redes telefónicas, los sistemas de
radio y la proporción a chorro en la aviación han convertido en dos
generaciones en algo natural una medida tal en la superación de la
distancia que el espacio se percibe hoy como una magnitud casi
desdeñable. Todo lo extenso y que exige espacio es comprimido hasta
formar un bloque mínimo e inerte. La más patente manifestación de ello
es el telefoneo intercontinental. Quien quiera haber confirmado el mito
de la desaparición del espacio solo necesita levantar el teléfono o
realizar algunos mouse-clicks4.
La historia de la globalización –la
superación de las distancias– es la historia de una doble conquista, la
conquista de la tierra por vía marítima y la conquista de la
subjetividad. Según Sloterdijk, ha llegado el momento en que ambas
expansiones se han encontrado y se han fusionado en un gran espacio
denominado mercado. Después de la toma del medio metafísico y del medio
terrestre la tercera globalización se nos aparece como la colonización
del territorio interior. Lo que antes era historia de expediciones,
aventuras e intrusiones, ahora es descubrimiento de las facultades
ajenas y desacoplamiento de los flujos generados en las dos
globalizaciones anteriores. Hemos pasado de un reino de la necesidad a
un reino de la libertad donde la tele-comunicación ya no es una
herramienta sino un constitutivo ontológico de las relaciones sociales,
un medio de descarga generalizada sobre la base del bienestar en un
parlamento ficticio que sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo.
El espacio interior de mundo del capital abarca, demográficamente apenas un tercio de la humanidad actual, geográficamente apenas un décimo de las superficies continentales. Sin considerar aquí el mundo acuático, porque todos los cruceros y yates habitables sumados juntos sólo cubrirían un millonésima parte de las superficies marinas5. Sólo el nuevo Queen Mary 2, el transatlántico más grande, más lujoso y caro construido en la historia marítima destinado a cruceros vacacionales, que zarpó en enero del 2004 hacia Nueva York con unos 2600 pasajeros abordo para su viaje inaugural, merece quizá una mención especial, ya que, como Palacio de Cristal flotante, hace una ostentación particular provocadora del capitalismo postmodernista6.
El capitalismo es, como lo hace ver
Sloterdijk, algo más que un modo de producción; apunta más lejos, como
se expresa con la figura de pensamiento "mercado mundial". Implica el
proyecto de transportar todo el contexto vital de los seres humanos que
se hallan en su radio de acción a la inmanencia del poder de compra.
Consecuentemente, la expresión “mundo
globalizado” vale exclusivamente para la instalación dinámica que sirve
como envoltura de “mundo de vida” a la fracción de la humanidad de los
poseedores de capacidad adquisitiva. En su interior siempre se alcanzan
nuevas alturas de improbabilidad estabilizada, como si el juego de
beneficios de las minorías intensamente consumidoras contra la entropía
pudiera seguir de forma indefinida.
Así que no es casualidad que el debate
sobre la globalización se lleve casi exclusivamente como monologo de las
zonas de bienestar; la mayoría de las demás regiones del mundo, por
regla general, apenas conoce la palabra y –menos aún– el asunto, a no
ser por sus efectos colaterales desfavorables. De todos modos, las
dimensiones colosales de la instalación impulsan un cierto romanticismo
cosmopolita; a cuyos medios más característicos pertenecen las revistas
de abordo de las grandes líneas aéreas, por no hablar aquí de otros
productos de la prensa masculina internacional. El cosmopolitismo, se
puede decir, es el provincialismo de los mimados7.
Tras la caída del muro de Berlín, las
torres gemelas de Nueva York y las explosiones de los subterráneos de
Madrid y Londres, los “protegidos”, sujetos de estas relaciones, son
movilizados tanto por el Estado “moderador” posmoderno como por los
medios masivos de comunicación a través de las estrategias inmediatistas
del mimo.
Después del mimo constitutivo, sin el
cual los niños no sobreviven más allá de su infancia, entramos en ese
núcleo trágico que el psicoanálisis denominó "el principio de realidad".
La aventura del siglo XX es, precisamente, haber puesto fin a ese
reinado del principio de realidad, al menos para la mayoría de quienes
habitan esta vasta esfera de comodidad, este palacio de cristal que
llamamos Occidente.
Mimo, como término de la antropología
histórica, designa los reflejos psicofísicos y semánticos del proceso de
alivio o descarga que resulta inherente al desarrollo de la
civilización desde su origen, pero que sólo en la época de la radical
des-escasez de bienes pudo aparecer a plena luz. Las fuerzas efectivas
de mimo constituyen un espacio de inmersión que sensibiliza a sus
habitantes con las ventajas atmosféricas de un aseguramiento de la
existencia ya producido fundamentalmente de antemano.
En otras palabras, han desertado del
mundo exterior para cultivarse a sí mismos e introducirse al invernadero
del confort convertido hoy en el gran útero de la felicidad paradójica.
Tal constreñimiento tiende a no dejar nada fuera, ni siquiera las
lejanas fantasías de los novelistas de ciencia ficción, quienes a estas
alturas se han vuelto cronistas de la Gran Instalación–El Palacio de
Cristal– como gusta definir también Sloterdijk al ambiente planetario
Nace lo que Sloterdijk denomina la
posthistorie, conjunto de relatos que matizan la absorción interna que
nos permite la climatización artificial –la del Palacio de Cristal– en
el que la inmanencia del poder adquisitivo atrae a la vida en todas sus
manifestaciones. El ciudadano poshistórico se encuentra así en una
permanente des-limitación de sus facultades, en un constante viaje
interior hacia la conciencia de poder obtener siempre más beneficio. El
ciudadano poshistórico habita un continente artificial dinamizado y
animado por el confort.
Mimo y aburrimiento vienen a ser dos
momentos de la constitución del sujeto poshistórico. Por ejemplo, al
sujeto extáticojoven sus padres filiales lo miman inhibiéndole toda
posibilidad de sufrimiento; ¡Que ellos no sufran las carencias que tuve
cuando fui joven! suelen decir los padres cincuentones. Además, al
soberano consumidor le brindan múltiples opciones de confort, incluida
la rebelión que puede manifestarse al tomar un café orgánico, portando
una playera con algún estampado revolucionario e incluso soñando
despierto con algún documental de crítica social. A ello podemos sumar
las facilidades que dan al soberano las instituciones financieras a
través de tarjetas de crédito, las becas de instituciones estatales para
estudiar, los programas sociales de entretenimiento y los proyectos de
capacitación para que las nuevas generaciones puedan aprender saberes
para el mundo laboral del entretenimiento. Mimo por doquier para
suavizar la omnipresencia difusa del aburrimiento. Si hasta en la
modernidad de la década del sesenta el aburrimiento provocaba
revoluciones según rezaban las viejas consignas situacionistas, en los
actuales tiempos de la Gran Instalación, el aburrimiento se alivia
consumiendo la inmensidad del inacabable mundo ofrecido por las empresas
de la descarga emocional.
Y es que los fenómenos del estrés
aparecen debido a que el soberano consumidor día a día se autoasesora,
se autopersuade, se autodesinhibe para lograr el éxito, al mismo tiempo
que busca herramientas para descargar su estrés. Para ello, un ejército
de orientadores mediáticos le brindan soluciones cuando no logra el
triunfo: puede adquirir un best seller para tomar las cosas con calma,
tomar un diplomado para hablar en público, un spa para desestresarse, el
gimnasio o algún complemento alimenticio.
Con ello, el sujeto arquetípico del
Palacio de Cristalconsigue ejercitarse hasta llegar a ser dueño y
propietario de sus propios padecimientos y pasiones, nadie más que él es
el constructor de su fama o mediocridad.
Occidente ha reemplazado el mundo de los
metafísicos por un gran espacio interior organizado por el poder
adquisitivo. El capitalismo liberal encarna la voluntad de excluir el
mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable,
decorado, suficientemente grande como para que no nos sintamos
encerrados.
Para decirlo en tono sociológico, los
individuos, auténticas moléculas gasificadas, pasean ansiosamente en las
atmósferas maternales de los centros comerciales para calmar sus
depresiones adquiriendo algún producto efímero; asisten a los festivales
de entretenimiento para saciar el aburrimiento impuesto por la vida
doméstica; festejan a la menor provocación cualquier suceso con tal de
no interrumpir la infantil fiesta intermitente. Es más, hasta en las
conmemoraciones por los derechos humanos sienten la emoción de la
conversión de la memoria histórica social en parque temático.
A contracorriente del sedentarismo
mental de los catedráticos vitalicios, Sloterdijk pone en movimiento
palabras clave como aburrimiento, existencia de invernadero y
reconstrucción psicopolítica de la fracción de la humanidad como poder
adquisitivo con el propósito de conectar relato histórico y filosofía, y
así desenmascarar el aburrimiento del “existente sin retos” que hace de
la cultura de masas, el humanismo y el biologicismo el ancla de su
narcisismo primario poshistórico.
La reflexión acerca del impacto que
producen los influjos inhibitorios y los influjos desinhibitorios en el
funcionamiento de nuestra sociedad presente es desarrollada por
Sloterdijk en su conferencia “El Palacio de Cristal”, pronunciada en el
marco del debate Traumas urbanos8.
La ciudad y los desastres, la cual tuvo lugar en Barcelona, en el año
2004. En esta conferencia, Sloterdijk establece una articulación entre
ambos tipos de influjo y otros temas que forman parte de la meditación
contemporánea como el capitalismo, la globalización y el terrorismo9.
Sloterdijk utiliza el concepto de
“densidad” para definir el estado esencial que caracteriza la
convivencia en el mundo globalizado. Con la globalización el camino
hacia “las sociedades de paredes finas” parece inevitable. Los lugares
se entrelazan a la vez que confunden su propia identidad mientras las
identidades se desplazan perdiendo su lugar natural. Nace, lo que
Sloterdijk denomina, la posthistorie, conjunto de relatos que matizan la
absorción interna que nos permite la climatización artificial.
El mundo ha perdido la noche porque la
luna y el sol ya no son los vectores del tiempo. En el mundo interior
del capital siempre es de día. La energía fósil ha sido intercambiada
por la energía intelectual y la síntesis de minerales por la
transferencia de conocimiento.
Esta idea es expresada en el libro a
través de la imagen del Palacio de cristal, acuñada por Dostoievski en
Memorias del subsuelo10refiriéndose
al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres de 1851.
Metáfora voyeurista de la absorción de realidad desde unas condiciones
inmunológicas perfectamente estudiadas
Sloterdijk se ha dedicado
sistemáticamente a describir el devenir inmunológico del mundo en que
vivimos. Percibe la filosofía como una “teoría narrativa de la génesis
del universo”, como “una meditación sobre el ser-en-situaciones”, como
“el estar-en-el mundo. A ello le da el nombre de “teoría de la
inmersión”, o teoría del “estar juntos.” Vivir es crear esferas. Las
historias amorosas y las comunidades solidarias no son sino la creación
de espacios interiores para las emociones escindidas11, un sistema inmunitario simbólico que construye una película protectora en torno del ser humano.
El rasgo distintivo de la globalidad
establecida es la situación de proximidad forzosa con todo tipo de
elementos. Creemos que lo más adecuado es designarla con el término
topológico “densidad”. Este término designa el grado de presión para la
coexistencia entre un número indefinidamente grande de partículas y
centros de acción. Mediante el concepto de densidad, se puede superar el
romanticismo de la cercanía con el que los moralistas modernos han
querido explicar la abertura del sujeto hacia el Otro12.
En El Palacio de Cristal13Sloterdijk
desarrolla una metáfora que permite describir el estado actual de la
evolución económica y social, especialmente en los países desarrollados
de Occidente, cuestión que profundizará en el reciente “En El Mundo
Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la Globalización”14.
El mundo que él denomina capitalismo integral, donde el espacio
exterior es absorbido y extrapolado hacia un espacio interior
completamente delineado y esquematizado. Este Palacio de
Cristaldesempeña el rol de cápsula que separa y protege a sus miembros
de las amenazas del mundo exterior; en él, los consumidores pueden
acceder a distintos tipos de productos provenientes de todas partes del
globo sin tener que abandonar su burbuja de privilegio.
Los habitantes contemporáneos del
Palacio de Cristalllevan a cabo una vida marcada por el bienestar
social, esto influye en el modo en que se interrelacionan, ya no se
consideran unos a otros competidores en la batalla por la supervivencia,
ni tampoco existen acentuados antagonismos entre las clases sociales
que puedan dar pie a revoluciones o golpes de estado, manifestaciones
unilaterales de la agresión15.
En Espumas, el último volumen de su trilogía, Esferas III16,
Sloterdijk se ocupa de pensar el espacio contemporáneo, para ello
ofrece una teoría filosófica que destaca el carácter multifocal con que
la vida se desarrolla, esto bajo un nuevo régimen de complejidad donde
la tensión se produce entre el fenómeno de apartamento de la
burbuja-tipo –de la vida individual– y los nuevos conectores o espacios
interrelacionales.
Como forma elemental egosférica, el
apartamento es el lugar en el que la simbiosis de los miembros de la
familia, que desde tiempos inmemoriales constituyen las comunidades
habitacionales primarias, se supera en favor de la simbiosis del
individuo que vive solo consigo mismo y con su entorno. Es
particularmente interesante que en las teorías éticas más recientes:
efectivamente, el “otro” solo puede ser descubierto como otro real
–motivo central de la filosofía moral contemporánea– en una época en la
que se han vuelto epidémicos el autodesdoblamiento del uno en sí mismo y
la multiplicidad de los otros interiores virtuales. Sólo ahora se hace
patente, de modo general y público, el abismo que hay entre el otro
narcisista de la reflexión en sí mismo y el otro trascendente del
encuentro o desencuentro real. Todo el “conglomerado de mecanismos
vitales” –por recordar la formulación de Hermann Broch17,
que evoca situaciones globales esféricas de coexistencia familiar
desarrolladas tradicionalmente, y totalidades indistintas en estado de
asociación sonambúlica y seminarcosis simbiótica– cae durante el siglo
XX dentro de una fuerza centrífuga que dispersa a los individuos,
separándolos en células de mundo propias y micrototalidades
activo-pasivas. Desde este punto de vista, el socioanálisis por
disgregación y aislamiento corre paralelo al psicoanálisis por
autoexploración en una situación diádica artificial.
Peter Sloterdijk
III.- Espumas:“poliesferologia” o ciencia ampliada de invernaderos18.
“La esfera una ha implosionado, ahora bien, las espumas viven”(Esferas III -Espumas)
Peter Sloterdijk
La imagen de la espuma es funcional para
describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las
invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que
interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación
antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello
Espumasresponde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que
reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama
“sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
En Espumasse da cuenta de los círculos
de expansión y movimiento de las múltiples esferas en las que –al modo
de celdillas de enclaustramiento– los sujetos se trasladan y aglomeran
hasta formar espumas evanescentes donde establecen complejas
interrelaciones.
Espumases así definida por Sloterdijk
como el ensayo de una “poliesferologia o ciencia ampliada de
invernaderos; [una] teoría tecnológica de los espacios humanamente y
simbólicamente habitados, como una instrucción científico-ingeniera y
política para la construcción y mantenimiento de unidades
civilizatorias.”19
Esferas Peter Sloterdijk_Por Adolfo Vásquez Rocca
Espumas20cierra
el ciclo del ambicioso proyecto de Sloterdijk de comprender la
ontogénesis del ser humano y su historia como conformador de esferas.
Estar en el mundo, nos recuerda Sloterdijk21,
es vivir en esferas, espacios de relación, climas o atmósferas, cuyo
análisis dice más de la vida humana que la consideración del individuo
autónomo o de las diversas posiciones que la ciencia y la metafísica le
han asignado. Ahora bien, si Esferas I había desarrollado un sugestivo
esfuerzo por mostrar que la esfera humana primaria -”burbuja”- era
esencialmente relacional, bipolar, y Esferas IIhabía llevado a cabo una
narración completa de las tensiones inherentes a la constitución de las
macroesferas -“globos”-, donde se narraba de qué forma el pensamiento
metafísico clásico, como contemplación del todo redondo, se propaga por
el mundo, el globo, y pone en marcha formas diversas de globalización22,
fundando lugares absolutosque daban vida a la idea del Todo; Esferas
IIItenía asignado proponer una teoría que se hiciera cargo del nuevo
espacio interrelacional del mundo contemporáneo, un mundo que, a pesar
del generalizado discurso de la globalización, está marcado por el fin
de la imagen centralizada del globo omnicomprensivo y unitario23.
A diferencia de la red, la metáfora inevitable desde la abrumadora
expansión de Internet, la espuma subraya el aislamiento conectado, la
diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos
conectados y la irregularidad de la estructura total. Esferas
IIIrepresenta así el intento de comprender la situación actual como la
conexión entre sí de “burbujas”, pequeños ambientes que revisten
múltiples formas (individuos, parejas, asociaciones de todo orden,
consumidores, partidos, etc.), en ausencia de toda visión panóptica, de
toda metáfora integradora24.
Allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro. Allí
donde todo emite, el supuesto centro emisor se pierde entre los mensajes
imbricados.
Esta situación es lo que Sloterdijk
quiere describir con la metafórica de la Espuma, un agregado de
múltiples celdillas, frágiles, desiguales, aisladas, permeables, pero
sin efectiva comunicación. La esfera deja así de ser la imagen
morfológica del mundo poliesférico que habitamos para dar paso a la
espuma. Fragilidad, ausencia de centro y movilidad expansiva o
decreciente son las características esta nueva estructura que mantiene
una “estabilidad por liquidez”, divisa posmoderna que refleja la íntima
conformación de la espuma.
Tenemos formas dispares de articular el
espacio interrelacional, el que se ve curiosamente polarizado en las
ciudades donde las "miradas impersonales" desde el afuerade nuestra
tribu particular, más allá de nuestra esfera de cercanía, se tornan
huidizas.
Ahora bien, la intersección
telecomunicativa entre las burbujas individuales a través de sus
particulares modos de interconexión, la conformación de audiencias y
públicos, sustraídos a la "micro"-exterioridad-social de los gestos,
requiere –de cualquier manera– un movimiento de ampliación de burbujas,
allí tiene lugar la espuma25,
que -a su vez- se verá apremiada a conformar certeras separaciones y
diferenciaciones, lo que el lenguaje telecomunicativo llamará segmentos.
Este espacio telecomunicativono es -sin
embargo- un a priori diferenciable de "la política" solidificada en
nuestras sociedades "facilitadoras" y masificantes. Tampoco se puede
diferenciar del espacio que nos creamos en la gestión del
entretenimiento o nuestras demandas más o menos exigentes de cuidados en
la sociedad del confort, demandas de atención a nuevos intereses
asociados al prestigio y al lujo.
Ahora bien, estos individuos mimadosno
se ocupan de cultivar la "amistad", su principal interés es la
autoconstrucción de infraestructuras espaciales ultraindividualistas
airosas. Todo es en principio un contener y ser contenido en la compleja
intersección de burbujas insospechadas. Los otrosaparecen difusos en el
horizonte proto-social –en el momento de entrada en el mundo
hipercomplejo–, en el “espacio fetal” donde los otros-los menos
próximos- son sólo objetos difusos que excitan la curiosidad y el
interrogar intuitivo.
La problemática configuración de la
esfera social obedece al hecho que las burbujas son ante todo un
invernadero, un ámbito acondicionado y cerrado a un exterior tóxico,
formado cada vez más por toda suerte de prótesis auditivas y visuales.
Sloterdijk ve este fenómeno de explicitación creciente, mediante la
técnica, de todos los elementos ocultos del cuerpo y del medio ambiente
el rasgo más decisivo de la modernidad.
De aquí surge una extraordinaria
preocupación por las condiciones de vida y la producción del bienestar,
cuestión indisociable de nuestro modo de pensar y diseñar la vida en el
momento post-histórico. Sloterdijk en esta última parte de su proyecto
despliega su capacidad provocativa para denunciar la disparidad entre el
Primer Mundoy las zonas menos desarrolladas, entre la sociedad del
bienestar y la “psicosemántica de la necesidad”.
De acuerdo a las perspectivas
propuestas, en el Primer Mundose abre la posibilidad de una conducta no
marcada por la necesidad, por la carga de la subsistencia y su ética de
la sobrevivencia, sino por la abundancia y el derroche, una sociedad
mimada por el confort, marcada por la levitación.
Doctor en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de
Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del
Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de
Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de
2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a
dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo
Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial'
de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de
'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina.
Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia–Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. Director Académico Carrera de Filosofía y
Teología, Universidad Cristiana de Chile UCCH – Profesor visitante Florida Christian University USAy Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
NOTAS Y REFERENCIAS
1
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en
el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en
En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
2
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización;
mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45,
2009, INSTITUTO DE ESTÉTICA, Pontificia Universidad Católica de Chile,
PUC, pp. 167 – 180. Revista SciELO.http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-71812009000100011&script=sci_arttext
3SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de
la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 236
4SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de
la Globalización, Cap. “Lo incomprimible o el redescubrimiento de lo
extenso”, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 296
5SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de
la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, pp. 234 – 235.
6Si
la posmodernidad es la estación de llegada, la globalización representa
el camino recorrido. Quien dice globalización, habla, pues, de un
continente artificial dinamizado y animado por el confort.
7SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de
la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
8Los
traumas urbanos corresponden no sólo a la destrucción física, sino
también a las consecuencias psicológicas de los desastres.
9VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y
crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 |
Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
10DOSTOIEVSKI,
Fedor,Memorias del Subsuelo. Traducción de Jessica Schlegel. (Prologo
de George Steiner) Editorial Quadrata, Retrolecturas,125 pgs. / Más
detalles al respecto en: SLOTERDIJK, Peter, Sphären III: Schäume,
Suhrkamp, Frankfurt 2004. Los ecos literarios de la estancia de
Dostoievsky en Londres se encuentran en su suplemento literario de
viajes “Anotaciones de invierno sobre impresiones de verano”, 1863, un
texto en el que el autor se burla, entre otras cosas, de los «sargentos
primeros de la civilización» de Occidente, de los «progresistas de
invernadero», y expresa su angustia acerca del triunfalismo baálico del
palacio de la Exposición Universal. Dostoievsky reconoce ya en la
burguesía francesa la equiparación europea occidental y posthistórica
entre seres humanos y poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la
más elevada virtud y deber del ser humano”..
11VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos
de inmunidad y complejidad extrahumana" En NÓMADAS Revista Crítica de
Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº
17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149, http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf
12SLOTERDIJK,
Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en el marco del
debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en En El Mundo
Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la Globalización,
Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 – 211.
13SLOTERDIJK,
Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en el marco del
debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en En El Mundo
Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la Globalización,
Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 – 211.
14SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de
la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
15Actualmente
existe un conflicto de carácter étnico en muchos de los países
desarrollados. Una cantidad elevada de inmigrantes, provenientes
principalmente de África, Medio-Oriente y América Latina, tanto legales
como ilegales, ingresa diariamente a Europa y Estados Unidos. Esto
produce serias alteraciones en el orden social. Una parte de la
población residente no ve con buenos ojos la llegada de extranjeros, lo
consideran una invasión al Palacio de cristal. Los ciudadanos de menos
recursos afrontan este hecho con mayor malestar, en tanto son los
principales afectados, ya que los inmigrantes constituyen una mano de
obra más económica que compite con ellos en forma ventajosa, en la
carrera por conseguir empleos de baja calificación.
Adicionalmente, este problema étnico
produce otro tipo de repercusiones. El incremento progresivo de
extranjeros provoca que éstos vayan adquiriendo mayor poder e influencia
en la construcción de la sociedad. Los extranjeros introducen sus
costumbres y su religión en el contexto general, modificando –a través
de procesos de hibridación– el panorama cultural de cada país.
16SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
17Escritor
austriaco cuya reputación descansa en varias novelas formalmente
inventivas e intelectualmente ambiciosas. El tema de su obra maestra,
Der Tod des Vergil (1945, la muerte de Virgilio) es el dilema del
artista en un periodo de crisis histórica. El intento de Broch de
reconciliar la visión científica del mundo con una concepción mística de
la experiencia es a veces próxima a la de su contemporáneo austriaco
Robert Musil (El hombre sin atributos). A la edad de 45 años Broch
publicó su primera novela, la trilogía Die Schlafwandler (Los
sonámbulos), que refleja la convicción spengleriana del autor de que la
historia progresa en ciclos de desintegración y reintegración de
sistemas de valores. Su tema central era la desintegración de los
valores culturales en la Alemania del periodo entre 1880 y 1920. Los
personajes de la novela experimentan los problemas sociales, políticos y
económicos como periodos de dificultades personales y de transición.
Paserow, un aristócrata prusiano y oficial del ejército, rompe con las
opresivas convenciones para relacionarse con la prostituta bohemia
Ruzena, pero termina en un feliz matrimonio con Elisabeth, su vecina y
socialmente igual. Esch, el impetuoso contable, es una figura de
transición. Su mundo se viene abajo cuando es despedido de su trabajo.
Al final de un periodo de vagabundeo, se casa con la propietaria de un
restaurante. Huguenau es la persona carente de valores, quien estafa y
asesina en su camino al éxito social y financiero. Él resume un sistema
social de valores tradicionales devaluados. Huguenau deserta del
ejército, asesina a Esch, viola a Frau Esch y se convierte en un
respetado hombre de negocios. La estructura de la novela consta de
fragmentos de ensayos filosóficos, artículos periodísticos, diálogos y
fantasías una tras otra.
18VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de
invernaderos, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, |Nº 18 | Enero-Junio.2008
(II), [315-322] http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf
19SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Madrid, 2005, p. 3520SLOTERDIJK, Peter,Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
21SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003
22VÁSQUEZ
ROCCA, Liliana, “Sloterdijk; De la ontología de las distancias al
surgimiento del 'provincianismo global'”, En Psikeba, Revista de
Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, Buenos Aires, http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
23RODRÍGUEZ,
Ramón, “Sloterdijk en la era de la levitación”, Sobre Esferas III.
Espumas, de Peter Sloterdijk. Originalmente en abc.es, 2006.
24Ibid.
25SLOTERDIJK, Peter,Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
_______________________________
Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Por Adolfo Vásquez Rocca
Referencia:
- Vásquez Rocca, Adolfo, “Baudrillard; cultura, narcisismo y régimen de mortandad en el sistema de los objetos”, en Almiar Margen Cero, Madrid, diciembre 2006.
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007
http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
Baudrillard
Resumen
El
presente trabajo intenta, a partir de la revisión de las obras
fundamentales de Jean Baudrillard, dar cuenta del origen de la
personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y el
mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como la
erosión de la vida intima tenida lugar en la sociedad del espectáculo.
El American way of life
aparecerá caracterizado como el imperio de la seducción y de la
obsolescencia decretada; un sistema que rinde culto al fetiche de la
mercancía y la pornografía de la información. Finalmente, se buscará
dar cuenta de cómo el consumo no es, en absoluto, la base sobre la que
descansa el progreso, sino más bien la barrera que lo estanca o, al
menos, lo lanza en la dirección contraria a la de la mejora de las
relaciones sociales.
Baudrillard
Palabras claves:
Seducción; narcisismo; alteridad; imagen; espectaculo, consumo; obsolesencia.
Narcisismo y transformación de la vida pública
¿Cuál es en última instancia el
entramado ideológico del sistema de los objetos? ¿Qué ideario encarna
este sistema cuyos principios son la caducidad y la obsolescencia —el
imperativo de la novedad—, la ley del ciclo y otros automatismos
semejantes? Baudrillard dirá que son dos: el principio personalizador,
que se articula como democratización del consumo de modelos por la vía
de la serialidad y la ética novedosa del crédito y la acumulación no
productiva. Hoy el glamour de las
mercancías aparece como nuestro paisaje natural, allí nos reconocemos y
nos encontramos con «nosotros mismos», con nuestros ensueños de poder y
ubicuidad, con nuestras obsesiones y delirios, con los desperdicios
psíquicos en el escaparate de la publicidad —verdadero espejo que nos
devuelve nuestra imagen deformada— una verdadera summa espiritual de
nuestra civilización, el repertorio ideológico de la desinhibición.
El carácter distintivo del American way
of life, de la última sociedad primitiva contemporánea se escenifica en
las formas del distanciamiento, en el paisaje, en los grandes desiertos y
carreteras de ese país que deja entrever una profunda soledad, las
inclinaciones thanáticas que yacen bajo el optimismo americano; la
decrepitud del capitalismo tardío en la tierra de las oportunidades, del
american dream convertido en el insomnio incontenible de la banalidad y
la indiferencia; los Estados Unidos han realizado la
desterritorialización de la identidad, la diseminación del sujeto y la
neutralización de todos los valores y, si se quiere, la muerte de la
cultura bajo el régimen de la mortandad de los objetos. En
este sentido es una cultura ingenua y primitiva, no conoce la ironía,
no se distancia de sí misma, no ironiza sobre el futuro ni sobre su
destino; ella sólo actúa y materializa su política de Estado.
Norteamérica realiza así sus sueños y sus pesadillas.
La identidad prefabricada
Vivimos en un universo frío, la calidez
seductora, la pasión de un mundo encantado es sustituida por el éxtasis
de las imágenes, por la pornografía de la información, por la frialdad
obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de la alienación,
sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba
con toda mirada o, como dirá Baudrillard[1], con toda imagen[2] y, por cierto, con todo reconocimiento.
El desafío de la diferencia, que
constituye al sujeto especularmente, siempre a partir de un otro que nos
seduce o al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos,
hace que el solitario voyeurista ocupe el lugar del antiguo seductor
apasionado. Somos, en este sentido, ser para otros y no sólo por la
teatralidad propia de la vida social, sino porque la mirada del otro nos
constituye, en ella y por ella nos reconocemos. La constitución de
nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del
otro que me objetiva, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en
escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la
vida social. Lo característico de la frivolidad es la ausencia de
esencia, de peso, de centralidad en toda la realidad, y por tanto, la
reducción de todo lo real a mera apariencia.
El éxito de la identidad prefabricada
radica en que cada uno la diseña de acuerdo con lo que previsiblemente
triunfa –los valores en alza[3]–.
La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia
personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en
la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.
Sofia Oportot y Adolfo Vásquez Rocca Teatro y Diseño
Efectos de desaparición
La fragmentación de las imágenes
construye una estética abstracta y laberíntica, en el que cada fragmento
opera independiente pero, a su vez, queda encadenado al continuo
temporal de un instante narrativo único. Podemos retener el mundo entero
en nuestras cabezas.
La aceleración y los estados alterados
de la mente. Los psicotrópicos. La representación electrónica de la
mente en la cartografía del hipertexto. Las autopistas de la
información, donde todo acontece sin tener siquiera que partir ni
viajar. Es la era de la llegada generalizada, de la telepresencia, de la
cibermuerte y el asesinato de la realidad. El mundo como una gran
cámara de vacío y de descompresión. Como la ralentización de la
exuberancia del mundo.
Imágenes de la gran urbe, fragmentos de
los últimos gestos humanos reconocibles. Los sujetos indiferentes a la
presencia de la cámara se mueven según el ritmo de sus propios
pensamientos.
Imágenes en movimiento: la estación del
Metro de Tokio, súper-carreteras, aviones supersónicos, televisores de
cristal líquido, nano-ordenadores, y otros tantos accesorios que nos
implantan una aceleración a la manera de otras tantas prótesis
tecnológicas. Es la era del cyber-reflejo condicionado, del vértigo de
la cibermúsica, de los fundidos del inconsciente en una lluvia de
imágenes digitales, vértigo espasmódico de señales que se encienden y
apagan, del gesto televisivo, vértigo espasmódico de señales que se
encienden y se apagan, del gesto neurótico y ansioso del zapping o el
molesto corte del semáforo en las esquinas que parasitan el sistema de
interrupciones artificiales y alimentan nuestra dependencia de los
efectos especiales.
La sociedad del espectáculo
La moda ha contribuido también a la
construcción del paraíso del capitalismo hegemónico. Sin duda,
capitalismo y moda se retroalimentan[4].
Ambos son el motor del deseo que se expresa y satisface consumiendo;
ambos ponen en acción emociones y pasiones muy particulares, como la
atracción por el lujo, por el exceso y la seducción. Ninguno de los dos
conoce el reposo, avanzan según un movimiento cíclico no-racional, que
no supone un progreso. En palabras de J. Baudrillard: “No hay un
progreso continuo en esos ámbitos: la moda es arbitraria, pasajera,
cíclica y no añade nada a las cualidades intrínsecas del individuo”[5].
Del mismo modo es para él el consumo un proceso social no racional. La
voluntad se ejerce –está casi obligada a ejercerse– solamente en forma
de deseo, clausurando otras dimensiones que abocan al reposo, como son
la creación, la aceptación y la contemplación. Tanto la moda como el
capitalismo producen un ser humano excitado, aspecto característico del
diseño de la personalidad en sociedad del espectáculo.
La sociedad de consumo supone la
programación de lo cotidiano; manipula y determina la vida individual y
social en todos sus intersticios; todo se transforma en artificio e
ilusión al servicio del imaginario capitalista y de los intereses de las
clases dominantes. El imperio de la seducción y de la obsolescencia; el
sistema fetichista de la apariencia y alienación generalizada[6].
El juego de las apariencias
La tesis de Baudrillard es que la peor
de las alienaciones no es ser despojado por el otro, sino estar
despojado del otro; es tener que producir al otro en su ausencia y, por
lo tanto, enviarlo a uno mismo. Si en la actualidad estamos condenados a
nuestra imagen, no es a causa de la alienación, sino de su fin, es
decir, de la virtual desaparición del otro, que es una fatalidad mucho
peor.
Ver y ser vistos, esa parece ser la
consigna en el juego translúcido de la frivolidad. El así llamado
momento del espejo, precisamente, es el resultado del desdoblamiento de
la mirada, y de la simultánea conciencia de ver y ser visto, ser sujeto
de la mirada de otro[7],
y tratar de anticipar la mirada ajena en el espejo, ajustarse para el
encuentro. La mirada, la sensibilidad visual dirigida, se construye
desde esta autoconciencia corpórea, y de ella, a la vez, surge el arte,
la imagen que intenta traducir esta experiencia sensorial y apelar a la
sensibilidad en su receptor.
Nuestra soledad demanda un espejo
simbólico en el que poder reencontrar a los otros desde nuestro
interior. Buscamos en el espejo la unidad de una imagen a la que sólo
llevamos nuestra fragmentación.
Con estupor tomamos las últimas
fotografías posibles, un patético modo de certificar la experiencia o de
convertirla en colección. Pareciera que la fotografía quiere jugar este
juego vertiginoso, liberar a lo real de su principio de realidad,
liberar al otro del principio de identidad y arrojarlo a la extrañeza.
Más allá de la semejanza y de la significación forzada, más allá del
"momento Kodak", la reversibilidad es esta oscilación entre la identidad
y el extrañamiento que abre el espacio de la ilusión estética, la
des-realización del mundo, su provisional puesta entre paréntesis.
Como en La invención de Morel[8]
donde un aparato reproduce la vida (absorbiendo las almas) en forma de
réplica, en forma de mera proyección. Los Stones como souvenir de sí
mismos proyectados en el telón del escenario giratorio. La envidiable
decreptitud de Mick Jagger con una delgadez mezquina y ominosa, como si
fuera su propia narcótica reliquia.
Los rostros del otro, rostros distantes a
pesar de su cercanía, ausentes a pesar de su presencia, los miramos sin
que ellos nos devuelvan la mirada. La alteridad no es más que un
espectro, fascinados contemplamos el espectáculo de su ausencia. Tal vez
los Stones estén muertos y nadie lo sepa. Tal vez sea una banda
sustituta la que por enésima vez sacuda el mundo cuando comience su
nueva gira por las ciudades de la Gran Babilonia.
Disney World y el principio de realidad
Vivimos en un universo extrañamente
parecido al original -las cosas aparecen replicadas por su propia
escenificación -señala Baudrillard[9]. Como Disney World
que es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros. En
principio es un juego de ilusiones y de fantasmas: los Piratas, la
Frontera, el Mundo Futuro, etcétera. Se cree a menudo que este 'mundo
imaginario' es la causa del éxito de Disney, pero lo que atrae a las
multitudes es, sin duda y sobre todo, el microcosmos social, el goce
religioso, en miniatura, de la América real, la perfecta escenificación
de los propios placeres y contrariedades. La única fantasmagoría en este
mundo imaginario proviene de la ternura y calor que las masas emanan y
del excesivo número de dispositivos aptos para mantener el efecto
multitudinario. El contraste con la soledad absoluta del parking
—auténtico campo de concentración—, es total. O, mejor: dentro, todo un
abanico de 'gadgets' magnetiza a la multitud canalizándola en
flujos dirigidos; fuera, la soledad, dirigida hacia un solo dispositivo,
el “verdadero”, el automóvil. Por una extraña coincidencia (aunque sin
duda tiene que ver con el embrujo propio de semejante universo), este
mundo infantil congelado resulta haber sido concebido y realizado por un
hombre hoy congelado también: Walt Disney, quien espera su resurrección
arropado por 180 grados centígrados. De cualquier modo es aquí donde se
dibuja el perfil objetivo de América, incluso en la morfología de los
individuos y de la multitud. Todos los valores son allí exaltados por la
miniatura y el dibujo animado. Embalsamados y pacificados. De ahí la
posibilidad de un análisis ideológico de Disney: núcleo del
“american way of life”, panegírico de los valores americanos, etc.,
trasposición idealizada, en fin, de una realidad contradictoria. Pero
todo esto oculta una simulación de tercer orden: Disney existe para
ocultar qué es el país “real”, toda la América “real”, una Disneylandia
(al modo como las prisiones existen para ocultar la “lacra” que es todo
lo social en su banal omnipresencia, reduciéndolo a lo estrictamente
carcelario). Disneylandia es presentada como imaginaria con la finalidad
de hacer creer que el resto es real, mientras que cuanto la rodea, Los
Ángeles, América entera, no es ya real, sino perteneciente al orden de
lo hiperreal y de la simulación. No se trata de una interpretación falsa
de la realidad (como la ideología), sino de ocultar que la realidad ya
no es la realidad y, por tanto, de salvar el principio de realidad.
Sería un error minimizar la relación
entre estos fenómenos y el origen de la personalidad narcisista, que no
conoce límites entre ella misma y el mundo que exige la gratificación
inmediata de sus deseos, así como la erosión de la vida intima tenida
lugar a través de la relaciones sociales que se tratan como pretextos
para la expresión de la propia personalidad. La transformación de la
vida pública en un ámbito donde “la persona puede escapar a las cargas
de la vida familiar idealizada... mediante un tipo especial de
experiencia, entre extraños o, más importante aún, entre personas
destinadas a permanecer siempre como extraños”, y donde una silenciosa y
pasiva masa de espectadores observa la extravagante expresión de la
personalidad de unos pocos en la “sociedad del espectáculo”, donde los
medios de “comunicación” nos escamotean y disuelven el presente con las
fanfarrias del último estelar televisivo.
La construcción del sentido social se
desplaza del espacio de la política, hacia un mundo que no tiene
historia, sólo pantalla. Son las nuevas formas de producción, las de un
nuevo universo simbólico en donde se resignifican las viejas utopías
mediante un proceso de descontextualización que las convierte en
imágenes sin historia; en mercancías.
En esos mismos medios de comunicación se
desplazan hoy los actores políticos jugando su rol hegemónico en la
construcción de sentido en tanto perpetran el secuestro de nuestra
moral. La fe pública violada ha creado las condiciones para el
desprestigio de lo político y con ello el de nuestras instituciones, qué
puede extrañar entonces del robo hormiga de las grandes
transnacionales, la extorsión «irrepresentable», sólo cognoscible por
medio de una compleja organización multinacional articulada según un
modelo gansteril. Nuestra vida cotidiana esta así signada por las
abusivas relaciones mercantiles que experimentan una creciente densidad
así como una significativa disminución de las relaciones interpersonales
sin fines de lucro.
Pese a todo, incluso la personalidad de
las celebridades esta sujeta a los procesos de obsolescencia y
caducidad, al fenómeno postmoderno de la «sacralidad impersonal». La
obsolescencia de los objetos se corresponde con la de los rock stars y
gurús intelectuales; con la multiplicación y aceleración en la rotación
de las «celebridades», para que ninguna pueda erigirse en “ídolo
personalizado y canónico”. El exceso de imágenes, el entusiasmo
pasajero, determinan que cada vez haya más “estrellas” y menos inversión
emocional en ellas, los revival son fenómenos de “nostalgia decretada”
ideadas como estrategias de marketing por algún ejecutivo de una
compañía multimedia.
Ma? allá de la “sociedad del espectáculo”[10]
y “el imperio de lo efímero” se instala la “norma de consumo” en el
plano de las necesidades sociales, también gobernadas por dos mercancías
básicas: la vivienda estandarizada, lugar privilegiado de consumo, y el
automóvil como medio de transporte compatible con la separación entre
el hogar y el sitio de trabajo. Ambas mercancías —y en especial, desde
luego, el automóvil— fueron sometidas a la producción masiva y la
adquisición de ambas exige una «amplia socialización de las finanzas»
bajo la forma de nuevas o ampliadas facilidades de crédito (compra a
plazos, créditos, hipotecas, etc.). Más aún, las dos mercancías básicas
del proceso de consumo masivo crearon complementariedades (crédito
hipotecario y automotriz) que producen una gigantesca expansión de las
mercancías, apoyada por una diversificación sistemática de los valores
de uso. El individuo se ve obligado a elegir permanentemente, a tomar la
iniciativa, a informarse, a probarse, a permanecer joven, a deliberar
acerca de los actos más sencillos: qué automóvil comprar, qué película
ver, qué libro leer, qué régimen o terapia seguir. El consumo obliga a
hacerse cargo de sí mismo, nos hace “responsables”, se trata así de un
sistema de participación ineludible[11].
El régimen de la mortandad de los objetos
El dispositivo que activa este sistema
de “obsolescencia acelerada” —que impera a consumir compulsivamente—
consiste en convencer al consumidor que necesita un producto nuevo antes
que el que ya tiene agote su vida útil y funcionalidades. Ésta es una
de las tareas de los diseñadores: acelerar la obsolescencia. A este
respecto el automóvil ha sido un caso paradigmático de las
obsolescencias decretadas del estilo, asociadas a las imágenes de
prestigio y estatus que le rodean.
Así, el propósito es hacer que el
cliente este descontento con su actual automóvil, su cocina, sus
pantalones, etc., porque esta “pasado de moda”. Ya no debe esperarse que
las cosas se acaben lentamente. Las sustituimos por otras que si bien
no son, necesariamente, más efectivas, son más atractivas. Pese a todo
es difícil discernir la frontera entre progreso técnico real y
obsolescencia del diseño y —más aún— sustraerse al influjo de estos
condicionamientos.
Siempre los objetos han llevado la huella de la presencia humana[12],
pero ahora no son sus funciones primarias (el cuerpo, los gestos, su
energía...) las que se imponen sino las superestructuras las que se
dejan sentir. Así, el objeto automatizado representa a la conciencia
humana en su autonomía, su voluntad de control y dominio. Ese poder va
más allá de la prosaica funcionalidad —y de eso saben mucho los
vendedores de automóviles—. El objeto es irracionalmente complicado, se
llena de detalles superfluos y viaja en su juego de significaciones
mucho más allá de sus determinaciones objetivas.
El automóvil es un signo de poder, de
refugio, una proyección fálica y narcisista, que —según Baudrillard—
reúne “la abstracción de todo fin práctico en la velocidad, el
prestigio, la connotación formal, la connotación técnica, la
diferenciación forzada, la inversión apasionada y la proyección
fantasmagórica”[13].10
El ejemplo del automóvil es
paradigmático. A éste muy rápidamente se le sobrecargó de funciones
parasitarias de prestigio, de confort, de proyección (fálica)
inconsciente... que frenaron y después bloquearon su función de síntesis
humana[14].
El consumo, como se ve, no es la base
sobre la que descansa el progreso, sino más bien la barrera que lo
estanca o, al menos, lo lanza en la dirección contraria a la de la
mejora de las relaciones sociales. El espíritu que realmente funciona es
el de la fragilidad de lo efímero, una compulsión que se debate de
forma recurrente entre la satisfacción y la decepción y que permite
ocultar los verdaderos conflictos que afectan a la sociedad y al
individuo.
Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
Baudrillard habla[15]
de un gran happening colectivo dominado por el espectáculo de la
mortalidad impuesta y organizada de los objetos, por su artificial
obsolescencia, pero sabe que esa imposición no es sólo una consecuencia
del orden de producción capitalista. Es difícil saber qué género de
instinto de muerte del grupo, qué voluntad regresiva domina todo ese
ceremonial que, bien pensado, recuerda a ciertas ceremonias salvajes
como la del potlach. Potlach es una práctica antes que un concepto,
parte de un lenguaje perdido en la Historia, pero aun vivo en ciertos
ritos modernos: el sexo, el banquete y la embriaguez de la danza, «donde
se ve que la dispersión no va hacia el sin sentido, sino que es una
modalidad de encuentro con el sentido que pasa a través de la pérdida de
centralidad del sujeto». Una economía ya no basada en la acumulación
sino en el derroche, en el goce de lo producido. Nuestras sociedades
viven de la acumulación de lo que producen, vigilan este excedente de
forma celosa. En cambio, cuando se habla de Potlach nos referimos a los
experimentos históricos basados en el gasto improductivo, al disfrute y
la prodigalidad.
Finalmente nos resta por analizar el
aspecto «mitológico» del capital y la sacralización de sus productos más
emblemáticos: la Coca Cola, el Cadillac, los Mac Donald's. Los aspectos
ideológicos del consumo rebasan los límites de la organización política
para instalarse en el inconsciente colectivo y los usos rituales de una
población. Se busca implantar sobre bases afectivas y nemotécnicas un
nuevo y particular ethos, una forma de ir por el mundo, ya no como
recolector o cazador, ni siquiera como consumidor, sino como el agente
del desperdicio, carácter que surge sólo desde la conciencia de la
prosperidad, la abundancia y el lujo.
Para estimular el flujo de la mercancía,
a través del desperdicio y el derroche, entendida éste como clave de la
prosperidad futura del mercado, se opera en varias direcciones.
Primeramente —en el plano ideológico— contra el pensamiento orientado al
ahorro, mentalidad difícil de desarraigar ya que corresponde a una
práctica ancestral de la humanidad, la de precaverse para el desconocido
y con frecuencia temido día de la escasez[16].
Por otra parte está la vertiente
sentimental y poética del diseño, que se corresponde con una novedad
metodológica importante, la apelación a la memoria emotiva. La vertiente
sentimental de la mercadotecnia se refiere a la persistencia aún en los
nuevos productos de un elemento visual implícito que marque una
filiación con el pasado, asegurando la continuidad histórica en la
espesa trabazón de los objetos. Casi sin excepción los nuevos diseños
incluyen un ingrediente que los especialistas denominan «forma
sobreviviente». Deliberadamente se incorpora al producto un detalle
evocador que recordará a los usuarios un artículo similar, de uso
semejante, tenido en una buena tarde o un feliz verano. La gente
aceptará más fácilmente algo nuevo, sostienen los expertos en
innovación, si reconocen en ello algo que surge “orgánicamente” del
pasado. Al incluir un patrón familiar en una forma nueva, sea o no
radical, se podrá hacer aceptable aún lo más inusitado, productos y usos
que de otro modo rechazarían.
Esta es una de las causas del amor
disfuncional que le profesamos a los objetos, aquel que los abraza a la
vez que los rechaza. La misma dualidad entre coleccionismo y desperdicio
da cuenta de esta ambivalencia.
Por una parte está el individuo que
colecciona desde sellos de correos hasta alfombras persas, y se siente
así impulsado a «realizarse» en el placer que supone la posesión de un
conjunto de objetos, donde la idea misma de colección está directamente
vinculada a la posesión —no funcional— por encima de la necesidad, es
decir, a la riqueza y por otra las maneras de «usar» el excedente como
desperdicio. Aquí es posible identificar otra forma de mitología, la de
ciertas lógicas capitalistas, según la cual a épocas de prosperidad,
cuando la economía se expande y el crecimiento del producto es
sostenido, le debiera seguir o suceder tiempos donde el beneficio —en
razón de los excedentes— alcance a toda la población, incluso a la más
desfavorecida, esto de acuerdo a la conocida estrategia de «crecimiento y
chorreo» que dominó el «paraíso» neoliberal del Chile de los 80'. Pero
en realidad esto nunca sucedió, en su lugar advino la acumulación
—incluso— del excedente; nuevas formas de codicia y de fraude fiscal
terminaron por ahogar esta promesa escatológica del libre mercado.
Como homenaje a Jean Baudrillard
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
[*] Adolfo Vásquez Rocca
es Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso y ha cursado estudios de Postgrado en la Universidad
Complutense de Madrid.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
[1] BAUDRILLARD,
Jean (1929-) Estudió filología germánica en La Sorbona de París.. En
1966 leyó su tesis doctoral ('Le sistème des objets') bajo la dirección
de Henry Lefebvre, e inició su actividad docente en la Universidad París
X, en Nanterre, donde tuvo un papel activo en los sucesos de mayo del
68. Director científico del IRIS (Recherche sur l'Innovation Sociale) de
la Universidad París-IX Daphine (1986-1990). En 2001 fue contratado por
la European Graduate School de Saas-Fee, Suiza, como profesor de
filosofía de la cultura y de los medios en los seminarios intensivos de
verano.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
[4] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno "fashion";http://www.ucm.es/info/nomadas/11/avrocca2.htm En NÓMADAS. 11 | Enero-Junio.2005 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
[6] DEBORD,
Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia, 1999, cap.
II La mercancía como espectáculo. P. 51 y sgtes.
[8] BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1940.
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
[10] Existen
dos intentos recientes de utilizar el concepto de fetichismo de la
mercancía para explicar la cultura capitalista del siglo XX. Uno de
ellos es, desde luego, la crítica a la «industria de la cultura»
elaborada por Horkheimer y Adorno en Dialéctica de la Ilustración, y
el segundo es el análisis desarrollado por Guy Debord y otros miembros
de movimiento situacionista en los años sesenta. Parodiando la frase con
que se inicia El capital, Debord afirma que «toda la vida de las
sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se
anuncia como una acumulación inmensa de espectáculos», y agrega que el
espectáculo «en todas sus formas específicas, como información o
propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimiento», debe ser
visto como «una relación social entre las personas mediada por
imágenes». Como tal, la «sociedad del espectáculo» es «la realización
absoluta» del «principio del fetichismo de la mercancía». Si bien
Baudrillard admite la influencia de los situacionistas, rechaza sin
tapujos sus ideas: «No vivimos ya la sociedad del espectáculo... como
tampoco los tipos específicos de alienación y represión que ésta
conlleva». Podemos presumir que ello se debe a que conceptos como los de
alienación y represión presuponen la existencia de algo alienado o
reprimido. Debord afirma decididamente que la sociedad del espectáculo
implica un forma distorsionada de relación social, habla de «la praxis
social global escindida entre realidad e imagen» y dice que «dentro de
un mundo puesto realmente de cabeza, lo verdadero es el movimiento de lo
falso». Todo lo anterior es rechazado de plano por Baudrillard, para
quien realidad e imagen, falso y verdadero, se confunden de manera
endémica en el mundo hiperreal de la simulación.
[12] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Coleccionismo y genealogía de la intimidad”, en Almiar (Margen Cero), Madrid, 2006, http://www.margencero.com/articulos/articulos2/coleccionismo.htm
[15] BAUDRILLARD, Jean, La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras, Ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1974.
[16] EWEN,
Stuart, Todas las imágenes del consumismo; la política del estilo en
la cultura contemporánea, Ed. Grijalbo, México, 1998, p, 284.
Baudrillard
LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO _ POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
Universidad Complutense de Madrid
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados", En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
Universidad Complutense de Madrid
1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía Estética
Si
hubiera que ampliar las investigaciones de Walter Benjamin al siglo XX y
principios del XXI, sería necesario –según Sloterdijk–1 además de
algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los
modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos
feriales, grandes estadios olímpicos, edificios corporativos, centros de
convenciones y estaciones orbitales2. Los nuevos trabajos tendrían
títulos como grandes úteros para masa infantilizadas, Estados
Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes encarnaron una sugestiva
idea del espacio en los principios del capitalismo. Consumaron la
fusión, que tanto había inspirado a Benjamin, entre salón y universo en
un espacio interior de carácter público; eran un “templo del capital
mercantil”, “voluptuosa calle del comercio”3, proyección de los bazares
de Oriente en el mundo burgués y símbolo de la metamorfosis de todas las
cosas bajo la luz de su venalidad [capacidad de ser vendido, corrompido
-demarcación que establece el dinero entre lo sacro y lo profano]
escenario de una féerie que embruja a los clientes hasta el final de la
visita. Una feria de vanidades – donde el ceremonial social del lujo no
sólo exige su vendibilidad, sino que la presupone. – del mismo modo como
los altos honorarios médicos del psicoanálisis forman parte del proceso
de curación del enfermo, en cuanto hace digna de crédito su voluntad– .
Sin embargo, el Palacio de Cristal, el de Londres –en 1850-, que
primero albergó las Exposiciones Universales y luego un centro lúdico
consagrado a la “educación del pueblo”, y aún más, el que aparece en un
texto de Dostoievsky4 y que hacía de toda la sociedad un “objeto de
exposición” ante sí misma, apuntaba mucho más allá que la arquitectura
de los pasajes; Benjamin lo cita a menudo, pero lo considera tan sólo
como la versión ampliada de un pasaje. Aquí, su admirable capacidad
fisonómica lo abandonó. Porque, aun cuando el pasaje contribuyera a
glorificar y hacer confortable el capitalismo5 , el Palacio de Cristal
–la estructura arquitectónica más imponente del siglo XIX– apunta ya a
un capitalismo integral, en el que se produce nada menos que la total
absorción del mundo exterior en un interior planificado en su
integridad.
[...]
2.-Los shopping-mall como sistemas autorregulados.
Los
shopping-mall son un capítulo de la tecnologización de la ciudad. En
ellos, el mercado ya no recurre a ningún artificio para ocultar su
naturaleza universal. Una misma técnica se utiliza en la producción
escenográfica de mercados idénticos. Por eso, la tecnología es un factor
decisivo: nada puede entregarse al azar o a las ocurrencias
individuales, ni la circulación de las personas, ni la circulación de
las materias , ni el espacio. Si el mercado tuvo su origen a cielo
abierto, y persistió en la calle, las galerías decimonónicas
descubrieron, por primera vez, las ventajas de un continuum espacial y
temporal independizado radicalmente de cualquier peripecia que perturbe
su funcionamiento. El ideal del shopping-mall no es el pintoresquismo
(que el capitalismo reserva para las excursiones turísticas o los
enclaves miserables) sino el confort. La calle nos recuerda, aunque de
manera intermitente, que la intemperie existe y no todo está bajo
control.
Los
shopping-malls, en cambio, son un invento que se separa definitivamente
de la temporalidad y la intemperie. Como sistema autorregulado, el
shopping-mall se anticipa a todas las necesidades de sus visitantes: no
existen ni el frío ni el calor, no hay montaje aleatorio de sonidos
mecánicos y naturales, no hay conflicto de estilos (el shopping-mall
destruye los estilos incluso cuando pretende conservarlos). Sobre todo:
no existen las diferencias nacionales. Los shopping-malls y los resorts
turísticos unifican su forma y repiten escrupulosamente una tipología,
que varía sólo en algunos elementos accesorios. Esto se puede probar en
cada una de las piezas ensambladas en un shopping-mall.
Así
, el shopping-mall quiere decirnos que no renuncia a la naturaleza. No
obstante, se separa de ella de manera completamente nueva y radical. En
el shopping-mall respiramos aire reciclado, las luces son siempre
artificiales y jamás se mezclan con la luz atmosférica, los sonidos del
exterior, por decisión arquitectónica, no deben traspasar las paredes
fortificadas del recinto; la ausencia de ventanas niega toda
comunicación con el afuera. Sin embargo, de manera infantil y con
voluntad de producir un efecto de escenografía “ecológica”, los patios
del shopping-mall no pueden prescindir de sus árboles, los mismos
árboles en todo el planeta, indiferentes al desierto que rodea al
shopping-mall, o a la ciudad decimonónica en la que éste se ha
incrustado.
En
el shopping-mall, la jardinería no busca el efecto maravilloso del
artificio, ni la inspiración romántica del paisaje campestre, ni la
culminación abstracta de las miniaturas de un jardín japonés. Lejosde
estos ejemplos, su originalidad se apoya en la buscada incongruencia
entre arquitectura y decoración “natural”. En medio de la polución
visual de los carteles, los anuncios y los letreros, los árboles del
shopping-mall están allí para probar que, si un shopping-mall es el
universo bajo su forma de mercado, nada del universo puede serle ajeno.
La tecnología del shopping-mall necesita, para cumplir adecuadamente sus
fines, expulsar cualquier recuerdo del mundo exterior y convertirse en
un espacio abstracto y universal. Sin embargo, como en la sociedad
hipertecnológica prospera una ideología “naturista” (una especie de
ecologismo blando y romántico), se necesita del verde de los árboles
como garantía, precisamente, de que la universalidad tecnológica no deja
nada afuera. Ni siquiera a los árboles que, embutidos en sus macetas y
detenidos en la mitad de su crecimiento, son una escenografía de ciencia
ficción: hierbas verde esmeralda en un paisaje de silicio o, como
escribió Benjamin, la orquídea imposible en que se ha convertido la
realidad.
En
concordancia con estas intuiciones estético-políticas Walter Benjamin
elige en sus minuciosas descripciones precisamente los objetos que ponen
de manifiesto el inminente advenimiento -a través del fetiche de la
mercancia y el templo del escaparate- del capiatlismo integral, esto es,
del paisaje urbano convertido en ideología. Basta leer el índice del
libro de Los Pasajes
para notar la descripción de la cultura mercantil ad portas: pasajes,
panoramas, exposiciones universales, interiores, calles, barricadas.
Nadie hasta entonces había pensado a la cultura tan profundamente
sumergida en su medio material y urbano. Este segundo tomo de
Iluminaciones incluye tres ensayos: unos sobre el París del segundo
Imperio, otro sobre algunos temas en Baudelaire y el tercero, el
famosísimo “París, capital del siglo XIX”. Cada uno de estos ensayos
descubre pistas que Benjamin procuró reconducir hacia una convergencia
improbable (en el límite, imposible) en el libro no escrito sobre los
pasajes de París. Cada una de estas pistas es novedosa por varios
motivos: la captación de la dimensión social de la poesía de Baudelaire y
de la dimensión cultural de las transformaciones materiales y urbanas;
el descubrimiento (no existe otra palabra más exacta) de que ciudad y
poesía moderna se implican como producciones simbólicas y se presuponen
como experiencia.
Leer Artículo completo:
EL PARAISO NEOLIBERAL O LA ESTETICA DEL SHOPINNG - MALL
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de
Especialización: Antropología y Estética. Profesor de Postgrado.
Profesor de Antropología y de Estética - Departamento de Artes y
Humanidades-. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de
Investigaciones de Postgrado. Director de la Revista Observaciones
Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Secretario de Ejecutivo de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de la PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm, Editor Asociado de Psikeba —Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires— http://www.psikeba.com.ar/, miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México http://www.eticamundial.com.mx/- y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/
COLUMNISTA DE REVISTAS Y PUBLICACIONES INTERNACIONALES, entre las que se cuentan:
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
EL PARAISO NEOLIBERAL O LA ESTETICA DEL SHOPINNG - MALL
Sofía Oportot
Notas:
4 Los
ecos literarios de la estancia de Dostoievsky en Londres se encuentran
en su suplemento literario de viajes “Anotaciones de invierno sobre
impresiones de verano», 1863, un texto en el que el autor se burla,
entre otras cosas, de los «sargentos primeros de la civilización» de
Occidente, de los “progresistas de invernadero”, y expresa su angustia
acerca del triunfalismo baálico del palacio de la Exposición Universal.
Dostoievsky reconoce ya en la burguesía francesa la equiparación europea
occidental y posthistórica entre seres humanos y poder adquisitivo: “La
posesión de dinero [es] la más elevada virtud y deber del ser humano”.
7
Pero, aquí cabe preguntarse qué sucederá después de este gran
invernadero. Porque la vida climatizada al interior del gran palacio de
cristal está basada en una tecnología que no es sustentable, dado que
requiere de las actuales energías fósiles. En la historia de la
humanidad, el fosilismo habrá sido un episodio de apenas unos 300 años.
Tenemos energías fósiles aún por 50, 100 años como máximo. En todo caso,
nuestro placer ya no es el mismo: ha sido prácticamente demolido,
porque las energías fósiles son sólo agradables cuando son baratas, y
esa época se terminó para siempre. No volverá nunca más. Cuando todo se
vuelve caro, no hay más confort, porque la democratización del lujo es
imposible. Los regalos de la naturaleza se terminan allí. Ahora los
hombres se preguntan cómo se pueden reemplazar esos regalos. La verdad
es que el hombre detesta el trabajo. Los hombres simulan trabajar, pero
trabajando sueñan con un regalo, con un tesoro que buscan en forma
permanente. El trabajo es sólo una suerte de intermezzo que
se acepta en espera del gran regalo. Ahora, ante el fin de las energías
fósiles, el trabajo regresa como una carga insoportable.
Por
lo pronto tenemos una opción, la posibilidad de implementar un gran
giro hacia una tecnología que sea al mismo tiempo barata, compatible con
las exigencias de la democracia y, sobre todo, abordable para los
países que hoy están en la periferia. Esos pueblos aprovecharán la
situación cuando las nuevas tecnologías solares estén disponibles a
precios razonables. Esos nuevos recursos permitirán una estructura de
civilización completamente diferente.
ANEXO
Baudrillard
Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Adolfo Vásquez Rocca
El carácter distintivo del American way of life, de la última sociedad primitiva contemporánea se escenifica en las formas del distanciamiento, en el paisaje, en los grandes desiertos y carreteras de ese país que deja entrever una profunda soledad, las inclinaciones thanáticas que yacen bajo el optimismo americano; la decrepitud del capitalismo tardío en la tierra de las oportunidades, del american dream convertido en el insomnio incontenible de la banalidad y la indiferencia; los Estados Unidos han realizado la desterritorialización de la identidad, la diseminación del sujeto y la neutralización de todos los valores y, si se quiere, la muerte de la cultura bajo el régimen de la mortandad de los objetos. En este sentido es una cultura ingenua y primitiva, no conoce la ironía, no se distancia de sí misma, no ironiza sobre el futuro ni sobre su destino; ella sólo actúa y materializa su política de Estado. Norteamérica realiza así sus sueños y sus pesadillas.
La identidad prefabricada
Vivimos en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la pornografía de la información, por la frialdad obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de la alienación, sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con toda mirada o, como dirá Baudrillard[1], con toda imagen[2] y, por cierto, con todo reconocimiento.
El desafío de la diferencia, que constituye al sujeto especularmente, siempre a partir de un otro que nos seduce o al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos, hace que el solitario voyeurista ocupe el lugar del antiguo seductor apasionado. Somos, en este sentido, ser para otros y no sólo por la teatralidad propia de la vida social, sino porque la mirada del otro nos constituye, en ella y por ella nos reconocemos. La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social. Lo característico de la frivolidad es la ausencia de esencia, de peso, de centralidad en toda la realidad, y por tanto, la reducción de todo lo real a mera apariencia.
El éxito de la identidad prefabricada radica en que cada uno la diseña de acuerdo con lo que previsiblemente triunfa –los valores en alza[3]–. La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.
Efectos de desaparición
La
fragmentación de las imágenes construye una estética abstracta y
laberíntica, en el que cada fragmento opera independiente pero, a su
vez, queda encadenado al continuo temporal de un instante narrativo
único. Podemos retener el mundo entero en nuestras cabezas.
La
aceleración y los estados alterados de la mente. Los psicotrópicos. La
representación electrónica de la mente en la cartografía del hipertexto.
Las autopistas de la información, donde todo acontece sin tener
siquiera que partir ni viajar. Es la era de la llegada generalizada, de
la telepresencia, de la cibermuerte y el asesinato de la realidad. El
mundo como una gran cámara de vacío y de descompresión. Como la
ralentización de la exuberancia del mundo.
Imágenes
de la gran urbe, fragmentos de los últimos gestos humanos reconocibles.
Los sujetos indiferentes a la presencia de la cámara se mueven según el
ritmo de sus propios pensamientos.
Imágenes
en movimiento: la estación del Metro de Tokio, súper-carreteras, aviones
supersónicos, televisores de cristal líquido, nano-ordenadores, y otros
tantos accesorios que nos implantan una aceleración a la manera de
otras tantas prótesis tecnológicas. Es la era del cyber-reflejo
condicionado, del vértigo de la cibermúsica, de los fundidos del
inconsciente en una lluvia de imágenes digitales, vértigo espasmódico de
señales que se encienden y apagan, del gesto televisivo, vértigo
espasmódico de señales que se encienden y se apagan, del gesto neurótico
y ansioso del zapping o el molesto corte del semáforo en las esquinas
que parasitan el sistema de interrupciones artificiales y alimentan
nuestra dependencia de los efectos especiales.
La sociedad del espectáculo
La moda
ha contribuido también a la construcción del paraíso del capitalismo
hegemónico. Sin duda, capitalismo y moda se retroalimentan[4].
Ambos son el motor del deseo que se expresa y satisface consumiendo;
ambos ponen en acción emociones y pasiones muy particulares, como la
atracción por el lujo, por el exceso y la seducción. Ninguno de los dos
conoce el reposo, avanzan según un movimiento cíclico no-racional, que
no supone un progreso. En palabras de J. Baudrillard: “No hay un
progreso continuo en esos ámbitos: la moda es arbitraria, pasajera,
cíclica y no añade nada a las cualidades intrínsecas del individuo”[5].
Del mismo modo es para él el consumo un proceso social no racional. La
voluntad se ejerce –está casi obligada a ejercerse– solamente en forma
de deseo, clausurando otras dimensiones que abocan al reposo, como son
la creación, la aceptación y la contemplación. Tanto la moda como el
capitalismo producen un ser humano excitado, aspecto característico del
diseño de la personalidad en sociedad del espectáculo.
La
sociedad de consumo supone la programación de lo cotidiano; manipula y
determina la vida individual y social en todos sus intersticios; todo se
transforma en artificio e ilusión al servicio del imaginario
capitalista y de los intereses de las clases dominantes. El imperio de
la seducción y de la obsolescencia; el sistema fetichista de la
apariencia y alienación generalizada[6].
El juego de las apariencias
La tesis
de Baudrillard es que la peor de las alienaciones no es ser despojado
por el otro, sino estar despojado del otro; es tener que producir al
otro en su ausencia y, por lo tanto, enviarlo a uno mismo. Si en la
actualidad estamos condenados a nuestra imagen, no es a causa de la
alienación, sino de su fin, es decir, de la virtual desaparición del
otro, que es una fatalidad mucho peor.
Ver y ser
vistos, esa parece ser la consigna en el juego translúcido de la
frivolidad. El así llamado momento del espejo, precisamente, es el
resultado del desdoblamiento de la mirada, y de la simultánea conciencia
de ver y ser visto, ser sujeto de la mirada de otro[7],
y tratar de anticipar la mirada ajena en el espejo, ajustarse para el
encuentro. La mirada, la sensibilidad visual dirigida, se construye
desde esta autoconciencia corpórea, y de ella, a la vez, surge el arte,
la imagen que intenta traducir esta experiencia sensorial y apelar a la
sensibilidad en su receptor.
Nuestra
soledad demanda un espejo simbólico en el que poder reencontrar a los
otros desde nuestro interior. Buscamos en el espejo la unidad de una
imagen a la que sólo llevamos nuestra fragmentación.
Con
estupor tomamos las últimas fotografías posibles, un patético modo de
certificar la experiencia o de convertirla en colección. Pareciera que
la fotografía quiere jugar este juego vertiginoso, liberar a lo real de
su principio de realidad, liberar al otro del principio de identidad y
arrojarlo a la extrañeza. Más allá de la semejanza y de la significación
forzada, más allá del "momento Kodak", la reversibilidad es esta
oscilación entre la identidad y el extrañamiento que abre el espacio de
la ilusión estética, la des-realización del mundo, su provisional puesta
entre paréntesis.
Como en La invención de Morel[8]
donde un aparato reproduce la vida (absorbiendo las almas) en forma de
réplica, en forma de mera proyección. Los Stones como souvenir de sí
mismos proyectados en el telón del escenario giratorio. La envidiable
decreptitud de Mick Jagger con una delgadez mezquina y ominosa, como si
fuera su propia narcótica reliquia.
Los
rostros del otro, rostros distantes a pesar de su cercanía, ausentes a
pesar de su presencia, los miramos sin que ellos nos devuelvan la
mirada. La alteridad no es más que un espectro, fascinados contemplamos
el espectáculo de su ausencia. Tal vez los Stones estén muertos y nadie
lo sepa. Tal vez sea una banda sustituta la que por enésima vez sacuda
el mundo cuando comience su nueva gira por las ciudades de la Gran Babilonia.
Sería un
error minimizar la relación entre estos fenómenos y el origen de la
personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y el
mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como la
erosión de la vida intima tenida lugar a través de la relaciones
sociales que se tratan como pretextos para la expresión de la propia
personalidad. La transformación de la vida pública en un ámbito donde
“la persona puede escapar a las cargas de la vida familiar idealizada...
mediante un tipo especial de experiencia, entre extraños o, más
importante aún, entre personas destinadas a permanecer siempre como
extraños”, y donde una silenciosa y pasiva masa de espectadores observa
la extravagante expresión de la personalidad de unos pocos en la
“sociedad del espectáculo”, donde los medios de “comunicación” nos
escamotean y disuelven el presente con las fanfarrias del último estelar
televisivo.
La
construcción del sentido social se desplaza del espacio de la política,
hacia un mundo que no tiene historia, sólo pantalla. Son las nuevas
formas de producción, las de un nuevo universo simbólico en donde se
resignifican las viejas utopías mediante un proceso de
descontextualización que las convierte en imágenes sin historia; en
mercancías.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
En esos
mismos medios de comunicación se desplazan hoy los actores políticos
jugando su rol hegemónico en la construcción de sentido en tanto
perpetran el secuestro de nuestra moral. La fe pública violada ha creado
las condiciones para el desprestigio de lo político y con ello el de
nuestras instituciones, qué puede extrañar entonces del robo hormiga de
las grandes transnacionales, la extorsión «irrepresentable», sólo
cognoscible por medio de una compleja organización multinacional
articulada según un modelo gansteril. Nuestra vida cotidiana esta así
signada por las abusivas relaciones mercantiles que experimentan una
creciente densidad así como una significativa disminución de las
relaciones interpersonales sin fines de lucro.
Pese a
todo, incluso la personalidad de las celebridades esta sujeta a los
procesos de obsolescencia y caducidad, al fenómeno postmoderno de la
«sacralidad impersonal». La obsolescencia de los objetos se corresponde
con la de los rock stars y gurús intelectuales; con la multiplicación y
aceleración en la rotación de las «celebridades», para que ninguna pueda
erigirse en “ídolo personalizado y canónico”. El exceso de imágenes, el
entusiasmo pasajero, determinan que cada vez haya más “estrellas” y
menos inversión emocional en ellas, los revival son fenómenos de
“nostalgia decretada” ideadas como estrategias de marketing por algún
ejecutivo de una compañía multimedia.
Ma? allá de la “sociedad del espectáculo”[10]
y “el imperio de lo efímero” se instala la “norma de consumo” en el
plano de las necesidades sociales, también gobernadas por dos mercancías
básicas: la vivienda estandarizada, lugar privilegiado de consumo, y el
automóvil como medio de transporte compatible con la separación entre
el hogar y el sitio de trabajo. Ambas mercancías —y en especial, desde
luego, el automóvil— fueron sometidas a la producción masiva y la
adquisición de ambas exige una «amplia socialización de las finanzas»
bajo la forma de nuevas o ampliadas facilidades de crédito (compra a
plazos, créditos, hipotecas, etc.). Más aún, las dos mercancías básicas
del proceso de consumo masivo crearon complementariedades (crédito
hipotecario y automotriz) que producen una gigantesca expansión de las
mercancías, apoyada por una diversificación sistemática de los valores
de uso. El individuo se ve obligado a elegir permanentemente, a tomar la
iniciativa, a informarse, a probarse, a permanecer joven, a deliberar
acerca de los actos más sencillos: qué automóvil comprar, qué película
ver, qué libro leer, qué régimen o terapia seguir. El consumo obliga a
hacerse cargo de sí mismo, nos hace “responsables”, se trata así de un
sistema de participación ineludible[11].
El régimen de la mortandad de los objetos
El
dispositivo que activa este sistema de “obsolescencia acelerada” —que
impera a consumir compulsivamente— consiste en convencer al consumidor
que necesita un producto nuevo antes que el que ya tiene agote su vida
útil y funcionalidades. Ésta es una de las tareas de los diseñadores:
acelerar la obsolescencia. A este respecto el automóvil ha sido un caso
paradigmático de las obsolescencias decretadas del estilo, asociadas a
las imágenes de prestigio y estatus que le rodean.
Así, el
propósito es hacer que el cliente este descontento con su actual
automóvil, su cocina, sus pantalones, etc., porque esta “pasado de
moda”. Ya no debe esperarse que las cosas se acaben lentamente. Las
sustituimos por otras que si bien no son, necesariamente, más efectivas,
son más atractivas. Pese a todo es difícil discernir la frontera entre
progreso técnico real y obsolescencia del diseño y —más aún— sustraerse
al influjo de estos condicionamientos.
Siempre los objetos han llevado la huella de la presencia humana[12],
pero ahora no son sus funciones primarias (el cuerpo, los gestos, su
energía...) las que se imponen sino las superestructuras las que se
dejan sentir. Así, el objeto automatizado representa a la conciencia
humana en su autonomía, su voluntad de control y dominio. Ese poder va
más allá de la prosaica funcionalidad —y de eso saben mucho los
vendedores de automóviles—. El objeto es irracionalmente complicado, se
llena de detalles superfluos y viaja en su juego de significaciones
mucho más allá de sus determinaciones objetivas.
El
automóvil es un signo de poder, de refugio, una proyección fálica y
narcisista, que —según Baudrillard— reúne “la abstracción de todo fin
práctico en la velocidad, el prestigio, la connotación formal, la
connotación técnica, la diferenciación forzada, la inversión apasionada y
la proyección fantasmagórica”[13].10
El
ejemplo del automóvil es paradigmático. A éste muy rápidamente se le
sobrecargó de funciones parasitarias de prestigio, de confort, de
proyección (fálica) inconsciente... que frenaron y después bloquearon su
función de síntesis humana[14].
El
consumo, como se ve, no es la base sobre la que descansa el progreso,
sino más bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en la
dirección contraria a la de la mejora de las relaciones sociales. El
espíritu que realmente funciona es el de la fragilidad de lo efímero,
una compulsión que se debate de forma recurrente entre la satisfacción y
la decepción y que permite ocultar los verdaderos conflictos que
afectan a la sociedad y al individuo.
Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
Baudrillard habla[15]
de un gran happening colectivo dominado por el espectáculo de la
mortalidad impuesta y organizada de los objetos, por su artificial
obsolescencia, pero sabe que esa imposición no es sólo una consecuencia
del orden de producción capitalista. Es difícil saber qué género de
instinto de muerte del grupo, qué voluntad regresiva domina todo ese
ceremonial que, bien pensado, recuerda a ciertas ceremonias salvajes
como la del potlach. Potlach es una práctica antes que un concepto,
parte de un lenguaje perdido en la Historia, pero aun vivo en ciertos
ritos modernos: el sexo, el banquete y la embriaguez de la danza, «donde
se ve que la dispersión no va hacia el sin sentido, sino que es una
modalidad de encuentro con el sentido que pasa a través de la pérdida de
centralidad del sujeto». Una economía ya no basada en la acumulación
sino en el derroche, en el goce de lo producido. Nuestras sociedades
viven de la acumulación de lo que producen, vigilan este excedente de
forma celosa. En cambio, cuando se habla de Potlach nos referimos a los
experimentos históricos basados en el gasto improductivo, al disfrute y
la prodigalidad.
Finalmente
nos resta por analizar el aspecto «mitológico» del capital y la
sacralización de sus productos más emblemáticos: la Coca Cola, el
Cadillac, los Mac Donald's. Los aspectos ideológicos del consumo rebasan
los límites de la organización política para instalarse en el
inconsciente colectivo y los usos rituales de una población. Se busca
implantar sobre bases afectivas y nemotécnicas un nuevo y particular
ethos, una forma de ir por el mundo, ya no como recolector o cazador, ni
siquiera como consumidor, sino como el agente del desperdicio, carácter
que surge sólo desde la conciencia de la prosperidad, la abundancia y
el lujo.
Para
estimular el flujo de la mercancía, a través del desperdicio y el
derroche, entendida éste como clave de la prosperidad futura del
mercado, se opera en varias direcciones. Primeramente —en el plano
ideológico— contra el pensamiento orientado al ahorro, mentalidad
difícil de desarraigar ya que corresponde a una práctica ancestral de la
humanidad, la de precaverse para el desconocido y con frecuencia temido
día de la escasez[16].
Por otra
parte está la vertiente sentimental y poética del diseño, que se
corresponde con una novedad metodológica importante, la apelación a la
memoria emotiva. La vertiente sentimental de la mercadotecnia se refiere
a la persistencia aún en los nuevos productos de un elemento visual
implícito que marque una filiación con el pasado, asegurando la
continuidad histórica en la espesa trabazón de los objetos. Casi sin
excepción los nuevos diseños incluyen un ingrediente que los
especialistas denominan «forma sobreviviente». Deliberadamente se
incorpora al producto un detalle evocador que recordará a los usuarios
un artículo similar, de uso semejante, tenido en una buena tarde o un
feliz verano. La gente aceptará más fácilmente algo nuevo, sostienen los
expertos en innovación, si reconocen en ello algo que surge
“orgánicamente” del pasado. Al incluir un patrón familiar en una forma
nueva, sea o no radical, se podrá hacer aceptable aún lo más inusitado,
productos y usos que de otro modo rechazarían.
Esta es
una de las causas del amor disfuncional que le profesamos a los objetos,
aquel que los abraza a la vez que los rechaza. La misma dualidad entre
coleccionismo y desperdicio da cuenta de esta ambivalencia.
Por una
parte está el individuo que colecciona desde sellos de correos hasta
alfombras persas, y se siente así impulsado a «realizarse» en el placer
que supone la posesión de un conjunto de objetos, donde la idea misma de
colección está directamente vinculada a la posesión —no funcional— por
encima de la necesidad, es decir, a la riqueza y por otra las maneras de
«usar» el excedente como desperdicio. Aquí es posible identificar otra
forma de mitología, la de ciertas lógicas capitalistas, según la cual a
épocas de prosperidad, cuando la economía se expande y el crecimiento
del producto es sostenido, le debiera seguir o suceder tiempos donde el
beneficio —en razón de los excedentes— alcance a toda la población,
incluso a la más desfavorecida, esto de acuerdo a la conocida estrategia
de «crecimiento y chorreo» que dominó el «paraíso» neoliberal del Chile
de los 80'. Pero en realidad esto nunca sucedió, en su lugar advino la
acumulación —incluso— del excedente; nuevas formas de codicia y de
fraude fiscal terminaron por ahogar esta promesa escatológica del libre
mercado.
Como homenaje a Jean Baudrillard
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de
Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del
Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de
Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de
2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a
dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo
Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
[1] BAUDRILLARD,
Jean (1929-) Estudió filología germánica en La Sorbona de París.. En
1966 leyó su tesis doctoral ('Le sistème des objets') bajo la dirección
de Henry Lefebvre, e inició su actividad docente en la Universidad París
X, en Nanterre, donde tuvo un papel activo en los sucesos de mayo del
68. Director científico del IRIS (Recherche sur l'Innovation Sociale) de
la Universidad París-IX Daphine (1986-1990). En 2001 fue contratado por
la European Graduate School de Saas-Fee, Suiza, como profesor de
filosofía de la cultura y de los medios en los seminarios intensivos de
verano.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
[4] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno "fashion";http://www.ucm.es/info/nomadas/11/avrocca2.htm En NÓMADAS. 11 | Enero-Junio.2005 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
[6]
DEBORD, Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia,
1999, cap. II La mercancía como espectáculo. P. 51 y sgtes.
[8] BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1940.
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
[10]
Existen dos intentos recientes de utilizar el concepto de fetichismo de
la mercancía para explicar la cultura capitalista del siglo XX. Uno de
ellos es, desde luego, la crítica a la «industria de la cultura»
elaborada por Horkheimer y Adorno en Dialéctica de la Ilustración, y el
segundo es el análisis desarrollado por Guy Debord y otros miembros de
movimiento situacionista en los años sesenta. Parodiando la frase con
que se inicia El capital, Debord afirma que «toda la vida de las
sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se
anuncia como una acumulación inmensa de espectáculos», y agrega que el
espectáculo «en todas sus formas específicas, como información o
propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimiento», debe ser
visto como «una relación social entre las personas mediada por
imágenes». Como tal, la «sociedad del espectáculo» es «la realización
absoluta» del «principio del fetichismo de la mercancía». Si bien
Baudrillard admite la influencia de los situacionistas, rechaza sin
tapujos sus ideas: «No vivimos ya la sociedad del espectáculo... como
tampoco los tipos específicos de alienación y represión que ésta
conlleva». Podemos presumir que ello se debe a que conceptos como los de
alienación y represión presuponen la existencia de algo alienado o
reprimido. Debord afirma decididamente que la sociedad del espectáculo
implica un forma distorsionada de relación social, habla de «la praxis
social global escindida entre realidad e imagen» y dice que «dentro de
un mundo puesto realmente de cabeza, lo verdadero es el movimiento de lo
falso». Todo lo anterior es rechazado de plano por Baudrillard, para
quien realidad e imagen, falso y verdadero, se confunden de manera
endémica en el mundo hiperreal de la simulación.
[12] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Coleccionismo y genealogía de la intimidad”, en Almiar (Margen Cero), Madrid, 2006, http://www.margencero.com/articulos/articulos2/coleccionismo.htm
[15] BAUDRILLARD, Jean, La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras, Ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1974.
[16]
EWEN, Stuart, Todas las imágenes del consumismo; la política del estilo
en la cultura contemporánea, Ed. Grijalbo, México, 1998, p, 284.
BIBLIOGRAFÍA:
-
SLOTERDIJK, Peter, El palacio de cristal, Barcelona, 2004.
-
BENJAMIN, Walter, Libro de los Pasajes, Ediciones Akal, Madrid, 2005.
-
SARLO, Beatriz, Siete ensayos sobre Walter Benjamin, Editorial FCE., México, D.F., 2007.
-
BUCK-MORSS, Susan, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamín y el proyecto de los Pasajes, Editorial Visor, , Madrid, 199
-
INZAURRALDE, Gabriel, “La ciudad violenta y su memoria”, tesis doctoral defendida el 11 de septiembre de 2007, Universidad de Leiden, Países Bajos. <https://openaccess.leidenuniv.nl/bitstream/1887/12307/2/Thesis.pdf)>
W. BENJAMIN; LOS SHOPPING-MALL COMO TEMPLOS DEL CAPITALISMO CONFORTABLE Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Sofía Oportot
WALTER BENJAMIN Y PETER SLOTERDIJK; DE LOS PASAJES AL PALACIO DE CRISTAL Por Adolfo Vásquez Rocca
Globalización, hibridación, cultura, distancia, esfera, espacio, Estado-nación, identidad, frontera.
1.
Peter Sloterdijk en "La última esfera, historia de la globalización terrestre"[1]
pone de manifiesto su interpretación del desarrollo de estos procesos
desde la época de la colonización hasta lo que él denomina sociedades de paredes finas
y que no es otra cosa que el escenario de la época actual marcada por
la globalización, que debe ser entendida más allá del sentido clásico de
la eliminación de fronteras[2],
como un proceso de desterritorialización, un movimiento de
descentramiento donde se produce una combinación entre lo geográfico, lo
simbólico y lo disciplinario. Las fronteras se vuelven móviles, cambian
dependiendo del espacio en el cual se encuentra el individuo.
En el texto referido Sloterdijk presenta
una teoría de la reconfiguración del espacio y del tiempo, donde en uno
de sus más polémicos planteamientos señala que el problema fundamental
de la Filosofía no es el tiempo, sino el espacio. Esto quiere decir,
entre otras cosas, que los estudios culturales actuales deben ser una
investigación de los espacios y los desplazamientos, esto es, de las
formas de tránsito -espacios de tránsito- del ser humano como fugitivo
del cosmos. Desde esta perspectiva sloterdijkdiana, acuerdo al proyecto
Esferas que no es otro que el de repensar las configuración de espacios y
climas donde existe y se desarrolla el ser humano, donde el hombre
construye y reconfigura sus relaciones emocionales, protege su
intimidad, acaricia sus afectos e hilvana sus historias. El espacio
donde enfrenta sus miedos y se arroja a sus proyectos, donde tienen
lugar catastrofes y restauraciones inmunológicas, entre una historia de
separaciones, asentamientos y repatriaciones -reales y simbólicas.
Filosofía Adolfo Vásquez Rocca Blog
Desde la terminología de Sloterdijk
estar en el mundo es vivir en esferas, espacios de relación, climas o
atmósferas, "espacios de coexistencia, que se pasan por alto o se
consideran comúnmente como dados encubriendo así la información crucial
para desarrollar una comprensión de cómo somos los seres humanos. La
exploración de las esferas comienza con la diferencia básica que existe
entre los mamíferos y otros animales; la comodidad biológica y utópica
que los seres humanos intentan reconstruir mediante la ciencia, la
ideología y la religión. De estas microesferas (relaciones ontológicas
del tipo feto-placenta) a las macroesferas (los macro-úteros,
estructuras políticas que adoptan la forma de naciones o de Estados),
Sloterdijk analiza así las esferas donde los seres humanos intentan sin
éxito morar y refiere a una conexión entre la crisis vital (como la
separación narcisista) y las crisis que se generan cuando una esfera
estalla"[3].
En este espacio esferológico propuesto
por Sloterdijk es donde se va desarrollando el proceso globalizante, que
no es de reciente data, sino un cambio que se ha venido gestando desde
la colonización de América y la era de los primeros viajes de
descubrimiento.
Aquí es fundamental comprender el hecho
humano como una historia de la espacialidad y la búsqueda de nuevos
lugares, de habitáculos de recambio para el fugitivo del cosmos. Y como
correlato de esto el mundo contemporáneo se nos ofrece con su
disposición expansiva, donde pareciera que el mundo huye de sí mismo en sí mismo. La paradoja de la globalización es que allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro.
Es curioso que la palabra descubrimiento
no aprezca en los diccionarios de Filosofía, cuando es lo que da lugar a
toda ulterior pesquiza.
Filosofía Adolfo Vásquez Rocca Blog
2.
Sloterdijk sostiene que una primera y temprana globalización tuvo lugar mediante la colonización que se dio en el siglo XVIII. Dado que en estos procesos de conquista de nuevos territorios el europeo alfabetizado nunca se sintió completamente distante de sus sistemas de sentidos patrios, esto aún cuando se encontrase en una remota isla, fue necesario un elemento que al modo de constelaciones guiara estas nuevas navegaciones ahora existenciales surgiendo así la necesidad de un cielo común, bajo el que pudieran reunirse y -en algún sentido- atenuarse todas las soledades de los primeros exploradores en los confines del nuevo mundo. El sustento que permitió esta globalización, esta integración de un alma y mente común, que además compilara los nuevos saberes y el desarrollo de las incipientes ciencias etnográficas fue -sin duda- la Enciclopedia. La Enciclopedia elimina la sensación de des-ubicación y deriva del ser humano, otorgando seguridad y pertenencia, un reconocimiento, un periscopio, un remanzo contemplativo. "El baldaquín bajo el que se reúnen todas las soledades de los exploradores tenía que ser un fantástico libro integral: un libro de los récords cognitivos en el que no se olvidara a nadie que hubieses destacado como aportador de experiencia y como contribuyente al gran texto de la colonización del mundo"[4]. Esta fue, precisamente la función de la Enciclopedia, servir de interconexión de los nuevos saberes, nuevos mundos híbridos, la contaminación cultural, la pérdida y la reapropiación de sentidos y los nuevos hombres que en lejanas tierras comenzaron a experimentar la extrañeza del mestizaje y la eclosión de los límites del mundo.
Sloterdijk sostiene que una primera y temprana globalización tuvo lugar mediante la colonización que se dio en el siglo XVIII. Dado que en estos procesos de conquista de nuevos territorios el europeo alfabetizado nunca se sintió completamente distante de sus sistemas de sentidos patrios, esto aún cuando se encontrase en una remota isla, fue necesario un elemento que al modo de constelaciones guiara estas nuevas navegaciones ahora existenciales surgiendo así la necesidad de un cielo común, bajo el que pudieran reunirse y -en algún sentido- atenuarse todas las soledades de los primeros exploradores en los confines del nuevo mundo. El sustento que permitió esta globalización, esta integración de un alma y mente común, que además compilara los nuevos saberes y el desarrollo de las incipientes ciencias etnográficas fue -sin duda- la Enciclopedia. La Enciclopedia elimina la sensación de des-ubicación y deriva del ser humano, otorgando seguridad y pertenencia, un reconocimiento, un periscopio, un remanzo contemplativo. "El baldaquín bajo el que se reúnen todas las soledades de los exploradores tenía que ser un fantástico libro integral: un libro de los récords cognitivos en el que no se olvidara a nadie que hubieses destacado como aportador de experiencia y como contribuyente al gran texto de la colonización del mundo"[4]. Esta fue, precisamente la función de la Enciclopedia, servir de interconexión de los nuevos saberes, nuevos mundos híbridos, la contaminación cultural, la pérdida y la reapropiación de sentidos y los nuevos hombres que en lejanas tierras comenzaron a experimentar la extrañeza del mestizaje y la eclosión de los límites del mundo.
En este devenir el ser humano se plantea
la tarea de ordenar en una sola mirada abarcante este nuevo
conocimiento en gestación, misión -en un primer momento- de lingüistas y
etnólogos quienes en una tarea de ingeniería tendieron puentes para
lograr encuentros con lenguas extranjeras, posibilitando la expansión
del saber de la época a los distintas latitudes de la tierra. Desde esta
perspectiva, la de la traducción, existían dos caminos posibles: la
imposición por medio de la fuerza de las lenguas de los señores de los
feudos o la contaminación por parte pequeñas conspiraciones de lenguajes
marginales desde la periferia al centro, penetrando el núcleo del saber
europeo por pequeñas asoladas indigenistas -por las lenguas concretas,
por el habla ancestral y telúrica de los colonizados- logrando contagiar
un virus hipertextual y expansivo en el seno mismo del habla de los así
mismos llamados señores.
Es así como la traducción se vuelve la
clave de los procesos esferopoiéticos concretos y regionales. Uno de los
ejemplos más claro de este proceso casi hegemónico fue la traducción de
textos de la tradición cristiana. Esta traducción viene a convertirse
en una especie de colonización del inconsciente colectivo, de naciones y
pueblos, pero la pregunta que surge aquí es si esta traducción no es si
no, otro tipo de invasión, ¿es posible traducir culturas sin existir
los contextos necesarios para su interpretación idónea? La Biblia, por
ejemplo está traducida a más de dos mil cuatrocientas lenguas, pero su
contenido habrá sido interpretado de la manera correcta. De qué modo se
produce la adaptación de los designios de Dios a cada cultura.
Desde mi punto de vista la expansión del
conocimiento ‘oficial’ viene a ser el envoltorio de seguridad para el
ser humano de la época, el resguardo del desarraigo del venir al mundo,
sin embargo, Sloterdijk hace "estallar la herencia de la ilustración y
la creencia en el progreso, proclama el fin del totalitarismo metafísico
y la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo
contemporáneo, abriendo una brecha entre los apocalípticos y los
entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, ha cambiado
el eje del preguntar filosófico desde el tradicional ¿quiénes somos? al
innovador ¿dónde estamos?."[5].
3.
Ahora bien, qué ocurre cuando producto
del desarrollo de las nuevas tecnologías y el avance de los medios de
comunicación, sobretodo lo que se refiere a Internet y las posibilidades
de conexiones que esta herramienta provoca, el mundo se vuelve
sincrónico haciendo que se viva un presente común, vemos las noticias al
instante en todo el mundo. En tiempos pasados las noticias tardaban
días en llevar al último lugar recóndito de la tierra, sin embargo,
ahora está presente desde el mismo instante en que están ocurriendo los
hechos, es el caso del conflicto israelí, las ganancias de la bolsa de
China o la suspensión del gas desde Argentina a Chile. Se nos instala el
concepto del "instante", el momentum como lo define Sloterdijk,
como modo de vivencia cotidiana, sin distancias espaciales, el espectro
espacio se torna gigantesco. Lo lejano se vuelve cercano. Vivimos en un
espacio y tiempo donde las fronteras (terrenales – simbólicas) existen
por todas partes, las fronteras pone los límites donde los individuos se
pueden mantener dentro o fuera de una zona. Salir de estos límites, sin
duda, representa un desafío, presupone un gran riesgo, por eso es que
generalmente, los hombres no cruzan las fronteras y se mantienen
aislados en una esfera (estable). Sin embargo, con esta movilidad de la
frontera, el hombre debe aprender a convivir (sobrevivir) en este
espacio cambiante.
En lo que respecta al tiempo, estamos
ante unos medios dedicados a fabricar presente, lo que sólo puede
producirse mediante el debilitamiento del pasado, de la conciencia
histórica, desde esta lógica por ejemplo, las tradicionales plazas de
las ciudades de cualquier ciudad del mundo significaban lugares de
encuentros sociales, donde se hacía política, el lugar donde se producía
la socialización, sin embargo, ahora este espacio ha sido reemplazado
por la moda del mall, estas imponentes construcciones modernas,
aglutinan a jóvenes y adultos como un bricolaje de la moda mundial.
También este debilitamiento se puede ver reflejada en la conciencia
políticas donde son evidentes la disminución de los sujetos
comprometidos con la discusión y actuación política de su país.
"Cubiertas virtuales han sustituido al
imaginado cielo de éter de otros tiempos; mediante sistemas de
transmisión la eliminación de la lejanía se ha implementado técnicamente
por doquier en los centros de poder y consumo. Desde el punto de vista
aeronáutico la tierra se ha reducido a un trayecto en jet de cincuenta
horas como máximo; en el caso de las vueltas en torno a la tierra de los
satélites y de las circunvoluciones-Mir, se han conseguido unidades de
tiempo de noventa minutos y menos; para mensajes de radio y de luz la
tierra se ha reducido casi a un punto fijo: rota como esfera
temporal-compacta en una mantilla electrónica que la rodea como una
segunda atmósfera"[6].
En este nuevo espacio esferológico,
Sloterdijk nos plantea la idea que esta globalización (espacio-temporal)
arrasa con cualquier pueblo que quiera mantenerse intacto producto de
la revolución destructora de la lejanía: la Modernidad. "a causa de su
desdichada accesibilidad por los otros agresores, viven en uno y el
mismo planeta, en la estrella de los descubiertos".
Es el reino -planetario por lo demás- de
lo sincronizado, donde se priorizan los acontecimientos cotidianos sin
grandes análisis y que desde la perspectiva comunicacional, buscan el
efecto inmediato de la tele-audencia facilista. La convergencia temática
que envuelve a este espacio es el de las actualidades. Esto es lo que
Sloterdijk llama el despiadado imperativo-día, en donde ya no hay
tiempos-afuera, el mundo ha perdido sus sombras.
Cómo entonces, el ser humano reorganiza
su estabilidad tensional si sus espacios de tranquilidad y seguridad
comienzan a ser invadidos desde fuera (hasta ese momento). Ya su
intimidad, su casa a donde regresa todos los días después de deambular
por los espacios de tránsito no es el asilo del mundo y su esencia
domiciliaria se transforma bruscamente en la del vendedor viajero que
vive siempre en trayecto, sin retorno[7],
ya no está aislado del mundo externo. Los espacios seguros (en
Sloterdijk la interioridad, intimidad) se entremezclan con los espacios
extrañamente externos. Para Sloterdijk como no existen las dicotomías
(sujeto-objeto, hombre-mundo) los espacios externos e internos se
interrelacionan de manera radical. El hombre que se sabe habitante de la
tierra, ya sin el techo (hogar, como sustitución de espacio
feto-placenta), ante lo infinito y extraño, debe recompensar su antigua
seguridad ya perdida por otros medios y paradojalmente utiliza la causa
de esta reconfiguración, la globalización que lleva espíritus
envolventes.
Luego del recorrido analítico que hace
Sloterdijk sobre los distintos fenómenos espaciales hasta llegar a la
actual globalización, pregona el fin del cosmopolitismo y plantea el
surgimiento del ‘provincianismo global’. "La globalización electrónica
informática, en la que -dice Sloterdijk- los hombres superan las
distancias, y el mundo vuelve a hacerse más pequeño, porque si la
segunda etapa generó el cosmopolitismo, la tercera globalización produce
un provincianismo global"[8].
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Esta instalación del provincianismo global caracterizado por un mundo sincronizado se caracteriza por la eliminación de la lejanía y la reconfiguración de las culturas locales. Estos cambios se pueden conceptualizar con la construcción de Híbridos y palimpsestos donde se da cuenta cómo los hombres fundan sus identidades en épocas de globalización. Son categorías que proponen en su esencia la heterogeneidad cultural, diferenciando lo que tienen de imaginarios compartidos y diferentes y el carácter conflictivo que los actores globales y locales.
Esta idea de hibridación cultural
sustenta una nueva construcción de los imaginarios simbólicos y será
objeto de un próximo análisis en una segunda entrega de estas
investigaciones en curso.
Por ahora, sólo diremos que en el
análisis de la constitución híbrida de las identidades la discusión se
trasladará hacia la problemática de la integración, de las
transformaciones en las nociones de espacio territorial y cronología
temporal, desde dónde se planteará un cuestionamiento de los referentes
clásicos y la manera como habitualmente pensamos los procesos de
construcción de las identidades bajo la forma de Estados-Nación.
Filosofía Adolfo Vásquez Rocca Blog
Dr. Adolfo Vásquez RoccaBibliografía
- AUGE, Marc, Los no-lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa
- BALARDINI, Sergio. De los jóvenes, la juventud y las políticas de juventud. Última Década. Políticas Públicas y Juventud. Tribus Urbanas. Santiago de Chile, Ediciones CIDPA, septiembre de 2000.
- GIANNINI, Humberto, La "reflexión" cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 2004
- KROTZ, Esteban. La Otredad Cultural entre Utopía y Ciencia, Fondo de Cultura Económica, México 2002
- MARTIN BARBERO, Jesús "Nuevos mapas culturales de la integración y el desarrollo". En Bernardo Kliksberg y Luciano Tomassini (compiladores): Capital social y cultura: claves estratégicas para el desarrollo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 2000, p. 337.
- MICHAELSEN, Scout y JOHNSON, David, Teoría de la Frontera. Los límites de la política cultural, Editorial Gedisa, Barcelona, 2003.
- SLOTERDIJK, Peter, El desprecio de las masas; Ensayos sobre las luchas culturales de la sociedad moderna, Editorial Pre-textos, Valencia, 2002.
- SLOTERDIJK, Peter,, Pre-textos, Valencia, 2001.
- SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004.
Artículos
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo.
- "Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización" En Eikasia Revista de Filosofía, julio 2006, Oviedo, España. ISSN: 1885-5679
- "Peter Sloterdijk; Microesferas
íntimas y úteros fantásticos para masas infantilizadas", en NÓMADAS
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad
Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 193-200.
http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_microesferas.pdf - "Sloterdijk y Canetti; El
detonante iconográfico y operístico de la política de masas", en NÓMADAS
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad
Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 201-214.
http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_detonanteiconografico.pdf
[2] MICHAELSEN, S. Y JOHNSON D., Teoría de la Frontera, Los límites de la política cultural.
[3] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007
[4] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004, p. 843.
[5] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 3
[6] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004. p. 848
[7] GIANINNI, Humberto, La "reflexión" cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 1989, Santiago.
[8] VASQUEZ, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 9.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía y Teoría del Arte
Universidad Católica de Valparaíso - Universidad Complutense de Madrid.
Doctor en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de
Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del
Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de
Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de
2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a
dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo
Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Ver:
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Si hubiera que ampliar las investigaciones de Walter
Benjamin al siglo XX y principios del XXI, sería necesario –según
Sloterdijk–1 además de algunas correcciones en el método– tomar como
punto de partida los modelos arquitectónicos del presente: centros
comerciales, recintos feriales, grandes estadios olímpicos, edificios
corporativos, centros de convenciones y estaciones orbitales2. Los
nuevos trabajos tendrían títulos como grandes úteros para masa
infantilizadas, Estados Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes
encarnaron una sugestiva idea del espacio en los principios del
capitalismo. Consumaron la fusión, que tanto había inspirado a Benjamin,
entre salón y universo en un espacio interior de carácter público; eran
un “templo del capital mercantil”, “voluptuosa calle del comercio”3,
proyección de los bazares de Oriente en el mundo burgués y símbolo de la
metamorfosis de todas las cosas bajo la luz de su venalidad [capacidad
de ser vendido, corrompido -demarcación que establece el dinero entre lo
sacro y lo profano] escenario de una féerie que embruja a los clientes
hasta el final de la visita. Una feria de vanidades – donde el
ceremonial social del lujo no sólo exige su vendibilidad, sino que la
presupone. – del mismo modo como los altos honorarios médicos del
psicoanálisis forman parte del proceso de curación del enfermo, en
cuanto hace digna de crédito su voluntad– . Sin embargo, el Palacio de
Cristal, el de Londres –en 1850-, que primero albergó las Exposiciones
Universales y luego un centro lúdico consagrado a la “educación del
pueblo”, y aún más, el que aparece en un texto de Dostoievsky4 y que
hacía de toda la sociedad un “objeto de exposición” ante sí misma,
apuntaba mucho más allá que la arquitectura de los pasajes; Benjamin lo
cita a menudo, pero lo considera tan sólo como la versión ampliada de un
pasaje. Aquí, su admirable capacidad fisonómica lo abandonó. Porque,
aun cuando el pasaje contribuyera a glorificar y hacer confortable el
capitalismo5 , el Palacio de Cristal –la estructura arquitectónica más
imponente del siglo XIX– apunta ya a un capitalismo integral, en el que
se produce nada menos que la total absorción del mundo exterior en un
interior planificado en su integridad.
Si se acepta la metáfora del “Palacio de Cristal”
como emblema de las ambiciones últimas de la Modernidad, se reconoce sin
esfuerzo alguno la simetría entre el programa capitalista y el
socialista: el socialismo no fue otra cosa que la segunda puesta en
práctica del proyecto de construcción del palacio. Después de su
liquidación, se ha hecho evidente que socialismo y comunismo fueron
estadios en el camino hacia el capitalismo. Ahora se puede decir
abiertamente que el capitalismo es algo más que un modo de producción;
apunta más lejos, como se expresa con la figura de pensamiento "mercado
mundial".Implica el proyecto de transportar todo el contexto vital de
los seres humanos que se hallan en su radio de acción a la inmanencia
del poder de compra.
2.-Los shopping-mall como sistemas autorregulados.
Los shopping-mall son un capítulo de la
tecnologización de la ciudad. En ellos, el mercado ya no recurre a
ningún artificio para ocultar su naturaleza universal. Una misma técnica
se utiliza en la producción escenográfica de mercados idénticos. Por
eso, la tecnología es un factor decisivo: nada puede entregarse al azar o
a las ocurrencias individuales, ni la circulación de las personas, ni
la circulación de las materias , ni el espacio. Si el mercado tuvo su
origen a cielo abierto, y persistió en la calle, las galerías
decimonónicas descubrieron, por primera vez, las ventajas de un
continuum espacial y temporal independizado radicalmente de cualquier
peripecia que perturbe su funcionamiento. El ideal del shopping-mall no
es el pintoresquismo (que el capitalismo reserva para las excursiones
turísticas o los enclaves miserables) sino el confort. La calle nos
recuerda, aunque de manera intermitente, que la intemperie existe y no
todo está bajo control.
Los shopping-malls, en cambio, son un invento que se
separa definitivamente de la temporalidad y la intemperie. Como sistema
autorregulado, el shopping-mall se anticipa a todas las necesidades de
sus visitantes: no existen ni el frío ni el calor, no hay montaje
aleatorio de sonidos mecánicos y naturales, no hay conflicto de estilos
(el shopping-mall destruye los estilos incluso cuando pretende
conservarlos). Sobre todo: no existen las diferencias nacionales. Los
shopping-malls y los resorts turísticos unifican su forma y repiten
escrupulosamente una tipología, que varía sólo en algunos elementos
accesorios. Esto se puede probar en cada una de las piezas ensambladas
en un shopping-mall.
Así , el shopping-mall quiere decirnos que no
renuncia a la naturaleza. No obstante, se separa de ella de manera
completamente nueva y radical. En el shopping-mall respiramos aire
reciclado, las luces son siempre artificiales y jamás se mezclan con la
luz atmosférica, los sonidos del exterior, por decisión arquitectónica,
no deben traspasar las paredes fortificadas del recinto; la ausencia de
ventanas niega toda comunicación con el afuera. Sin embargo, de manera
infantil y con voluntad de producir un efecto de escenografía
“ecológica”, los patios del shopping-mall no pueden prescindir de sus
árboles, los mismos árboles en todo el planeta, indiferentes al desierto
que rodea al shopping-mall, o a la ciudad decimonónica en la que éste
se ha incrustado.
En el shopping-mall, la jardinería no busca el efecto
maravilloso del artificio, ni la inspiración romántica del paisaje
campestre, ni la culminación abstracta de las miniaturas de un jardín
japonés. Lejosde estos ejemplos, su originalidad se apoya en la buscada
incongruencia entre arquitectura y decoración “natural”. En medio de la
polución visual de los carteles, los anuncios y los letreros, los
árboles del shopping-mall están allí para probar que, si un
shopping-mall es el universo bajo su forma de mercado, nada del universo
puede serle ajeno. La tecnología del shopping-mall necesita, para
cumplir adecuadamente sus fines, expulsar cualquier recuerdo del mundo
exterior y convertirse en un espacio abstracto y universal. Sin embargo,
como en la sociedad hipertecnológica prospera una ideología “naturista”
(una especie de ecologismo blando y romántico), se necesita del verde
de los árboles como garantía, precisamente, de que la universalidad
tecnológica no deja nada afuera. Ni siquiera a los árboles que,
embutidos en sus macetas y detenidos en la mitad de su crecimiento, son
una escenografía de ciencia ficción: hierbas verde esmeralda en un
paisaje de silicio o, como escribió Benjamin, la orquídea imposible en
que se ha convertido la realidad.
En concordancia con estas intuiciones
estético-políticas Walter Benjamin elige en sus minuciosas descripciones
precisamente los objetos que ponen de manifiesto el inminente
advenimiento -a través del fetiche de la mercancia y el templo del
escaparate- del capiatlismo integral, esto es, del paisaje urbano
convertido en ideología. Basta leer el índice del libro de Los Pasajes
para notar la descripción de la cultura mercantil ad portas: pasajes,
panoramas, exposiciones universales, interiores, calles, barricadas.
Nadie hasta entonces había pensado a la cultura tan profundamente
sumergida en su medio material y urbano. Este segundo tomo de
Iluminaciones incluye tres ensayos: unos sobre el París del segundo
Imperio, otro sobre algunos temas en Baudelaire y el tercero, el
famosísimo “París, capital del siglo XIX”. Cada uno de estos ensayos
descubre pistas que Benjamin procuró reconducir hacia una convergencia
improbable (en el límite, imposible) en el libro no escrito sobre los
pasajes de París. Cada una de estas pistas es novedosa por varios
motivos: la captación de la dimensión social de la poesía de Baudelaire y
de la dimensión cultural de las transformaciones materiales y urbanas;
el descubrimiento (no existe otra palabra más exacta) de que ciudad y
poesía moderna se implican como producciones simbólicas y se presuponen
como experiencia.
Del Libro de Los Pasajes tenemos únicamente
esbozos preliminares y una colección ordenada de fragmentos y citas. La
edición de los “Apuntes y materiales” fascina quizás por eso mismo: si
estuviera allí el libro terminado, en lugar de los fragmentos, todos los
libros hipotéticos se habrían perdido y sólo estaría ese, realmente
existente. La obra de Benjamin se hubiera cerrado quizá con un magnífico
libro. Hoy queda abierta a las reconstrucciones, atravesada por la
incompletitud, que es precisamente un rasgo compositivo benjaminiano.
La obra es un enigma que, al no haberse resuelto el
libro, deja abiertas muchas vías que el libro terminado hubiera
clausurado definitivamente. En vez de París, capital del siglo XIX, tenemos El taller de Walter Benjamin,que
nos convoca a la arqueología. Pero se trata de una arqueología inversa:
en lugar de reconstruir una totalidad perdida a partir de sus restos,
debemos trabajar sobre las ruinas de un edificio nunca construido.
¿Sería posible aprender algo de la elección de una cita y rearmar un
todo del que se conocen fragmentos dispersos y, a menudo, repetidos?
¿Qué se aprende espiando el momento privado de la escritura, antes de
que ella alcance la etapa de la confrontación pública, aunque no
necesariamente de la edición?
Benjamin nunca pensó que los “Apuntes y materiales”
serían publicados ni que a través de su sistema de citas alguien iba a
reconstruir, como se reconstruye un paisaje antiguo mediante
descripciones y dibujos, su versión de París en el siglo XIX. Benjamin
no pensó que nadie iba iba a redimir las ruinas de su libro, porque
hasta suicidio creyó que ese libro iba finalmente a ser escrito.
Iluminaciones II, por su parte, fue condensado en la figura del flaneur,
ese paseante urbano, consumidor, neurasténico y un poco dandi que, para
Benjamín, sintetizaba una idea: la del anonimato en la ciudad moderna y
en el mercado, espacios, espacios donde se imponen nuevas condiciones
de experiencia. El volumen presenta, sin embargo, no sólo ese retrato de
paseante sino una serie de subjetividades cuyo rasgo común bien podría
ser una frase de Banjamin: “La difuminación de las huellas de cada uno
en la multitud de la gran ciudad”. La sociedad burguesa es captada en el
momento en que se pierde una forma de la vida privada, en el momento en
que se rearman las relaciones entre privado y público, entre mundo de
los objetos y mundo de las mercancías, entre arte original y
reproducción fotográfica, entre tradición y moda.
El hábitat del ser humano no es ya ni la naturaleza
en estado puro ni la casa o el domicilio, sino una organización
intermedia que asegure la calidad urbana de la estancia humana.
Los espacios vitales –entendidos como estancias de
cobijo– cada vez están más amenazadas, baste sólo pensar en los peligros
que comporta el terrorismo no convencional6, de allí que el aire de los
grandes centros urbanos sea acondicionado, filtrado, purificado.
Después de la utilización de gases mortales en atentados en el metro de
Tokio el aire ha perdido su inocencia y se ha transformado en un
elemento amenazador. El aire y el medio ambiente forman parte de la
estrategia militar de allí que el hombre necesite inmunizarse contra
esos peligros. Esto acelera la construcción de esferas protectoras, sean
ellas el espacio aéreo, nuestras ciudades climatizadas o nuestras
oficinas y apartamentos. Nuestro mundo occidental quisiera ser un
inmenso Palacio de Cristal7.
Victoria Chalot
Victoria Chalot
Algo parecido al ya referido Palacio de Cristal de
los británicos, ese invernadero gigante y lujoso construido en Londres
en 1850 para la Exposición Universal. Occidente ha reemplazado el mundo
de los metafísicos por un gran espacio interior organizado por el poder
adquisitivo. El capitalismo liberal encarna la voluntad de excluir el
mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable,
decorado, suficientemente grande como para que no nos sintamos
encerrados. Ese palacio de cristal urbano, con sus calles peatonales,
sus casas con aire acondicionado, parece constituir una respuesta
adecuada a ese deseo. Walter Benjamin ya lo decía en la época de la
Restauración en Francia, cuando hablaba de las galerías comerciales, los
Pasajes y las calles comerciales de París. Para él, construyendo esos
pasajes, el régimen de Napoleón III mostró su verdadera naturaleza
tratando de transformar el mundo interior en una especie de
fantasmagoría: un gran salón abierto donde uno recibe el mundo sin estar
obligado a salir de su casa. Para él, ése era el fantasma burgués de
base: querer disfrutar de la totalidad de los frutos del mundo sin tener
que salir de su casa.
3.- Traumas urbanos. La ciudad y los desastres.
La reflexión acerca del impacto que producen los
influjos inhibitorios y los influjos desinhibitorios en el
funcionamiento de nuestra sociedad presente es desarrollada por
Sloterdijk en su conferencia El Palacio de Cristal, pronunciada en el
marco del debate Traumas urbanos. La ciudad y los desastres, la cual
tuvo lugar en Barcelona, en el año 2004. En esta conferencia, Sloterdijk
establece una articulación entre ambos tipos de influjo y otros temas
que forman parte de la meditación contemporánea como el capitalismo, la
globalización y el terrorismo.
Los traumas urbanos corresponden no sólo a la
destrucción física, sino también a las consecuencias psicológicas de los
desastres.
Sloterdijk sostiene que el terror no es más que el
intento de crear molestias dentro del sistema que puedan afectar al
consumismo (el terrorismo islámico sería un ejemplo de ello). "El
fenómeno de la globalización nos lleva a la generalización del confort y
hacia la idea de un palacio de cristal -concepto utilizado por
Dostoievski para denominar el mundo occidental- que representa la vida
que nos gustaría vivir, aunque mantiene una mirada hacia fuera para
saber quién es su enemigo", asegura el filósofo.
Las ciudades responden de manera distinta a las catástrofes
Existe una nueva forma de terror: el urbicidio. Su
objetivo es aniquilar las ciudades, lo que implica la deshumanización y
la destrucción de los lugares simbólicos. El urbicidio tendría que ser
definido como un crimen de guerra, pero las ciudades tienen la capacidad
de adaptarse y superar la catástrofe.
Existe una larga historia de catástrofes urbanas.
Muchas ciudades han desaparecido a lo largo de la historia. Pero lo que
realmente se desvanece son las formas de vida de esas ciudades, ya que
la vida vuelve después del desastre. Ejemplo de ello es la ciudad de
Jerusalén, a la que, a pesar de las repetidas destrucciones de las que
ha sido víctima, la vida ha vuelto siempre. Aun cuando hay quienes
sostienen que las ciudades están muertas: sólo las vidas de sus
habitantes las hacen existir. La necrópolis es la verdadera ciudad ya
que "la ciudad siempre ha estado muerta y ha sido construida por los
muertos".
Las ciudades se enfrentan de distintas maneras a su
reconstrucción después de las catástrofes. Algunas están obsesionadas
con su memoria (en Italia, por ejemplo) y necesitan recordar lo que era
esa ciudad. La mejor manera de recordar las cosas es a través de
rituales. El ritual es la memoria que sobrevive.
4. Densidad en el Mundo Interior del Capital: Para una Teoría filosófica de la Globalización.
Sloterdijk utiliza el concepto de “densidad” para
definir el estado esencial que caracteriza la convivencia en el mundo
globalizado.
El rasgo distintivo de la globalidad establecida es
la situación de proximidad forzosa con todo tipo de elementos. Creemos
que lo más adecuado es designarla con el término topológico «densidad».
Este término designa el grado de presión para la coexistencia entre un
número indefinidamente grande de partículas y centros de acción.
Mediante el concepto de densidad, se puede superar el romanticismo de la
cercanía con el que los moralistas modernos han querido explicar la
abertura del sujeto hacia el Otro8.
En El palacio de cristal Sloterdijk desarrolla una
metáfora que permite describir el estado actual de la evolución
económica y social, especialmente en los países desarrollados de
Occidente, cuestión que profundizará en el reciente “En El Mundo
Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la Globalización”.
El mundo que él denomina capitalismo integral, donde el espacio exterior
es absorbido y extrapolado hacia un espacio interior completamente
delineado y esquematizado. Este palacio de cristal desempeña el rol de
cápsula que separa y protege a sus miembros de las amenazas del mundo
exterior; en él, los consumidores pueden acceder a distintos tipos de
productos provenientes de todas partes del globo sin tener que abandonar
su burbuja de privilegio.
La existencia en comunidad, al interior del Palacio
de cristal, acontece bajo la forma de la densidad. La globalización
impone un grado enorme de cercanía, tanto material como virtual, entre
los mismos consumidores y entre éstos y los artículos de consumo. Basta
pensar lo que ocurre en los centros comerciales, espacios gigantescos
atiborrados de tiendas y de potenciales compradores, que ofrecen
infinidad de productos comerciales destinados al consumo masivo de las
multitudes, o lo que sucede con Internet, a través de esta red global
los seres humanos trascienden los límites impuestos por las distancias
físicas y pueden comunicarse entre sí desde cualquier lugar del orbe,
además las personas tienen la posibilidad de realizar toda clase de
transacciones económicas sin siquiera desplazarse de su computador.
Desde el punto de vista de Sloterdijk, el fenómeno de
la densidad conduce a la primacía social de la inhibición sobre la
desinhibición.
A causa de la densidad, la inhibición se transforma
en nuestra segunda naturaleza. Allí donde se manifiesta, la agresión
unilateral adopta la apariencia de una utopía que ya no se corresponde
con ninguna praxis. La libertad para actuar obra entonces como un motivo
de cuento de hadas procedente de la época en que la agresión aún
prestaba algún servicio9.
La excesiva cercanía entre los miembros del palacio
de cristal, que se expresa a través de un exorbitante nivel de densidad,
tiene como consecuencias más relevantes, para el análisis que realiza
Sloterdijk, la declinación de los dictados unilaterales, y la
constitución hipercomunicativa de la sociedad, ambos acontecimientos
confluyen para la determinación de la primacía de la inhibición.
En épocas anteriores y bajo distintas formas de
organización social, los habitantes menos afortunados de una determinada
comunidad debían realizar un arduo esfuerzo por satisfacer sus
necesidades básicas, mientras otros, pertenecientes a clases dominantes,
accedían con relativa facilidad a todo tipo de lujos. Este orden social
desembocó frecuentemente en la competencia entre los miembros de un
mismo estrato social, y en la lucha de las clases inferiores por obtener
mejoras en su calidad de vida.
5.- Densidad y problemas migratorios en el Palacio de Cristal.
En la actualidad, el estadio de desarrollo que ofrece
el palacio de cristal permite una considerable disminución de los
inconvenientes propios de sistemas sociales más primitivos. Existen
programas de protección social que permiten complacer las necesidades
básicas de la mayoría de la población y la brecha económica entre los
estratos sociales es menor que en sociedades menos desarrolladas.
Los habitantes contemporáneos del Palacio de Cristal
llevan a cabo una vida marcada por el bienestar social, esto influye en
el modo en que se interrelacionan, ya no se consideran unos a otros
competidores en la batalla por la supervivencia, ni tampoco existen
acentuados antagonismos entre las clases sociales que puedan dar pie a
revoluciones o golpes de estado, manifestaciones unilaterales de la
agresión.
La elevada densidad garantiza la resistencia
permanente del entorno contra la expansión unilateral, una resistencia
que desde el punto de vista cognitivo se puede calificar como entorno
estimulante para los procesos de aprendizaje, puesto que los actores
suficientemente fuertes en medios densos se hacen unos a otros
inteligentes, cooperativos y amistosos (y, como es natural, también se
trivializan entre sí). Esto es así porque se interponen efectivamente el
uno en el camino del otro, y han aprendido a equilibrar intereses
opuestos. Al cooperar tan sólo con las miras puestas en el reparto de
beneficios, dan por supuesto que las reglas de juego de la reciprocidad
también son evidentes para los demás. Es lo que Rorty llamaría
“compartir una esperanza egoísta común”
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO
Si bien la coexistencia en el Palacio de Cristal se
desarrolla principalmente bajo las normas generales de la cordialidad y
la empatía, esto no implica la ausencia de problemas de convivencia de
los que hemos sido testigos – durante las últimas 3 décadas– en el
escenario político internacional.
Actualmente existe un conflicto de carácter étnico en
muchos de los países desarrollados. Una cantidad elevada de
inmigrantes, provenientes principalmente de África, Medio-Oriente y
América Latina, tanto legales como ilegales, ingresa diariamente a
Europa y Estados Unidos. Esto produce serias alteraciones en el orden
social. Una parte de la población residente no ve con buenos ojos la
llegada de extranjeros, lo consideran una invasión al Palacio de
cristal. Los ciudadanos de menos recursos afrontan este hecho con mayor
malestar, en tanto son los principales afectados, ya que los inmigrantes
constituyen una mano de obra más económica que compite con ellos en
forma ventajosa, en la carrera por conseguir empleos de baja
calificación.
Adicionalmente, este problema étnico produce otro
tipo de repercusiones. El incremento progresivo de extranjeros provoca
que éstos vayan adquiriendo mayor poder e influencia en la construcción
de la sociedad. Los extranjeros introducen sus costumbres y su religión
en el contexto general, modificando – a través de procesos de
hibridación- el panorama cultural de cada país.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
COLUMNISTA DE REVISTAS Y PUBLICACIONES INTERNACIONALES, entre las que se cuentan:
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
| E-mail: adolfovrocca@gmail.comA PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
Notas:
1
SLOTERDIJK, Peter, El Palacio de Cristal, Conferencia pronunciada en el
marco del debate “Traumas urbanos; La ciudad y los desastres”, Centro
de Cultura Contemporánea de Barcelona, CCCB. 2004.
2 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III: Espumas, cap. 1, sección A, pp. 317-337.3 Benjamin, Walter, Gesammelte Schriften, Suhrkamp, Frankfurt 1989, vol. 1, pp. 86 y 93.
4
Los ecos literarios de la estancia de Dostoievsky en Londres se
encuentran en su suplemento literario de viajes “Anotaciones de invierno
sobre impresiones de verano», 1863, un texto en el que el autor se
burla, entre otras cosas, de los «sargentos primeros de la civilización»
de Occidente, de los “progresistas de invernadero”, y expresa su
angustia acerca del triunfalismo baálico del palacio de la Exposición
Universal. Dostoievsky reconoce ya en la burguesía francesa la
equiparación europea occidental y posthistórica entre seres humanos y
poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la más elevada virtud y
deber del ser humano”.
5
Acerca del motivo del “capitalismo confortable”, cfr. CLAESSENS, Dieter
y CLAESSENS, Karin, Kapitalismus als Kultur: Entstehung und Grundlagen
der bürgerlichen Gesellschaft, Suhrkamp, Frankfurt 1979.
6
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire,
atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de
Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
7
Pero, aquí cabe preguntarse qué sucederá después de este gran
invernadero. Porque la vida climatizada al interior del gran palacio de
cristal está basada en una tecnología que no es sustentable, dado que
requiere de las actuales energías fósiles. En la historia de la
humanidad, el fosilismo habrá sido un episodio de apenas unos 300 años.
Tenemos energías fósiles aún por 50, 100 años como máximo. En todo caso,
nuestro placer ya no es el mismo: ha sido prácticamente demolido,
porque las energías fósiles son sólo agradables cuando son baratas, y
esa época se terminó para siempre. No volverá nunca más. Cuando todo se
vuelve caro, no hay más confort, porque la democratización del lujo es
imposible. Los regalos de la naturaleza se terminan allí. Ahora los
hombres se preguntan cómo se pueden reemplazar esos regalos. La verdad
es que el hombre detesta el trabajo. Los hombres simulan trabajar, pero
trabajando sueñan con un regalo, con un tesoro que buscan en forma
permanente. El trabajo es sólo una suerte de intermezzo que se
acepta en espera del gran regalo. Ahora, ante el fin de las energías
fósiles, el trabajo regresa como una carga insoportable.
Por lo pronto tenemos una opción,
la posibilidad de implementar un gran giro hacia una tecnología que sea
al mismo tiempo barata, compatible con las exigencias de la democracia
y, sobre todo, abordable para los países que hoy están en la periferia.
Esos pueblos aprovecharán la situación cuando las nuevas tecnologías
solares estén disponibles a precios razonables. Esos nuevos recursos
permitirán una estructura de civilización completamente diferente.
8 SLOTERDIJK, Peter, El Palacio de Cristal, Barcelona, 2004.
9 SLOTERDIJK, Peter, El palacio de cristal, Barcelona, 2004.
BIBLIOGRAFÍA:
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BENJAMIN, Walter, Libro de los Pasajes, Ediciones Akal, Madrid, 2005.
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En Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Dialogo, Nº 17,
2008 - ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de
Buenos Aires, Argentina, pp, 122 - 130
http://www.konvergencias.net/vasquezrocca168.pdf
Ver: Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura - PUCVhttp://www.konvergencias.net/vasquezrocca168.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana"
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1
pp. 145-149
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- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "El vértigo de la Sobremodernidad; Turismo Etnográfico y Ciudades del Anonimato" Revista de Humanidades: TECNOLÓGICO DE MONTERREY Nº 22 (2007, primavera): Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, pp. 211-223
http://oai.redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38402208&iCveNum=7148
http://hispanismo.cervantes.es/revista.asp?DOCN=2401
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http://hispanismo.cervantes.es/revista.asp?DOCN=2401
-
Artículo "Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería"
http://www.margencero.com/articulos/new/joseph_beuys.html (Reedición) En Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 37 - diciembre de 2007 - Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
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- Artículo "Ilya Kabakov; Arte de la instalación, conceptualismo ruso y el Palacio de los proyectos", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/598
- Artículo "Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.
- Artículo "Rostros y espacio interfacial; hacia una teoría del retrato en Sloterdijk", en ENFOCARTE Nº 33, Revista de Arte Patrocinada por la Secretaría de Cultura | Gobierno de Buenos Aires. http://www.enfocarte.com/7.33/rocca.html
- Vásquez Rocca, Adolfo, "El Arte abandona la galería ! ¿A dónde va?", En RÉPLICA 21 © , Revista Internacional de Artes Visuales, México, Abril 2008.
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http://replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
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Vásquez Rocca, Adolfo "Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de Bauman a Sloterdijk",
En Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Dialogo, Nº 17,
2008 - ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de
Buenos Aires, Argentina, pp, 122 - 130
http://www.konvergencias.net/vasquezrocca168.pdf Artículos sobre PETER SLOTERDIJKAdolfo Vásquez Rocca
Sofia Oportot y Adolfo Vásquez Rocca Teatro y Diseño
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- Adolfo Vásquez Rocca, Artículo "Peter Sloterdijk: la música de las Esferas y el olvido del ser desde todos los altavoces" En Revista CuadrantePhi, Publicación de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá - Colombia, Nº15 junio a diciembre de 2007.
- Adolfo Vásquez Rocca, Artículo "Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos" En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228
- Artículo "Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México
- Artículo "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 |
pp. 151-158
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf
- Vásquez Rocca, Adolfo, Artículo "Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 |
pp. 159-168
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
- Vásquez Rocca, Adolfo, "El Palacio de Cristal: Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; De los 'pasajes' a los invernaderos de la posmodernidad", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 104 - mayo, 2008 http://revista.escaner.cl/node/742
- "De domesticados y domesticadores". (El post-humanismo de Peter Sloterdijk)
María José Cisneros Torres, En Psikeba, Nº 7, 2008
- Alcances Antropológicos del anunció de "la muerte de Dios" en Nietzsche, Heidegger y Sloterdijk
Lic. Isaac Moctezuma Perea - Universidad Nacional Autónoma de MéxicoEn Revista Observaciones Filosóficas Nº 6, 2008
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter
Sloterdijk: La Constitución Hipercomunicativa del Espacio Social; La
Jauría del Espectáculo y El Mundo Interior del Capital"
En KONFINES © - Voces ante el tercer milenio - Buenos Aires, 2008
http://www.konfines.com.ar/notas/autores-contemporaneos/Peter-Sloterdijk-La-Constitucion-Hipercomunicativa-del-Espacio-Social.htm
"WALTER BENJAMIN" Y "PETER SLOTERDIJK"; DE LOS 'PASAJES' AL 'PALACIO DE CRISTAL' Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Ver: Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura - PUCV
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
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Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO O SLOTERDIJK: LA ESFERA, EL MOL Y LA CIUDAD POSMODERNA Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. _ 2008 UNAB
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LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO
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Aspectos mitológicos y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche Por Adolfo Vásquez Rocca
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Aspectos mitológicos y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche Por Adolfo Vásquez Rocca
Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
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Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Por Adolfo Vásquez Rocca
Referencia:
- Vásquez Rocca, Adolfo, “Baudrillard; cultura, narcisismo y régimen de mortandad en el sistema de los objetos”, en Almiar Margen Cero, Madrid, diciembre 2006.
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
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Victoria Chalot
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007
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LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO _ POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados", En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
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1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía Estética
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica –
Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007 http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
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Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO O SLOTERDIJK: LA ESFERA, EL MOL Y LA CIUDAD POSMODERNA Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. _ 2008 UNAB
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Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalizaciónPeter SloterdijkEn el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A la conexión entre relato y filosofía,
que constituye la característica más sobresaliente de los libros de
Peter Sloterdijk, hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo
XXI se pueda contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a
la globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista, determina
todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace de
Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le sirve a
Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio pone ante
los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la edificación
de una contextura de confort, es decir, la construcción y despliegue de
un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque invisibles, son
prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK Formato: 15 x 21 cms. Páginas: 336 Editorial: Siruela Ciudad: Madrid Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo" por
vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema es
de interés filosófico porque los procesos que han configurado nuestra
actual globalización responden a una poderosa concepción del mundo que
ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su tercer
período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que la
filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la tierra
colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando a su
vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en el
mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del libro
(titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer: "...pero
igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es arriba, también
la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk- las
metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo, más
aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia intelectual y
de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes de
vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la
absorción mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk
la responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de la
existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica contra
las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que más
tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado de
sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según esto,
la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre la
propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a lo
inconmensurable.
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk de
los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los barrotes
de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino las rejas
del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de enajenación
existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos filosóficos -es
decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay que reconocer en
ellos el intento de redramatizar intencionadamente el mundo poshistórico
del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la catástrofe se
constituyera en maestra de la vida. En este sentido, por lo que se
refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió durante un corto
espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que desde aquel hic et nunc había
partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace, no
concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague en
rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su asociación
entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke, sus
análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de Julio
Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo la
alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente a
la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión sigue
siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros se
inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes así lo
confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al «capitalismo como
religión» se ha expresado y espera aclaración" (p. 310). Eso sí,
nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico o analítico en
esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
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SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
- Artículo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana"
En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En
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SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
BAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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Sofia Oportot y Adolfo Vásquez RoccaBAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Enviado por Adolfo Vásquez Rocca el 30/12/2011 a las 01:11 AM
W. Benjamin y Jean Budrillard por Adolfo Vásquez RoccaSLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCASofia Oportot y Adolfo Vásquez RoccaSLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica –
Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalizaciónPeter SloterdijkEn el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A la conexión entre relato y filosofía,
que constituye la característica más sobresaliente de los libros de
Peter Sloterdijk, hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo
XXI se pueda contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a
la globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista, determina
todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace de
Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le sirve a
Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio pone ante
los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la edificación
de una contextura de confort, es decir, la construcción y despliegue de
un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque invisibles, son
prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK Formato: 15 x 21 cms. Páginas: 336 Editorial: Siruela Ciudad: Madrid Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo" por
vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema es
de interés filosófico porque los procesos que han configurado nuestra
actual globalización responden a una poderosa concepción del mundo que
ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su tercer
período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que la
filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la tierra
colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando a su
vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en el
mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del libro
(titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer: "...pero
igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es arriba, también
la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk- las
metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo, más
aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia intelectual y
de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes de
vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la
absorción mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk
la responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de la
existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica contra
las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que más
tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado de
sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según esto,
la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre la
propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a lo
inconmensurable.
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk de
los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los barrotes
de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino las rejas
del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de enajenación
existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos filosóficos -es
decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay que reconocer en
ellos el intento de redramatizar intencionadamente el mundo poshistórico
del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la catástrofe se
constituyera en maestra de la vida. En este sentido, por lo que se
refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió durante un corto
espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que desde aquel hic et nunc había
partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace, no
concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague en
rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su asociación
entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke, sus
análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de Julio
Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Sofia Oportot Promesas sobre el bidetSofia Oportot Promesas sobre el bidet
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo la
alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente a
la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión sigue
siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros se
inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes así lo
confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al «capitalismo como
religión» se ha expresado y espera aclaración" (p. 310). Eso sí,
nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico o analítico en
esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
|
SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
|
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
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En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En
Prensa
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf
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Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
adolfovrocca@gmail.com
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Peter Sloterdijk
En el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
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vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
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