'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FILOSOFÍA COMO SOBRESALTO Por ADOLFO VASQUEZ ROCCA
'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FILOSOFÍA COMO SOBRESALTO Por ADOLFO VASQUEZ ROCCA
“Filosofía”,
en el sentido vago y corriente de la palabra, acontece doquiera el
hombre cavila sobre sí, doquiera se queda consternado ante la
incomprensibilidad de su estar-aquí, doquiera las preguntas por el
sentido de la vida emergen desde su corazón acongojado y trémulo. De
este modo se le ha cruzado la filosofía casi a cada hombre alguna vez –
como un sobresalto que nos estremece de súbito, como una aflicción y
melancolía al parecer sin fundamento, como pregunta inquieta, como una
sombra oscura sobre nuestro paisaje vital. Alguna vez toca a cada quien,
tiene muchos rostros y máscaras, conocidas e inquietantes, y tiene para
cada uno una propia voz, con la cual lo llama”.
'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FUNCIÓN TERAPEÚTICA DE LA FILOSOFÍA Dr. ADOLFO VASQUEZ ROCCA
ESPACIO , SLOTERDIJK DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
FINK - GRUNDPHÄNOMENE-
"La
filosofía es una actividad crítica y elucidante que se ejerce en el
lenguaje. Como la inteligencia, se alimenta más de preguntas que de
respuestas. Se ocupa más de `problemas` que de `soluciones`. Por ello la
filosofía surge de la sospecha, y ésta, de la curiosidad, la
perplejidad y el asombro. No creo que pueda existir el pensamiento
crítico sin la mediación de la curiosidad como estimulo de la sospecha.
Creo que así se mueve la reflexión filosófica, y así está llamada a
remover creencias inerciales, a hacer tambalear certezas culturales y
ampliar miradas obtusas que sólo giran sobre sí mismas. Así, la
filosofía busca poner en ejercicio el espíritu crítico, la vocación
investigadora, así como abrir espacios al debate como aventura de lo
humano, sin verdades clausuradas que sofoquen el pensamiento y nieguen
la poesía"
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
ENTREVISTA Revista Universidad de Chile 2011
ENTREVISTA
Adolfo Vásquez Rocca
'FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA. ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA', EN 'ALCANCES' REVISTA DE FILOSOFÍA UCCH de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNIVERSIDAD DE CHILE.
"Filosofía como teoría erótica. Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca".
Entrevista en 'ALCANCES' Vol.I, Nº 1, año 2010 – Revista de Filosofía –
de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. http://www.alcances.cl/ver-articulo.php?id=81
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Alfredo Jaar; el secuestro de las imágenes y el Proyecto Ruanda", En Almiar MARGEN CERO, Revista Fundadora de la ASOCIACIÓN DE REVISTAS DIGITALES DE ESPAÑA, Año VIII - Nº 44, 2009.http://www.margencero.com/articulos/new03/jaar_imagenes.html
Adolfo Vásquez Rocca
Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad; nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos". En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 11 En Prensa / - 2011 ISSN 0718-3712. http://www.observacionesfilosoficas.net/posmodernidadnuevoregimen.htm
Adolfo Vásquez Rocca
LA NOCIÓN DE PROBLEMA EN WITTGENSTEIN
El Origen de los “Problemas” Filosóficos.
NÓMADAS - REVISTA CRÍTICA DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS 13-2006/1 | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730 |
El concepto de filosofía y la noción de problema en Wittgenstein |
Adolfo Vásquez Rocca >>> CV |
Wittgenstein por Adolfo Vásquez Rocca
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Hemos
señalado, siguiendo a Wittgenstein, que el resultado de la filosofía no
son “proposiciones filosóficas”, sino la clarificación de las
proposiciones, la elucidación. La filosofía es una actividad
elucidante, mediante la cual las proposiciones llegan a ser claras[4].
Y “la claridad a la que –la filosofía- aspira es en verdad completa.
Pero esto sólo quiere decir que los problemas filosóficos deben
desaparecer completamente”[5]. Todas las cuestiones que se pueden plantear, también se pueden responder[6].
Una cuestión que no se pueda responder, en rigor no puede ni siquiera
ser planteada y si se formula es una “pregunta ilegítima”, esconde una
confusión lingüística, confusión que debe ser aclarada. “la
característica de una pregunta metafísica- leemos en Cuaderno Azul – es que expresamos una falta de claridad respecto a la gramática de las palabras bajo la forma de una pregunta científica”[7].
Los “problemas” filosóficos tienen su origen en las confusiones
lingüísticas que se producen cuando el lenguaje es desviado de su uso
común (cuando “marcha en el vacío”)[8] y deviene metafísico, adquiriendo un engañoso carácter de profundidad (“pareciera que hay algo oculto”)[9].
Un
“problema” filosófico es síntoma de una confusión verbal, la cual, al
aclararse, no resolverá el problema, sino que lo hará desaparecer. Los
“problemas” filosóficos son pseudos- problemas, malentendidos
lingüísticos, por lo tanto no deben ser resueltos sino disueltos. Así,
con Wittgenstein, entra en crisis la noción misma de problema. Sobre la
palabra “problema”, tal como se usa en filosofía, Wittgenstein escribe:
“Uno puede decir que está mal aplicada cuando se usa para nuestras
dificultades filosóficas”.
Las cuestiones de filosofía no son problemas a los que se ha de responder, sino perplejidades [10]que deben ser eliminadas.[11]
Para
Wittgenstein las cuestiones filosóficas comienzan con la perplejidad.
Con la perplejidad, por ejemplo, ante la palabra “tiempo”, ante su
gramática[12], ante lo que podría llamarse contradicciones aparentes en esta gramática[13].
Dicha perplejidad se expresa a través de preguntas desorientadoras.
Preguntas que son “una manifestación de falta de claridad, de desagrado
mental”[14]y
que Wittgenstein, siguiendo a Hertz, compara a la pregunta “¿por qué?”
“Tal como suelen hacerla los niños”. También esta es una expresión de
desagrado mental y no demanda necesariamente ni una causa ni una razón”[15]
La
perplejidad ante la gramática de la palabra “tiempo” lleva a San
Agustín a formular una pregunta desorientadora: “¿Cómo es posible que se
pueda medir el tiempo? Pues el pasado no puede ser medido, por estar
pasado; y el, futuro no puede medirse por que no ha llegado todavía. Y
el presente no puede medirse por que no tiene extensión”[16].
“La
contradicción que parece surgir aquí – señala Wittgenstein – podría
llamarse un conflicto entre dos usos diferentes de una palabra, que en
este caso es la palabra “medida”. San Agustín, podríamos decir, piensa
en los procesos de medición de una “longitud”: por ejemplo, la distancia
entre dos señales sobre una banda móvil que pasa ante nosotros y de la
cual solamente podemos ver un minúsculo trozo (el presente) frente a
nosotros. La solución de esta perplejidad consistirá en comparar lo que
queremos decir con “medición” (la gramática de la palabra “medición”)
cuando la aplicamos a una distancia sobre una banda móvil con la
gramática de esta palabra cuando la aplicamos al tiempo. El problema
puede parecer simple – continúa Wittgenstein- pero su extremada
dificultad se debe a la fascinación que la analogía entre dos
estructuras similares de nuestro lenguaje puede ejercer sobre nosotros”[17].
De este modo podemos decir con Wittgenstein que “la filosofía, tal como
nosotros utilizamos la palabra, es una lucha contra la fascinación que
ejercen sobre nosotros las formas de expresión”[18]
Finalmente,
respecto del modo de concebir el origen de los “problemas filosóficos”,
debemos decir que el mismo permanece, en lo general, invariable a lo
largo de la obra de Wittgenstein, lo que nos permite sostener la
continuidad de la concepción wittgensteiniana de la filosofía, En
efecto, en Investigaciones Filosóficas, su última obra, Wittgenstein continúa siendo fiel a su tesis del Tractatus
de lo que los “problemas filosóficos” se originan en un mal entendido
de la lógica de nuestro lenguaje. Sin embargo, lo que marca la
distinción entre los así llamados primer y segundo Wittgenstein es la
variación que sufre su modo de concebir la “lógica de nuestro lenguaje”
y, con ello, los abusos de los cuales ésta puede ser objeto. En el Tractatus
el principal abuso contra la lógica de nuestro lenguaje consistía en
usar signos carentes de referencia, que es, según Wittgenstein, la
característica de las expresiones metafísicas. Es, justamente, la
errónea creencia de algunos filósofos de que cuando se tiene un
sustantivo necesariamente también se tiene un objeto que le corresponda,
la que ha originado las mayores confusiones filosóficas. En Investigaciones Filosóficas
la perspectiva cambia, si bien se mantiene la tesis central de que los
“problemas filosóficos” se originan en confusiones lingüísticas. Lo que
cambia es la índole de estas confusiones. La confusión que da origen a
los “problemas filosóficos” es ahora el empleo de una palabra fuera del
juego de lenguaje[19]que es su lugar natural[20].
La forma más común de sin –sentido filosófico surge no cuando una
palabra está siendo usada fuera de todo juego de lenguaje, sino cuando
se usa en un juego de lenguaje distinto del apropiado (con frecuencia el
juego de lenguaje al que parece pertenecer si nos atenemos a su
gramática superficial). Esta nueva perspectiva comienza ya a
desarrollarse en Cuaderno Azul, una obra intermedia entre el Tractatus y las Investigaciones Filosóficas, según lo constatamos en los ejemplos anteriores, cuando revisamos el uso de la palabra “tiempo” y de la palabra “medición”.
Este
cambio en el modo de concebir los abusos contra la lógica de nuestro
lenguaje obedece a un cambio más fundamental, el cambio en el modo de
entender el significado (Bedeutung).
El
primer Wittgenstein daba por sentado que la función del lenguaje era
representar o “figurar” hechos. Según esta teoría, las palabras tienen
sus referencias y las oraciones sus sentidos. Las combinaciones de los
elementos lingüísticos se corresponden a combinaciones de los elementos
de la realidad. Toda proposición está construida a partir de
“proposiciones elementales” que consisten en nombres que se refieren a
objetos simples. Ya que se daba por sentado que, en última instancia,
el significado de una palabra consistía en aquello que nombra. En el Tractatus, pues, Wittgenstein comparte la creencia de los filósofos tradicionales de que el significado de una palabra es el objeto que refiere.
En las Investigaciones Filosóficas Wittgenstein se da cuenta de que las doctrinas del Tractatus se basaban en una “imagen particular de la esencia del lenguaje humano”[21].
Es la “teoría del significado-correspondencia”, cuya esencia es: las
palabras en un lenguaje nombran objetos, el objeto que representa la
palabra es su significado. La mayor parte de las Investigaciones está dirigida contra esa concepción el lenguaje (o lo que él llama la concepción agustiniana del lenguaje)[22].
En las Investigaciones Filosóficas Wittgenstein, aún cuando cree – como en el Tractatus –
que se debe mostrar que el metafísico no ha dado significado
(Bedeutung) a ciertos signos de sus expresiones, cambia su modo de
entender el significado. Tener significado (Bedeutung) es –ahora- usar
las expresiones de acuerdo a las reglas en un determinado juego de
lenguaje. El significado no es la referencia, sino el uso en un
determinado juego de lenguaje[23].
“Para una amplia clase de casos- aunque no para todos- en los que
empleamos la palabra “significado”, puede ser definido del siguiente
modo: el significado de una palabra es su uso en el lenguaje”[24] Lo que no implica una negación total de la perspectiva alcanzada en el Tractatus
sino su ampliación. En efecto, la concepción agustiniana del lenguaje,
como compuesto de nombre, sería una descripción adecuada de este
sistema particular de comunicación, sólo que no todo lo que llamamos
lenguaje se adecua a este sistema. Es, señala Wittgenstein, como si
alguien fuera a decir: “Un juego consiste en mover objetos alrededor de
una superficie según ciertas reglas…”, y nosotros replicásemos: “Parece
que usted está pensando en juegos de salón, pero hay otros”[25].
No existe una función común a todas las palabras (por ejemplo, nombrar
cosas). La demanda de una teoría general del significado de las
palabras carece totalmente de sentido. Una palabra se caracteriza por
su uso, al igual que un instrumento por su función.
No
tener significado (Bedeutung) es, pues, no tener un papel que
desempeñar en un juego de lenguaje. Mostrar que no se ha dado
significado (Bedeutung) a ciertos signos consistirá, por tanto, en
indicar que ciertas palabras están siendo usadas fuera del juego de
lenguaje que es su lugar natural.
Sobre
los juegos de lenguaje volveremos luego, cuando tratemos la identidad
formal entre pensamiento y lenguaje. Allí también expondremos las
razones que, a nuestro juicio, llevaron a Wittgenstein a abandonar su
primera concepción de la naturaleza del lenguaje.
Adolfo Vásquez Rocc y Nicole Fernandez Psicología UNAB
LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS FILOSOFICOS.
Los “problemas” filosóficos “no son problemas empíricos”[26]. Para su solución no se requiere la acumulación de nueva experiencia, no se requiere el conocimiento de nuevos hechos[27], sino la adecuada disposición de los que ya se conocen[28], así como el debido cuidado en su expresión[29].
Considerar
los problemas filosóficos como si fueran empíricos lleva al filósofo a
tratarlos de una nueva forma que no tiene salida; como si se tratara de
cuestiones de hechos sobre las cuales aún no poseemos suficiente
conocimiento, en vez de tomarlas como cuestiones sobre el lenguaje.
A
los filósofos que, al modo de Descartes, desaprobaban la falta de
resultados estables en filosofía en comparación con la acumulación
constante de resultados en matemáticas, parece no habérsele ocurrido,
como a Wittgenstein, que algo en la naturaleza de los problemas
filosóficos, más que una falla de su propia parte, impide encontrarles
una solución. Wittgenstein dirigió sus esfuerzos a descubrir qué fue lo
que les dio la apariencia de una discusión sobre los hechos. Su
conclusión, como ya lo hemos anticipado, fue que tal fuente era una
confusión verbal; que el filósofo, engañado por su propio lenguaje,
supone que está resolviendo un problema. “En lugar de pretender una
decisión acerca de dónde descansa la verdad, la investigación futura
debería concentrarse en determinar cómo el uso que hace el filósofo de
las palabras se las arregla para crear la idea de que existe una
respuesta tajante verdadero o falso[30].
“Los problemas filosóficos – como ya he indicado- no son problemas empíricos”[31],
aún cuando es un error frecuente pensar que lo son. Este error es
comprensible dada la forma que aquellos se expresan. “La característica
de una pregunta metafísica está en que expresamos una falta de claridad
acerca de la gramática de las palabras en la forma de una pregunta
científica”[32].
Por esta razón la primera regla de procedimiento en una investigación
de una proposición metafísica es “destruir la similitud externa entre
ella y una proposición de experiencia[33]
La confusión en la que incurrimos en una pregunta metafísica consiste
en considerar un problema filosófico como si concerniese a un hecho del
mundo en lugar de una cuestión de expresión (si concerniese a un hecho
del mundo tendría, en principio, una solución).
Una
declaración metafísica siempre obedece a una falta de claridad acerca
de la “gramática profunda “de alguna oración. Como hemos señalado, la
forma de una expresión metafísica la hace aparecer como si fuera una
proposición empírica[34], pero en realidad se trata de una proposición “gramatical” o conceptual[35].
Para decirlo con Wittgenstein “lo esencial de la metafísica es que
destruye la distinción entre la investigación factual y la conceptual”[36].
Sólo atendiendo a la “gramática profunda” de una proposición podemos
determinar si ella es factual o conceptual. Algunos ejemplos nos
ayudarán a clarificar la distinción entre gramática profunda y gramática
superficial: Compárense las proposiciones: “tengo un buen libro” y
“tengo un terrible dolor de muelas”. La similitud de su gramática
superficial es obvia, pero sus usos son totalmente distintos. Su
diferencia, en gramática profunda, puede observarse si comparamos, por
ejemplo, “¿es este mi libro? Y “¿es este mi dolor de muelas?” (Carente
de sentido); la importancia de la gramática profunda radica en la
diferenciación entre sentido y sin sentido. O compárense “todas las
rosas tienen espinas” y “todas las varillas tienen longitud”.
Superficialmente, ambas proposiciones parecen ser generalizaciones
empíricas; pero mientras es posible imaginar rosas sin espinas, ¿podemos
acaso imaginar varillas sin longitud? ¿Examinamos varillas al igual
que examinamos rosas? La segunda proposición no es experiencial
(fáctica) sino lógica o, según Wittgenstein, “gramatical”; no nos
proporciona información sobre las varillas, sino que enuncia una regla
que gobierna el uso de la palabra “varilla”[37].
Tomemos
otro ejemplo: La proposición “ninguna persona puede sentir mi dolor”
tiene forma experiencial – un filósofo que diga esto puede pensar que
está expresando algo así como una verdad científica -. Sin embargo,
aquí cabe preguntar, ¿cómo puede otro sentir mi dolor? Decir que “un
hombre no puede sentir el dolor de otro”, nos sugiere la idea de una
barrera física insuperable, mientras que se trata de una imposibilidad
lógica[38]. Establece una barrera gramatical que gobierna el uso de la palabra “dolor”.
La
confusión anterior es análoga a la de un hombre a quien, al decírsele,
por ejemplo, que “no puede casarse con la hermana de su viuda”,
considera esto último como un mandato moral y busca la manera de
eludirlo. Una vez que se da cuenta de qué se trata, el problema
original desaparece. Vale la pena notar que todo lo que necesita es
ocuparse de las palabras con las que expresó lo que pareció ser una
prohibición social o legal, y con ello darse cuenta que no existe
problema alguno que resolver[39].
A esto aludíamos cuando dijimos que los problemas filosóficos no deben
ser resueltos, sino disueltos, lo que se consigue “examinando el
funcionamiento de nuestro lenguaje”[40].
Siempre que Wittgenstein se encuentra con la palabra “puede” en una
proposición metafísica intenta mostrar “que tal proposición esconde una
regla gramatical, es decir, destruye la semejanza aparente entre una
proposición metafísica y una experiencia”[41].
Proposiciones tales como “toda varilla tiene longitud”, “las
sensaciones son privadas”, etc., son una representación pictórica de
nuestra gramática[42].
Para librarnos de las formas engañosas de las expresiones metafísicas,
Wittgenstein nos sugiere que en lugar de decir “no se puede…” digamos
“no hay nada de este tipo…en este juego”. “No: no se puede enrocar en
el juego de damas”, sino: “no hay enrroque en las damas”; y en vez de
“no puedo exhibir mi sensación”, “en el uso de la palabra `sensación` no
se da el poder de exhibir lo que uno siente”[43].
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
LA FILOSOFIA Y SU FUNCION TERAPEUTICA.
Para Wittgenstein, como hemos señalado, las cuestiones filosóficas comienzan con la perplejidad[44].
Las cuestiones filosóficas son atormentadoras; son “molestias” o
“aflicciones intelectuales” comparables a algún tipo de enfermedad
mental. Los filósofos son llevados a formular tales preguntas por tener
“una vaga intranquilidad mental” parecida a la de los niños que
preguntan “¿por qué?”[45]. De aquí que “un problema filosófico tiene la forma: ‘No sé por dónde voy’”[46].
En otro lugar compara un problema filosófico con un “calambre mental”
que hay que curar o “un nudo en nuestro pensamiento que debe ser
desatado”[47].
Así se comprende el famoso aforismo en que Wittgenstein resume su
pensamiento: “La filosofía es una lucha contra el embrujo de nuestro
entendimiento por medio de nuestro lenguaje”[48]. Su objetivo es “mostrar a la mosca la salida de la botella”[49]. Una persona presa en una perplejidad filosófica se compara a un hombre en una habitación que quiere salir y no sabe cómo[50], o a una mosca encerrada en una botella.
Ahora
bien, la descripción metafórica de los problemas filosóficos en
términos psicológicos como “calambre mental”, “tormento mental”, etc.,
no es accidental. Por una parte, es una expresión de su preocupación
personal por tales problemas. Por otra parte, es una caracterización
acertada de sus propios métodos y objetivos en filosofía. “El
tratamiento filosófico de una cuestión es como el tratamiento de una
enfermedad”[51]. De éste modo, Investigaciones Filosóficas debe ser entendido como “un libro de historiales clínicos de tratamientos filosóficos”[52].
Aquí
cabe aclarar que si bien Wittgenstein comparó su filosofía con el
psicoanálisis, explícitamente combatió la sugerencia de que era una
forma de psicoanálisis. “Son diferentes técnicas” dijo. También dijo:
“En filosofía no podemos eliminar una enfermedad de pensamiento. Debe
seguir su curso natural, y la cura lenta es de máxima importancia”[53].
Los problemas filosóficos no son, por supuesto, problemas
psicológicos. Si hablamos de “tratamiento” nos referimos a “tratamiento
filosófico”. Y al igual que no existe una terapia apropiada para todas
las enfermedades mentales, “no existe un método filosófico, sino varios
métodos, al igual que existen diferentes terapias”[54].
Que terapia usar dependerá de la enfermedad y de la persona que la
sufra. No hay un método universalmente válido. Sin embargo, como en
psicoterapia, el primer paso consiste en “buscar la fuente de
extrañamiento filosófico”, “investigar el origen del enredo”[55],
buscar la razón de la perplejidad. Como toda terapia, la terapia
filosófica de Wittgenstein tiene por fin eliminar una enfermedad, ayudar
a aquellos que están obsesionados por los problemas filosóficos a que
alcancen completa claridad, de forma que ya no estén atormentados por
aquellos problemas. “El auténtico descubrimiento es aquel que me hace
capaz de dejar de filosofar cuando quiero, aquel que da paz a la
filosofía, de manera que ya no nos vemos atormentados por cuestiones que
ponen de nuevo en entredicho a la filosofía misma”[56]. En cierto modo, se encuentra exactamente igual que cuando empezó, ya que la filosofía “deja todo tal como está”[57].
La filosofía, sin embargo, no es nunca trivial o insignificante, al
igual que el tratamiento psicoanalítico no debe juzgarse trivial por el
hecho de que simplemente reestablece la salud mental
De
este modo se modifica no sólo la naturaleza de la filosofía, sino
también la naturaleza de la profesión filosófica. “El profesor de
filosofía –señala Ferrater Mora[58]-
se convertirá en psiquiatra ‘sui generis’. El alumno será un
‘paciente’. Agobiado a veces por un extraño sentimiento de pecado
intelectual, el alumno llamará a la puerta de su profesor. Sin embargo,
no preguntará: ‘¿Cree usted que la estética de Plotino es un buen tema
para una disertación doctoral?’ Esto no es una perplejidad
intelectual; es una cuestión práctica. Sus preguntas – continúa
Ferrater Mora – serán más bien del siguiente tipo: ‘¿Cree usted
realmente que el Ser y el Valor son intercambiables?’ Aunque…el mejor
modo de iniciar un diálogo con un positivista terapéutico es presentarle
de golpe el ‘conjunto’ de sus preocupaciones. Sería mejor, en efecto,
que el ‘paciente’ dijera, por ejemplo: ‘Soy hegeliano; creo firmemente
que el Ser en sí no llegará nunca a convertirse en Ser en y para sí a
menos que pase algún tiempo como Ser fuera de sí.” Así como es posible
presentar de golpe las perplejidades filosóficas (las confusiones
sentidas como problemas), su disolución también debe acontecer de un
solo golpe. Wittgenstein sostuvo que cuando se hayan solucionado los
problemas centrales, el desvanecimiento de las demás dificultades
filosóficas se realizaría en principio de un solo golpe, de modo que
sólo restaría hacer una suerte de operación de limpieza[59].
La resolución de los problemas filosóficos es, pues, su disolución;
disolución que tiene lugar desatando los nudos de los embrollos del
lenguaje que conllevan los usos metafísicos del mismo o, como antes se
dijo, “retrayendo las palabras de su uso metafísico a su uso cotidiano”[60].
CONCLUSIONES
¿Cuáles son las constantes en la concepción wittgensteiniana de la filosofía?
1.-
En primer lugar, la filosofía no es un cuerpo de doctrina, una teoría,
sino una actividad elucidante. “Una obra filosófica consiste
esencialmente en elucidaciones”[61]. El resultado de la filosofía no son proposiciones filosóficas, sino la clarificación de las proposiciones.
2.-
En segundo lugar, la filosofía aspira a una claridad completa, lo que
significa que los problemas filosóficos deben desaparecer completamente[62].
No se trata de responder a las preguntas o de solucionar los problemas,
sino de disolver éstos y de mostrar la vanidad de aquellas. “No es
sorprendente que los más profundos problemas no sean propiamente
problemas”[63].
Los problemas filosóficos son pseudos-problemas, malentendidos
lingüísticos, por lo tanto no deben ser resueltos, sino disueltos, lo
que se consigue “examinando el funcionamiento de nuestro lenguaje” [64].
Wittgenstein distingue dos estrategias fundamentales: La de la solución
del problema filosófico como ‘disolución’ y la solución del mismo como
‘repatriación’[65]. La primera corresponde al Tractatus y la segunda a las Investigaciones Filosóficas.
3.-
En tercer lugar, hay una permanente referencia al lenguaje, no como el
mero tema de una filosofía del lenguaje, sino como la raíz de los
problemas filosóficos. Wittgenstein retrotrae la filosofía a su origen
problemático. No da una respuesta inercial a los clásicos problemas
filosóficos, sino que se plantea el sentido mismo de estos. Lo
fundamental en todo problema filosófico es el lenguaje. La forma que
existe para enunciar cada asunto, funda las condiciones de posibilidad
para el manejo del mimo. El lenguaje determina los límites de la razón,
dejando algunas de las posibilidades del decir en la impensabilidad y
otras en la evidencia absoluta.
La tesis central de Wittgenstein, que justifica su modo de hacer
filosofía y constituye el gran supuesto de sus indagaciones es que el
límite del lenguaje señala la línea de demarcación entre lo que puede y
no puede ser pensado. Lo que conduce al siguiente planteamiento
metodológico: por medio del análisis del lenguaje se pueden establecer
los límites del pensamiento[66].
4.- En cuarto lugar, la filosofía es original respecto de las ciencias. La filosofía no es una ciencia natural[67].
La filosofía delimita el dominio disputable de la ciencia natural. Sus
consideraciones no son “científicas”, no proponen ninguna “teoría”, ni
hay en ellas nada “hipotético”. En las Investigaciones Filosóficas,
Wittgenstein dice: “Toda explicación tiene que marcharse, y sólo la
descripción ocupa su lugar”. La filosofía sólo puede al final describir
el uso real del lenguaje.
5.-
En quinto lugar, hay una actitud tolerante ante la metafísica y la
ética, similar a la actitud de Kant ante lo que denomina la “metafísica
natural”, bajo la denominación de “lo místico” y entendidas como un
“testimonio de una tendencia del espíritu humano”, tendencia que es
caracterizada como “un arremeter contra los límites del lenguaje”. Pero
cuando la metafísica o la ética adoptaban la forma de la ciencia
natural su actitud era intolerante y destructiva[68] .
La imposibilidad, señalada por Wittgenstein, de plantear cuestiones éticas[69]
, cuestiones que atañen al ‘problema de nuestra vida’, no implica el
menosprecio de esta ‘tendencia del espíritu humano’ a plantear tales
cuestiones, sino más bien el reconocimiento de las limitaciones del
discurso científico. “Nosotros sentimos que incluso si todas las
posibles cuestiones científicas pudieran responderse, el problema de
nuestra vida no habría sido más penetrado”[70]
NOTAS:
[2]
La mayoría de los escritos de Wittgenstein se asemejan mucho a un
pensar en voz alta, hasta el punto de que parecen reproducir el
movimiento mismo del pensamiento sin esforzarse en fingir ninguna unidad
argumentativa superior.
[3] Sólo acerca de la importancia del Tractatus
Russell ha señalado que aquella era una obra que “en lo sucesivo no
podría ser dejada de lado por ningún filósofo al que hubiera que tomar
en serio” (Introducción al Tractatus). Lo que es confirmado por
el juicio de Keynes, quien, en carta a Wittgenstein, señala: “Aún no
sé que decirle de su libro, como no sé manifestarle que tengo la
sensación de que se trata de una obra extraordinariamente importante y
genial. Es igual que la obra sea acertada o esté equivocada; desde que
fue escrita domina todas las discusiones serias en Cambridge” (Citado
por W: Baus en Ludwig Wittgenstein, Ed. Alianza, Madrid, 1988, p. 137 y 138).
[4] L. Wittgenstein, Tractatus Lögico- Philosiphicus, 4.112
[5] L. Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 133.
[6]
“Para una respuesta que no se puede expresar, la pregunta tampoco puede
expresarse. No hay enigma. Si se puede plantear una cuestión, también
se puede responder”. (L: Wittgenstein, Tractatus Lógico-Philosophicus, 6.5).
No hay pregunta sin respuesta (no hay enigma). Si se puede plantear
una cuestión, también se puede responder; si una respuesta no se puede
expresar, la pregunta tampoco puede expresarse. Como señal Frege, “con
toda oración asertiva se puede formular una pregunta por una oración… la
oración interrogativa y la oración asertiva contienen el mismo
pensamiento” (G: Frege, Art. “El Pensamiento, una Investigación
Lógica”, Lógica y Semántica, Ed. Universitaria de Valparaíso, 1972, p. 111. Trad. De Alfonso Gómez –Lobo.) Por lo tanto, pretender dudar allí en
Adolfo Vásquez Rocca Exposición de Arte Obra PANOPTICO
LA NOCIÓN DE PROBLEMA EN WITTGENSTEIN
El Origen de los “Problemas” Filosóficos.
Hemos
señalado, siguiendo a Wittgenstein, que el resultado de la filosofía no
son “proposiciones filosóficas”, sino la clarificación de las
proposiciones, la elucidación. La filosofía es una actividad
elucidante, mediante la cual las proposiciones llegan a ser claras[4].
Y “la claridad a la que –la filosofía- aspira es en verdad completa.
Pero esto sólo quiere decir que los problemas filosóficos deben
desaparecer completamente”[5]. Todas las cuestiones que se pueden plantear, también se pueden responder[6].
Una cuestión que no se pueda responder, en rigor no puede ni siquiera
ser planteada y si se formula es una “pregunta ilegítima”, esconde una
confusión lingüística, confusión que debe ser aclarada. “la
característica de una pregunta metafísica- leemos en Cuaderno Azul – es que expresamos una falta de claridad respecto a la gramática de las palabras bajo la forma de una pregunta científica”[7].
Los “problemas” filosóficos tienen su origen en las confusiones
lingüísticas que se producen cuando el lenguaje es desviado de su uso
común (cuando “marcha en el vacío”)[8] y deviene metafísico, adquiriendo un engañoso carácter de profundidad (“pareciera que hay algo oculto”)[9].
Un
“problema” filosófico es síntoma de una confusión verbal, la cual, al
aclararse, no resolverá el problema, sino que lo hará desaparecer. Los
“problemas” filosóficos son pseudos- problemas, malentendidos
lingüísticos, por lo tanto no deben ser resueltos sino disueltos. Así,
con Wittgenstein, entra en crisis la noción misma de problema. Sobre la
palabra “problema”, tal como se usa en filosofía, Wittgenstein escribe:
“Uno puede decir que está mal aplicada cuando se usa para nuestras
dificultades filosóficas”.
Las cuestiones de filosofía no son problemas a los que se ha de responder, sino perplejidades [10]que deben ser eliminadas.[11]
Para
Wittgenstein las cuestiones filosóficas comienzan con la perplejidad.
Con la perplejidad, por ejemplo, ante la palabra “tiempo”, ante su
gramática[12], ante lo que podría llamarse contradicciones aparentes en esta gramática[13].
Dicha perplejidad se expresa a través de preguntas desorientadoras.
Preguntas que son “una manifestación de falta de claridad, de desagrado
mental”[14]y
que Wittgenstein, siguiendo a Hertz, compara a la pregunta “¿por qué?”
“Tal como suelen hacerla los niños”. También esta es una expresión de
desagrado mental y no demanda necesariamente ni una causa ni una razón”[15]
La
perplejidad ante la gramática de la palabra “tiempo” lleva a San
Agustín a formular una pregunta desorientadora: “¿Cómo es posible que se
pueda medir el tiempo? Pues el pasado no puede ser medido, por estar
pasado; y el, futuro no puede medirse por que no ha llegado todavía. Y
el presente no puede medirse por que no tiene extensión”[16].
“La
contradicción que parece surgir aquí – señala Wittgenstein – podría
llamarse un conflicto entre dos usos diferentes de una palabra, que en
este caso es la palabra “medida”. San Agustín, podríamos decir, piensa
en los procesos de medición de una “longitud”: por ejemplo, la distancia
entre dos señales sobre una banda móvil que pasa ante nosotros y de la
cual solamente podemos ver un minúsculo trozo (el presente) frente a
nosotros. La solución de esta perplejidad consistirá en comparar lo que
queremos decir con “medición” (la gramática de la palabra “medición”)
cuando la aplicamos a una distancia sobre una banda móvil con la
gramática de esta palabra cuando la aplicamos al tiempo. El problema
puede parecer simple – continúa Wittgenstein- pero su extremada
dificultad se debe a la fascinación que la analogía entre dos
estructuras similares de nuestro lenguaje puede ejercer sobre nosotros”[17].
De este modo podemos decir con Wittgenstein que “la filosofía, tal como
nosotros utilizamos la palabra, es una lucha contra la fascinación que
ejercen sobre nosotros las formas de expresión”[18]
Finalmente,
respecto del modo de concebir el origen de los “problemas filosóficos”,
debemos decir que el mismo permanece, en lo general, invariable a lo
largo de la obra de Wittgenstein, lo que nos permite sostener la
continuidad de la concepción wittgensteiniana de la filosofía, En
efecto, en Investigaciones Filosóficas, su última obra, Wittgenstein continúa siendo fiel a su tesis del Tractatus
de lo que los “problemas filosóficos” se originan en un mal entendido
de la lógica de nuestro lenguaje. Sin embargo, lo que marca la
distinción entre los así llamados primer y segundo Wittgenstein es la
variación que sufre su modo de concebir la “lógica de nuestro lenguaje”
y, con ello, los abusos de los cuales ésta puede ser objeto. En el Tractatus
el principal abuso contra la lógica de nuestro lenguaje consistía en
usar signos carentes de referencia, que es, según Wittgenstein, la
característica de las expresiones metafísicas. Es, justamente, la
errónea creencia de algunos filósofos de que cuando se tiene un
sustantivo necesariamente también se tiene un objeto que le corresponda,
la que ha originado las mayores confusiones filosóficas. En Investigaciones Filosóficas
la perspectiva cambia, si bien se mantiene la tesis central de que los
“problemas filosóficos” se originan en confusiones lingüísticas. Lo que
cambia es la índole de estas confusiones. La confusión que da origen a
los “problemas filosóficos” es ahora el empleo de una palabra fuera del
juego de lenguaje[19]que es su lugar natural[20].
La forma más común de sin –sentido filosófico surge no cuando una
palabra está siendo usada fuera de todo juego de lenguaje, sino cuando
se usa en un juego de lenguaje distinto del apropiado (con frecuencia el
juego de lenguaje al que parece pertenecer si nos atenemos a su
gramática superficial). Esta nueva perspectiva comienza ya a
desarrollarse en Cuaderno Azul, una obra intermedia entre el Tractatus y las Investigaciones Filosóficas, según lo constatamos en los ejemplos anteriores, cuando revisamos el uso de la palabra “tiempo” y de la palabra “medición”.
Este
cambio en el modo de concebir los abusos contra la lógica de nuestro
lenguaje obedece a un cambio más fundamental, el cambio en el modo de
entender el significado (Bedeutung).
El
primer Wittgenstein daba por sentado que la función del lenguaje era
representar o “figurar” hechos. Según esta teoría, las palabras tienen
sus referencias y las oraciones sus sentidos. Las combinaciones de los
elementos lingüísticos se corresponden a combinaciones de los elementos
de la realidad. Toda proposición está construida a partir de
“proposiciones elementales” que consisten en nombres que se refieren a
objetos simples. Ya que se daba por sentado que, en última instancia,
el significado de una palabra consistía en aquello que nombra. En el Tractatus, pues, Wittgenstein comparte la creencia de los filósofos tradicionales de que el significado de una palabra es el objeto que refiere.
En las Investigaciones Filosóficas Wittgenstein se da cuenta de que las doctrinas del Tractatus se basaban en una “imagen particular de la esencia del lenguaje humano”[21].
Es la “teoría del significado-correspondencia”, cuya esencia es: las
palabras en un lenguaje nombran objetos, el objeto que representa la
palabra es su significado. La mayor parte de las Investigaciones está dirigida contra esa concepción el lenguaje (o lo que él llama la concepción agustiniana del lenguaje)[22].
En las Investigaciones Filosóficas Wittgenstein, aún cuando cree – como en el Tractatus –
que se debe mostrar que el metafísico no ha dado significado
(Bedeutung) a ciertos signos de sus expresiones, cambia su modo de
entender el significado. Tener significado (Bedeutung) es –ahora- usar
las expresiones de acuerdo a las reglas en un determinado juego de
lenguaje. El significado no es la referencia, sino el uso en un
determinado juego de lenguaje[23].
“Para una amplia clase de casos- aunque no para todos- en los que
empleamos la palabra “significado”, puede ser definido del siguiente
modo: el significado de una palabra es su uso en el lenguaje”[24] Lo que no implica una negación total de la perspectiva alcanzada en el Tractatus
sino su ampliación. En efecto, la concepción agustiniana del lenguaje,
como compuesto de nombre, sería una descripción adecuada de este
sistema particular de comunicación, sólo que no todo lo que llamamos
lenguaje se adecua a este sistema. Es, señala Wittgenstein, como si
alguien fuera a decir: “Un juego consiste en mover objetos alrededor de
una superficie según ciertas reglas…”, y nosotros replicásemos: “Parece
que usted está pensando en juegos de salón, pero hay otros”[25].
No existe una función común a todas las palabras (por ejemplo, nombrar
cosas). La demanda de una teoría general del significado de las
palabras carece totalmente de sentido. Una palabra se caracteriza por
su uso, al igual que un instrumento por su función.
No
tener significado (Bedeutung) es, pues, no tener un papel que
desempeñar en un juego de lenguaje. Mostrar que no se ha dado
significado (Bedeutung) a ciertos signos consistirá, por tanto, en
indicar que ciertas palabras están siendo usadas fuera del juego de
lenguaje que es su lugar natural.
Sobre
los juegos de lenguaje volveremos luego, cuando tratemos la identidad
formal entre pensamiento y lenguaje. Allí también expondremos las
razones que, a nuestro juicio, llevaron a Wittgenstein a abandonar su
primera concepción de la naturaleza del lenguaje.
Adolfo Vásquez Rocca
LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS FILOSOFICOS.
Los “problemas” filosóficos “no son problemas empíricos”[26]. Para su solución no se requiere la acumulación de nueva experiencia, no se requiere el conocimiento de nuevos hechos[27], sino la adecuada disposición de los que ya se conocen[28], así como el debido cuidado en su expresión[29].
Considerar
los problemas filosóficos como si fueran empíricos lleva al filósofo a
tratarlos de una nueva forma que no tiene salida; como si se tratara de
cuestiones de hechos sobre las cuales aún no poseemos suficiente
conocimiento, en vez de tomarlas como cuestiones sobre el lenguaje.
A
los filósofos que, al modo de Descartes, desaprobaban la falta de
resultados estables en filosofía en comparación con la acumulación
constante de resultados en matemáticas, parece no habérsele ocurrido,
como a Wittgenstein, que algo en la naturaleza de los problemas
filosóficos, más que una falla de su propia parte, impide encontrarles
una solución. Wittgenstein dirigió sus esfuerzos a descubrir qué fue lo
que les dio la apariencia de una discusión sobre los hechos. Su
conclusión, como ya lo hemos anticipado, fue que tal fuente era una
confusión verbal; que el filósofo, engañado por su propio lenguaje,
supone que está resolviendo un problema. “En lugar de pretender una
decisión acerca de dónde descansa la verdad, la investigación futura
debería concentrarse en determinar cómo el uso que hace el filósofo de
las palabras se las arregla para crear la idea de que existe una
respuesta tajante verdadero o falso[30].
“Los problemas filosóficos – como ya he indicado- no son problemas empíricos”[31],
aún cuando es un error frecuente pensar que lo son. Este error es
comprensible dada la forma que aquellos se expresan. “La característica
de una pregunta metafísica está en que expresamos una falta de claridad
acerca de la gramática de las palabras en la forma de una pregunta
científica”[32].
Por esta razón la primera regla de procedimiento en una investigación
de una proposición metafísica es “destruir la similitud externa entre
ella y una proposición de experiencia[33]
La confusión en la que incurrimos en una pregunta metafísica consiste
en considerar un problema filosófico como si concerniese a un hecho del
mundo en lugar de una cuestión de expresión (si concerniese a un hecho
del mundo tendría, en principio, una solución).
Una
declaración metafísica siempre obedece a una falta de claridad acerca
de la “gramática profunda “de alguna oración. Como hemos señalado, la
forma de una expresión metafísica la hace aparecer como si fuera una
proposición empírica[34], pero en realidad se trata de una proposición “gramatical” o conceptual[35].
Para decirlo con Wittgenstein “lo esencial de la metafísica es que
destruye la distinción entre la investigación factual y la conceptual”[36].
Sólo atendiendo a la “gramática profunda” de una proposición podemos
determinar si ella es factual o conceptual. Algunos ejemplos nos
ayudarán a clarificar la distinción entre gramática profunda y gramática
superficial: Compárense las proposiciones: “tengo un buen libro” y
“tengo un terrible dolor de muelas”. La similitud de su gramática
superficial es obvia, pero sus usos son totalmente distintos. Su
diferencia, en gramática profunda, puede observarse si comparamos, por
ejemplo, “¿es este mi libro? Y “¿es este mi dolor de muelas?” (Carente
de sentido); la importancia de la gramática profunda radica en la
diferenciación entre sentido y sin sentido. O compárense “todas las
rosas tienen espinas” y “todas las varillas tienen longitud”.
Superficialmente, ambas proposiciones parecen ser generalizaciones
empíricas; pero mientras es posible imaginar rosas sin espinas, ¿podemos
acaso imaginar varillas sin longitud? ¿Examinamos varillas al igual
que examinamos rosas? La segunda proposición no es experiencial
(fáctica) sino lógica o, según Wittgenstein, “gramatical”; no nos
proporciona información sobre las varillas, sino que enuncia una regla
que gobierna el uso de la palabra “varilla”[37].
Tomemos
otro ejemplo: La proposición “ninguna persona puede sentir mi dolor”
tiene forma experiencial – un filósofo que diga esto puede pensar que
está expresando algo así como una verdad científica -. Sin embargo,
aquí cabe preguntar, ¿cómo puede otro sentir mi dolor? Decir que “un
hombre no puede sentir el dolor de otro”, nos sugiere la idea de una
barrera física insuperable, mientras que se trata de una imposibilidad
lógica[38]. Establece una barrera gramatical que gobierna el uso de la palabra “dolor”.
La
confusión anterior es análoga a la de un hombre a quien, al decírsele,
por ejemplo, que “no puede casarse con la hermana de su viuda”,
considera esto último como un mandato moral y busca la manera de
eludirlo. Una vez que se da cuenta de qué se trata, el problema
original desaparece. Vale la pena notar que todo lo que necesita es
ocuparse de las palabras con las que expresó lo que pareció ser una
prohibición social o legal, y con ello darse cuenta que no existe
problema alguno que resolver[39].
A esto aludíamos cuando dijimos que los problemas filosóficos no deben
ser resueltos, sino disueltos, lo que se consigue “examinando el
funcionamiento de nuestro lenguaje”[40].
Siempre que Wittgenstein se encuentra con la palabra “puede” en una
proposición metafísica intenta mostrar “que tal proposición esconde una
regla gramatical, es decir, destruye la semejanza aparente entre una
proposición metafísica y una experiencia”[41].
Proposiciones tales como “toda varilla tiene longitud”, “las
sensaciones son privadas”, etc., son una representación pictórica de
nuestra gramática[42].
Para librarnos de las formas engañosas de las expresiones metafísicas,
Wittgenstein nos sugiere que en lugar de decir “no se puede…” digamos
“no hay nada de este tipo…en este juego”. “No: no se puede enrocar en
el juego de damas”, sino: “no hay enrroque en las damas”; y en vez de
“no puedo exhibir mi sensación”, “en el uso de la palabra `sensación` no
se da el poder de exhibir lo que uno siente”[43].
Adolfo Vásquez Rocca y Oriana Villalobos Pulgar
LA FILOSOFIA Y SU FUNCION TERAPEUTICA.
Para Wittgenstein, como hemos señalado, las cuestiones filosóficas comienzan con la perplejidad[44].
Las cuestiones filosóficas son atormentadoras; son “molestias” o
“aflicciones intelectuales” comparables a algún tipo de enfermedad
mental. Los filósofos son llevados a formular tales preguntas por tener
“una vaga intranquilidad mental” parecida a la de los niños que
preguntan “¿por qué?”[45]. De aquí que “un problema filosófico tiene la forma: ‘No sé por dónde voy’”[46].
En otro lugar compara un problema filosófico con un “calambre mental”
que hay que curar o “un nudo en nuestro pensamiento que debe ser
desatado”[47].
Así se comprende el famoso aforismo en que Wittgenstein resume su
pensamiento: “La filosofía es una lucha contra el embrujo de nuestro
entendimiento por medio de nuestro lenguaje”[48]. Su objetivo es “mostrar a la mosca la salida de la botella”[49]. Una persona presa en una perplejidad filosófica se compara a un hombre en una habitación que quiere salir y no sabe cómo[50], o a una mosca encerrada en una botella.
Adolfo Vásquez Rocca y Francisca Prado Stambuk Psicología UNAB
Ahora
bien, la descripción metafórica de los problemas filosóficos en
términos psicológicos como “calambre mental”, “tormento mental”, etc.,
no es accidental. Por una parte, es una expresión de su preocupación
personal por tales problemas. Por otra parte, es una caracterización
acertada de sus propios métodos y objetivos en filosofía. “El
tratamiento filosófico de una cuestión es como el tratamiento de una
enfermedad”[51]. De éste modo, Investigaciones Filosóficas debe ser entendido como “un libro de historiales clínicos de tratamientos filosóficos”[52].
Aquí
cabe aclarar que si bien Wittgenstein comparó su filosofía con el
psicoanálisis, explícitamente combatió la sugerencia de que era una
forma de psicoanálisis. “Son diferentes técnicas” dijo. También dijo:
“En filosofía no podemos eliminar una enfermedad de pensamiento. Debe
seguir su curso natural, y la cura lenta es de máxima importancia”[53].
Los problemas filosóficos no son, por supuesto, problemas
psicológicos. Si hablamos de “tratamiento” nos referimos a “tratamiento
filosófico”. Y al igual que no existe una terapia apropiada para todas
las enfermedades mentales, “no existe un método filosófico, sino varios
métodos, al igual que existen diferentes terapias”[54].
Que terapia usar dependerá de la enfermedad y de la persona que la
sufra. No hay un método universalmente válido. Sin embargo, como en
psicoterapia, el primer paso consiste en “buscar la fuente de
extrañamiento filosófico”, “investigar el origen del enredo”[55],
buscar la razón de la perplejidad. Como toda terapia, la terapia
filosófica de Wittgenstein tiene por fin eliminar una enfermedad, ayudar
a aquellos que están obsesionados por los problemas filosóficos a que
alcancen completa claridad, de forma que ya no estén atormentados por
aquellos problemas. “El auténtico descubrimiento es aquel que me hace
capaz de dejar de filosofar cuando quiero, aquel que da paz a la
filosofía, de manera que ya no nos vemos atormentados por cuestiones que
ponen de nuevo en entredicho a la filosofía misma”[56]. En cierto modo, se encuentra exactamente igual que cuando empezó, ya que la filosofía “deja todo tal como está”[57].
La filosofía, sin embargo, no es nunca trivial o insignificante, al
igual que el tratamiento psicoanalítico no debe juzgarse trivial por el
hecho de que simplemente reestablece la salud mental
De
este modo se modifica no sólo la naturaleza de la filosofía, sino
también la naturaleza de la profesión filosófica. “El profesor de
filosofía –señala Ferrater Mora[58]-
se convertirá en psiquiatra ‘sui generis’. El alumno será un
‘paciente’. Agobiado a veces por un extraño sentimiento de pecado
intelectual, el alumno llamará a la puerta de su profesor. Sin embargo,
no preguntará: ‘¿Cree usted que la estética de Plotino es un buen tema
para una disertación doctoral?’ Esto no es una perplejidad
intelectual; es una cuestión práctica. Sus preguntas – continúa
Ferrater Mora – serán más bien del siguiente tipo: ‘¿Cree usted
realmente que el Ser y el Valor son intercambiables?’ Aunque…el mejor
modo de iniciar un diálogo con un positivista terapéutico es presentarle
de golpe el ‘conjunto’ de sus preocupaciones. Sería mejor, en efecto,
que el ‘paciente’ dijera, por ejemplo: ‘Soy hegeliano; creo firmemente
que el Ser en sí no llegará nunca a convertirse en Ser en y para sí a
menos que pase algún tiempo como Ser fuera de sí.” Así como es posible
presentar de golpe las perplejidades filosóficas (las confusiones
sentidas como problemas), su disolución también debe acontecer de un
solo golpe. Wittgenstein sostuvo que cuando se hayan solucionado los
problemas centrales, el desvanecimiento de las demás dificultades
filosóficas se realizaría en principio de un solo golpe, de modo que
sólo restaría hacer una suerte de operación de limpieza[59].
La resolución de los problemas filosóficos es, pues, su disolución;
disolución que tiene lugar desatando los nudos de los embrollos del
lenguaje que conllevan los usos metafísicos del mismo o, como antes se
dijo, “retrayendo las palabras de su uso metafísico a su uso cotidiano”[60].
Adolfo Vásquez Rocca
CONCLUSIONES
¿Cuáles son las constantes en la concepción wittgensteiniana de la filosofía?
1.-
En primer lugar, la filosofía no es un cuerpo de doctrina, una teoría,
sino una actividad elucidante. “Una obra filosófica consiste
esencialmente en elucidaciones”[61]. El resultado de la filosofía no son proposiciones filosóficas, sino la clarificación de las proposiciones.
2.-
En segundo lugar, la filosofía aspira a una claridad completa, lo que
significa que los problemas filosóficos deben desaparecer completamente[62].
No se trata de responder a las preguntas o de solucionar los problemas,
sino de disolver éstos y de mostrar la vanidad de aquellas. “No es
sorprendente que los más profundos problemas no sean propiamente
problemas”[63].
Los problemas filosóficos son pseudos-problemas, malentendidos
lingüísticos, por lo tanto no deben ser resueltos, sino disueltos, lo
que se consigue “examinando el funcionamiento de nuestro lenguaje” [64].
Wittgenstein distingue dos estrategias fundamentales: La de la solución
del problema filosófico como ‘disolución’ y la solución del mismo como
‘repatriación’[65]. La primera corresponde al Tractatus y la segunda a las Investigaciones Filosóficas.
3.-
En tercer lugar, hay una permanente referencia al lenguaje, no como el
mero tema de una filosofía del lenguaje, sino como la raíz de los
problemas filosóficos. Wittgenstein retrotrae la filosofía a su origen
problemático. No da una respuesta inercial a los clásicos problemas
filosóficos, sino que se plantea el sentido mismo de estos. Lo
fundamental en todo problema filosófico es el lenguaje. La forma que
existe para enunciar cada asunto, funda las condiciones de posibilidad
para el manejo del mimo. El lenguaje determina los límites de la razón,
dejando algunas de las posibilidades del decir en la impensabilidad y
otras en la evidencia absoluta.
La tesis central de Wittgenstein, que justifica su modo de hacer
filosofía y constituye el gran supuesto de sus indagaciones es que el
límite del lenguaje señala la línea de demarcación entre lo que puede y
no puede ser pensado. Lo que conduce al siguiente planteamiento
metodológico: por medio del análisis del lenguaje se pueden establecer
los límites del pensamiento[66].
4.- En cuarto lugar, la filosofía es original respecto de las ciencias. La filosofía no es una ciencia natural[67].
La filosofía delimita el dominio disputable de la ciencia natural. Sus
consideraciones no son “científicas”, no proponen ninguna “teoría”, ni
hay en ellas nada “hipotético”. En las Investigaciones Filosóficas,
Wittgenstein dice: “Toda explicación tiene que marcharse, y sólo la
descripción ocupa su lugar”. La filosofía sólo puede al final describir
el uso real del lenguaje.
5.-
En quinto lugar, hay una actitud tolerante ante la metafísica y la
ética, similar a la actitud de Kant ante lo que denomina la “metafísica
natural”, bajo la denominación de “lo místico” y entendidas como un
“testimonio de una tendencia del espíritu humano”, tendencia que es
caracterizada como “un arremeter contra los límites del lenguaje”. Pero
cuando la metafísica o la ética adoptaban la forma de la ciencia
natural su actitud era intolerante y destructiva[68] .
La imposibilidad, señalada por Wittgenstein, de plantear cuestiones éticas[69]
, cuestiones que atañen al ‘problema de nuestra vida’, no implica el
menosprecio de esta ‘tendencia del espíritu humano’ a plantear tales
cuestiones, sino más bien el reconocimiento de las limitaciones del
discurso científico. “Nosotros sentimos que incluso si todas las
posibles cuestiones científicas pudieran responderse, el problema de
nuestra vida no habría sido más penetrado”[70]
Adolfo Vásquez Rocca Dr. en Filosofía y Letras
NOTAS:
[2]
La mayoría de los escritos de Wittgenstein se asemejan mucho a un
pensar en voz alta, hasta el punto de que parecen reproducir el
movimiento mismo del pensamiento sin esforzarse en fingir ninguna unidad
argumentativa superior.
[3] Sólo acerca de la importancia del Tractatus
Russell ha señalado que aquella era una obra que “en lo sucesivo no
podría ser dejada de lado por ningún filósofo al que hubiera que tomar
en serio” (Introducción al Tractatus). Lo que es confirmado por
el juicio de Keynes, quien, en carta a Wittgenstein, señala: “Aún no
sé que decirle de su libro, como no sé manifestarle que tengo la
sensación de que se trata de una obra extraordinariamente importante y
genial. Es igual que la obra sea acertada o esté equivocada; desde que
fue escrita domina todas las discusiones serias en Cambridge” (Citado
por W: Baus en Ludwig Wittgenstein, Ed. Alianza, Madrid, 1988, p. 137 y 138).
[4] L. Wittgenstein, Tractatus Lögico- Philosiphicus, 4.112
[5] L. Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 133.
[6]
“Para una respuesta que no se puede expresar, la pregunta tampoco puede
expresarse. No hay enigma. Si se puede plantear una cuestión, también
se puede responder”. (L: Wittgenstein, Tractatus Lógico-Philosophicus, 6.5).
No hay pregunta sin respuesta (no hay enigma). Si se puede plantear
una cuestión, también se puede responder; si una respuesta no se puede
expresar, la pregunta tampoco puede expresarse. Como señal Frege, “con
toda oración asertiva se puede formular una pregunta por una oración… la
oración interrogativa y la oración asertiva contienen el mismo
pensamiento” (G: Frege, Art. “El Pensamiento, una Investigación
Lógica”, Lógica y Semántica, Ed. Universitaria de Valparaíso,
1972, p. 111. Trad. De Alfonso Gómez –Lobo.) Por lo tanto, pretender
dudar allí en donde no se puede plantear una pregunta equivale a
pretender pensar lo que no puede pensarse.
[7] L. Wittgenstein, Cuaderno Azul,p. 65.
[8]
“Cuando los filósofos usan palabras como `conocimiento’, ‘ser’,
‘objeto’, ‘yo’, ‘proposición’, ‘nombre’ – y tratan de captar la
‘esencia’ de la cosa, siempre se ha de preguntar: ¿Se usa efectivamente
esta palabra de este modo en el lenguaje que tiene su tierra natal?.
Nosotros reconducimos las palabras de su empleo metafísico a su empleo
cotidiano”. (WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 16.)
El filósofo dice “sólo mis experiencias son reales”, no está usando la
palabra “real “ en ningún sentido ordinario, como, por ejemplo, cuando
la usamos en contraste con “fingida”,
etc
“…podría dar la impresión de que consideramos que nuestra tarea es la
reforma del lenguaje. Una reforma semejante para fines prácticos, el
mejoramiento de nuestra terminología para evitar malentendidos en el uso
práctico, es perfectamente posible. Pero éstos no son los casos con
los que hemos de habérnoslas. Las confusiones que nos ocupan surgen,
por así decirlo, cuando el lenguaje marcha en el vacío, no cuando
trabaja”. (Id. 132.)
Una declaración metafísica es como “…una rueda que puede girar sin que
nada se mueva con ella, no forma parte del mecanismo”. (Id. 271.)
[9] Id.111.
[10] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 77.
[11] Id., pp. 54 y 55
Los problemas filosóficos son perplejidades que deben ser desenmascaradas como gratuitas preocupaciones intelectuales.
[12] Id. 54.
[13] Id. P. 55.
[14] Id.
[15] HERTZ, Principles of Mechanics, citado por L. WITTGENSTEIN en Cuaderno Azul,p. 55
[16] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 55.
[17] Id.
[18] Id., p. 56.
[19] La explicación del concepto de “juego de lenguaje” tendrá lugar con el desarrollo de la teoría del significado como uso.
[20] Cf. L. WITTGENSTEN,Investigaciones Filosóficas, 116
[21] K. T. FANN, o.c., p. 84.
[22]
Íntimamente conectada con la concepción agustiniana del lenguaje está
la opinión de que la definición “ostensiva” es el acto fundamental por
el que se da significado a una palabra.
[23] Una exposición más extensa de la teoría del significado como uso se encuentra en el capítulo Pensamiento y Lenguaje.
[24] L. Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 43
[25] Id., 3.
[26] Id., 47
[27] “Los problemas se resuelven no aduciendo nueva experiencia, sino compilando lo ya conocido.” (L: WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 109.)
“…se podría llamar también filosofía a lo que es posible antes de todos los nuevos descubrimientos e invenciones.” (Id., 126.)
[28]
“Un problema filosófico es como un rompecabezas, todas las piezas
(hechos) están allí, tan sólo que están mezclados.” (L. WWITGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 46.)
“La filosofía coloca únicamente una cosa delante de nosotros y ni
explica ni deduce nada. Puesto que todo está situado ante nuestros
ojos, no hay nada que explicar. Porque lo que está oculto no nos
interesa…” (L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 126.)
[29] “…mejorar nuestra terminología para prevenir los malentendidos.” (L. WWITGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 132)
[30] M.LAZEROWITZ –A. AMBROSE, Necesidad y Filosofía, Ed. Univ. Nac. Autónoma de México, 1985, p. 127.
[31] L. WITTGENSTEIN, investigaciones Filosóficas, 47.
[32] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 65.
[33] Id., p .88.
[34]
Wittgenstein critica la metafísica porque se presenta en forma empírica
y no porque trate asuntos triviales. De igual forma, al criticar a
FREUD no lo hacía porque creyera que este estuviera realizando un
trabajo trivial: “Freud está constantemente alegando ser científico.
Pero lo que ofrece es especulación, algo que es previo incluso a la
formulación de una hipótesis”. (Lectures and Conversations, p. 44).
[35]
Wittgenstein usa “gramatical”, “conceptual” y, a veces “lógico”,
“tautológico”, de forma intercambiable. Lo mismo ocurre con
“empírico”, “experiencial” y “factual”.
[36] L WITTGENSTEIN, Zettel, Ed. Univ. Nac. Autónoma de México, 1985 (segunda edición castellana), 458
[37] T: K: FANN, o.c., p. 111.
[38]
“Cuando decimos: `Yo no puedo sentir su dolor`, se presenta por sí
misma ante nosotros la idea de una barrera insuperable…” “Nuestra
indesición entre la imposibilidad lógica y la física nos hace enunciados
como el anterior”. (L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, pp. 88 y 89.)
[39] Cf. M. LAZEROWITZ – A. AMBROSE, o. c., p. 148.
[40] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 47.
[41] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 55.
[42] Cf. L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 295.
[43] L. WITTGENSTEIN, Zettel, 134.
[44] Cf: L WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, pp. 54 y 55.
[45]
G. E. MOORE, “Wittgenstein’s Lectures 1930 – 33”, en su Philosophical
Papers, Londres, 1959, p. 323. Citado en FANN, o.c,p. 108.
[46] L. WITTGENSTEIN., Investigaciones Filosóficas, 123.
[47]
“La filosofía desata los nudos de nuestro pensamiento, los nudos que
nosotros estúpidamente hemos hecho en él; pero para desatarlos debe
hacer movimientos tan complicados como esos nudos. Aunque el resultado
de la filosofía es simple, su método, si quiere llegar a ese resultado,
no puede serlo. La complejidad de la filosofía no reside en su tema, si
no en lo enredado de nuestra comprensión.” (L. WITTGENSTEIN, Philosophische Benerkungen, 52; traducción de Norman Malcolm. The Philosophical Review, Vol. LXXVI.p.229. Citado en A. KENNY, Wittgenstein, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1974, p. 28.)
“La filosofía desata nudos en nuestro pensar; de ahí que su resultado
deba ser simple, pero el filosofar es tan complicado como los nudos que
desata.” (L: Wittgenstein, Zettel, 452.)
En su obra Principles of Mechanics, Hertz,
de quien Wittgenstein reconoce influencia, describe un problema
filosófico como un nudo en nuestro pensamiento: “Alrededor del término
‘fuerza’ hemos acumulado relaciones que no se pueden reconciliar entre
sí. Tenemos vaga conciencia de ello y queremos aclarar las cosas.
Nuestro confuso deseo halla su expresión en la confusa pregunta acerca
de la naturaleza de la fuerza. Pero lo que queremos en realidad no es
una respuesta a tales preguntas. No es hallando nuevas relaciones y
conexiones entre las cosas ya conocidas y de tal forma reduciendo quizá
su número. Cuando se eliminen tan dolorosas contradicciones no se habrá
contestado las preguntas acerca de la naturaleza de la fuerza, sino que
nuestras mentes, libres ya de sus molestias, cesarán de formular
preguntas ilegítimas.” (Citado en FANN, o.c., p. 72)
“…no sólo se produce confusión y disgusto mental cuando no se satisface
nuestra curiosidad sobre determinados hechos…sino también cuando nos
desagrada una notación –quizá a causa de que evoca diversas
asociaciones…De este modo, nosotros a veces deseamos una notación que
acentúe con más fuerza una diferencia, la haga más evidente de lo que la
hace el lenguaje ordinario…” (L: WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p.
92) Las confusiones y los disgustos mentales sólo pueden ser
eliminados (los nudos de nuestro pensamiento sólo pueden ser desatados) a
través de una notación que acentúe la diferencia entre estructuras
similares de nuestro lenguaje.
[48] L: WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 109.
[49] Id., 309
[50] N. MALCOLM, Ludwig Wittgenstein: A Menoir, Londres, 1958, p. 51. Citado en FANN, o.c., p. 108.
[51] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 255.
[52] T.K FANN, o.c., p. 128.
[53] L: WITTGENSTEIN, Zettel, 382.
[54] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 133.
[55] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 92.
[56] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 133.
[57] Id., 124..
[58] J. FERRATER MORA, “Wittgenstein o la destrucción”, en sus Cuestiones Disputadas, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1955, p. 188.
[59] P. WINCH y colaboradores, Estudios sobre la Filosofía de Wittgenstein, EUDEBA, 1971, p. (Introducción).
[60] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 116.
[61] L: WITTGENSTEIN, Tractatus, 4. 112
[62] Véase el Capítulo “El Origen de los Problemas Filosóficos”
[63] L WITTGENSTEIN; Tractatus, 4.003
[64] L. wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 124
[65]
Para abordar cualquier problema es necesario realizar un previo
análisis gramatical de los términos para así determinar a qué juego
pertenecen y en definitiva como debe ser tratado.
[66] Véase el Capítulo “La Identidad Formal entre Pensamiento y Lenguaje”.
[67] Véase el Capitulo “La Originalidad de la Filosofía respecto de la Ciencia”.
[68] Véase el Capítulo “Posición ante la Metafísica y la Ética”.
[69]
“Cuanto podamos decir sobre la ética podemos a-priori considerarlo sin
sentido…Considero importante que se ponga fin a tanta charlatanería
sobre la ética – que si existe un conocimiento, que si existen valores,
que si se puede definir el bien, etc. - En la ética siempre se intenta
decir algo que no concierne ni puede concernir a la esencia del
asunto…Pero la tendencia, el correr contra, señala a algo”.
FRIEDRICH WAISMANN, Ludwig Wittgenstein y El Círculo de Viena, pag.61.
[70] L. Wittgenstein, Tractatus, 6.52.
©THEORIA - PROYECTO CRÍTICO DE CIENCIAS SOCIALES - GRUPO DE INVESTIGACIÓN UCM
donde no se puede plantear una pregunta equivale a pretender pensar lo que no puede pensarse.
[7] L. Wittgenstein, Cuaderno Azul,p. 65.
[8]
“Cuando los filósofos usan palabras como `conocimiento’, ‘ser’,
‘objeto’, ‘yo’, ‘proposición’, ‘nombre’ – y tratan de captar la
‘esencia’ de la cosa, siempre se ha de preguntar: ¿Se usa efectivamente
esta palabra de este modo en el lenguaje que tiene su tierra natal?.
Nosotros reconducimos las palabras de su empleo metafísico a su empleo
cotidiano”. (WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 16.)
El filósofo dice “sólo mis experiencias son reales”, no está usando la
palabra “real “ en ningún sentido ordinario, como, por ejemplo, cuando
la usamos en contraste con “fingida”,
etc
“…podría dar la impresión de que consideramos que nuestra tarea es la
reforma del lenguaje. Una reforma semejante para fines prácticos, el
mejoramiento de nuestra terminología para evitar malentendidos en el uso
práctico, es perfectamente posible. Pero éstos no son los casos con
los que hemos de habérnoslas. Las confusiones que nos ocupan surgen,
por así decirlo, cuando el lenguaje marcha en el vacío, no cuando
trabaja”. (Id. 132.)
Una declaración metafísica es como “…una rueda que puede girar sin que
nada se mueva con ella, no forma parte del mecanismo”. (Id. 271.)
[9] Id.111.
[10] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 77.
[11] Id., pp. 54 y 55
Los problemas filosóficos son perplejidades que deben ser desenmascaradas como gratuitas preocupaciones intelectuales.
[12] Id. 54.
[13] Id. P. 55.
[14] Id.
[15] HERTZ, Principles of Mechanics, citado por L. WITTGENSTEIN en Cuaderno Azul,p. 55
[16] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 55.
[17] Id.
[18] Id., p. 56.
[19] La explicación del concepto de “juego de lenguaje” tendrá lugar con el desarrollo de la teoría del significado como uso.
[20] Cf. L. WITTGENSTEN,Investigaciones Filosóficas, 116
[21] K. T. FANN, o.c., p. 84.
[22]
Íntimamente conectada con la concepción agustiniana del lenguaje está
la opinión de que la definición “ostensiva” es el acto fundamental por
el que se da significado a una palabra.
[23] Una exposición más extensa de la teoría del significado como uso se encuentra en el capítulo Pensamiento y Lenguaje.
[24] L. Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 43
[25] Id., 3.
[26] Id., 47
[27] “Los problemas se resuelven no aduciendo nueva experiencia, sino compilando lo ya conocido.” (L: WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 109.)
“…se podría llamar también filosofía a lo que es posible antes de todos los nuevos descubrimientos e invenciones.” (Id., 126.)
[28]
“Un problema filosófico es como un rompecabezas, todas las piezas
(hechos) están allí, tan sólo que están mezclados.” (L. WWITGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 46.)
“La filosofía coloca únicamente una cosa delante de nosotros y ni
explica ni deduce nada. Puesto que todo está situado ante nuestros
ojos, no hay nada que explicar. Porque lo que está oculto no nos
interesa…” (L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 126.)
[29] “…mejorar nuestra terminología para prevenir los malentendidos.” (L. WWITGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 132)
[30] M.LAZEROWITZ –A. AMBROSE, Necesidad y Filosofía, Ed. Univ. Nac. Autónoma de México, 1985, p. 127.
[31] L. WITTGENSTEIN, investigaciones Filosóficas, 47.
[32] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 65.
[33] Id., p .88.
[34]
Wittgenstein critica la metafísica porque se presenta en forma empírica
y no porque trate asuntos triviales. De igual forma, al criticar a
FREUD no lo hacía porque creyera que este estuviera realizando un
trabajo trivial: “Freud está constantemente alegando ser científico.
Pero lo que ofrece es especulación, algo que es previo incluso a la
formulación de una hipótesis”. (Lectures and Conversations, p. 44).
[35]
Wittgenstein usa “gramatical”, “conceptual” y, a veces “lógico”,
“tautológico”, de forma intercambiable. Lo mismo ocurre con
“empírico”, “experiencial” y “factual”.
[36] L WITTGENSTEIN, Zettel, Ed. Univ. Nac. Autónoma de México, 1985 (segunda edición castellana), 458
[37] T: K: FANN, o.c., p. 111.
[38]
“Cuando decimos: `Yo no puedo sentir su dolor`, se presenta por sí
misma ante nosotros la idea de una barrera insuperable…” “Nuestra
indesición entre la imposibilidad lógica y la física nos hace enunciados
como el anterior”. (L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, pp. 88 y 89.)
[39] Cf. M. LAZEROWITZ – A. AMBROSE, o. c., p. 148.
[40] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 47.
[41] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 55.
[42] Cf. L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 295.
[43] L. WITTGENSTEIN, Zettel, 134.
[44] Cf: L WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, pp. 54 y 55.
[45]
G. E. MOORE, “Wittgenstein’s Lectures 1930 – 33”, en su Philosophical
Papers, Londres, 1959, p. 323. Citado en FANN, o.c,p. 108.
[46] L. WITTGENSTEIN., Investigaciones Filosóficas, 123.
[47]
“La filosofía desata los nudos de nuestro pensamiento, los nudos que
nosotros estúpidamente hemos hecho en él; pero para desatarlos debe
hacer movimientos tan complicados como esos nudos. Aunque el resultado
de la filosofía es simple, su método, si quiere llegar a ese resultado,
no puede serlo. La complejidad de la filosofía no reside en su tema, si
no en lo enredado de nuestra comprensión.” (L. WITTGENSTEIN, Philosophische Benerkungen, 52; traducción de Norman Malcolm. The Philosophical Review, Vol. LXXVI.p.229. Citado en A. KENNY, Wittgenstein, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1974, p. 28.)
“La filosofía desata nudos en nuestro pensar; de ahí que su resultado
deba ser simple, pero el filosofar es tan complicado como los nudos que
desata.” (L: Wittgenstein, Zettel, 452.)
En su obra Principles of Mechanics, Hertz,
de quien Wittgenstein reconoce influencia, describe un problema
filosófico como un nudo en nuestro pensamiento: “Alrededor del término
‘fuerza’ hemos acumulado relaciones que no se pueden reconciliar entre
sí. Tenemos vaga conciencia de ello y queremos aclarar las cosas.
Nuestro confuso deseo halla su expresión en la confusa pregunta acerca
de la naturaleza de la fuerza. Pero lo que queremos en realidad no es
una respuesta a tales preguntas. No es hallando nuevas relaciones y
conexiones entre las cosas ya conocidas y de tal forma reduciendo quizá
su número. Cuando se eliminen tan dolorosas contradicciones no se habrá
contestado las preguntas acerca de la naturaleza de la fuerza, sino que
nuestras mentes, libres ya de sus molestias, cesarán de formular
preguntas ilegítimas.” (Citado en FANN, o.c., p. 72)
“…no sólo se produce confusión y disgusto mental cuando no se satisface
nuestra curiosidad sobre determinados hechos…sino también cuando nos
desagrada una notación –quizá a causa de que evoca diversas
asociaciones…De este modo, nosotros a veces deseamos una notación que
acentúe con más fuerza una diferencia, la haga más evidente de lo que la
hace el lenguaje ordinario…” (L: WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p.
92) Las confusiones y los disgustos mentales sólo pueden ser
eliminados (los nudos de nuestro pensamiento sólo pueden ser desatados) a
través de una notación que acentúe la diferencia entre estructuras
similares de nuestro lenguaje.
[48] L: WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 109.
[49] Id., 309
[50] N. MALCOLM, Ludwig Wittgenstein: A Menoir, Londres, 1958, p. 51. Citado en FANN, o.c., p. 108.
[51] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 255.
[52] T.K FANN, o.c., p. 128.
[53] L: WITTGENSTEIN, Zettel, 382.
[54] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 133.
[55] L. WITTGENSTEIN, Cuaderno Azul, p. 92.
[56] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 133.
[57] Id., 124..
[58] J. FERRATER MORA, “Wittgenstein o la destrucción”, en sus Cuestiones Disputadas, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1955, p. 188.
[59] P. WINCH y colaboradores, Estudios sobre la Filosofía de Wittgenstein, EUDEBA, 1971, p. (Introducción).
[60] L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosóficas, 116.
[61] L: WITTGENSTEIN, Tractatus, 4. 112
[62] Véase el Capítulo “El Origen de los Problemas Filosóficos”
[63] L WITTGENSTEIN; Tractatus, 4.003
[64] L. wittgenstein, Investigaciones Filosóficas, 124
[65]
Para abordar cualquier problema es necesario realizar un previo
análisis gramatical de los términos para así determinar a qué juego
pertenecen y en definitiva como debe ser tratado.
[66] Véase el Capítulo “La Identidad Formal entre Pensamiento y Lenguaje”.
[67] Véase el Capitulo “La Originalidad de la Filosofía respecto de la Ciencia”.
[68] Véase el Capítulo “Posición ante la Metafísica y la Ética”.
[69]
“Cuanto podamos decir sobre la ética podemos a-priori considerarlo sin
sentido…Considero importante que se ponga fin a tanta charlatanería
sobre la ética – que si existe un conocimiento, que si existen valores,
que si se puede definir el bien, etc. - En la ética siempre se intenta
decir algo que no concierne ni puede concernir a la esencia del
asunto…Pero la tendencia, el correr contra, señala a algo”.
FRIEDRICH WAISMANN, Ludwig Wittgenstein y El Círculo de Viena, pag.61.
[70] L. Wittgenstein, Tractatus, 6.52.
Adolfo Vásquez Rocca Libro Peter Sloterdijk ESFERAS
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en FilosofíaDirector de Revista Observaciones Filosóficas
Eastern Mediterranean University
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
Valparaíso, Chile
Web: www.danoex.net/adolfovasquezrocca.html
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Adscripción Académica
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Escuela Matríztica
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
Académico Investigador Postgrado Multiversidad Mundo Real Edgar Morin – Programa de Doctorado Internacional en Pensamiento Complejo – Centro Mundial de Altos Estudios para la transformación social desde las Ciencias de la Complejidad, la Transdisciplina y el Pensamiento Complejo, 2015.
Tutor Doctoral: Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Líneas de Investigación
Universidad Complutense de Madrid
Escuela Matríztica
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Multiversidad Mundo Real Edgar Morin
Académico Investigador Postgrado Multiversidad Mundo Real Edgar Morin – Programa de Doctorado Internacional en Pensamiento Complejo – Centro Mundial de Altos Estudios para la transformación social desde las Ciencias de la Complejidad, la Transdisciplina y el Pensamiento Complejo, 2015.
Tutor Doctoral: Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Líneas de Investigación
Trayectoria Académica
Doctor en Filosofía
por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado
Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Teoría
del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de Especialización
Antropología y Estética.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia. Miembro del Consejo Editorial de Ludus Complexus: revista multiversitaria de complejidad, publicación científica del Doctorado Internacional en Pensamiento Complejo - Multiversidad Edgar Morin. Integrante del Comité científico de Revista Trama Interdisciplinar -Revista do Programa de Pós-Graduação Interdisciplinar em Educação, Arte e História da Cultura, Universidade Presbiteriana Mackenzie, São Paulo - SP, 01302-907, Brasil.
Miembro Cartera de árbitros -dictaminador internacional- de El Ornitorrinco Tachado Revista de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de México UAEM.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
Profesor de Postgrado, Magíster en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013–2014 –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago, Área 'Filosofía fundamental' –dirigida por el Dr. Humberto Maturana.
Académico Investigador de Postgrado Multiversidad Mundo Real Edgar Morin; Programa de Doctorado Internacional en Pensamiento Complejo dictado por el Centro Mundial de Altos Estudios para la transformación social desde las Ciencias de la Complejidad, la Transdisciplina y el Pensamiento Complejo, 2015.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia. Miembro del Consejo Editorial de Ludus Complexus: revista multiversitaria de complejidad, publicación científica del Doctorado Internacional en Pensamiento Complejo - Multiversidad Edgar Morin. Integrante del Comité científico de Revista Trama Interdisciplinar -Revista do Programa de Pós-Graduação Interdisciplinar em Educação, Arte e História da Cultura, Universidade Presbiteriana Mackenzie, São Paulo - SP, 01302-907, Brasil.
Miembro Cartera de árbitros -dictaminador internacional- de El Ornitorrinco Tachado Revista de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de México UAEM.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
Profesor de Postgrado, Magíster en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013–2014 –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago, Área 'Filosofía fundamental' –dirigida por el Dr. Humberto Maturana.
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Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología, Estética y
Filosofía Contemporánea en el Departamento de Artes y Humanidades de la
Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Arquitectura,
Psicología y Periodismo UNAB. –En octubre de 2006 y 2007 es invitado por
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Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk y Fukuyama: la nueva economía de la ira, el "retorno de la historia" y la situación poscomunista", TRAMA INTERDISCIPLINAR, São Paulo.
Vásquez Rocca, Adolfo, “La Función Terapéutica de la Filosofía y la noción de problema en Wittgenstein” – (Ludwig Wittgenstein Society), En Redazione Rosebud - Anno V, DUBLIN, Ireland,
Vásquez Rocca, Adolfo, “Raúl Ruiz: La recta provincia y la invención de Chile”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid,
Vásquez Rocca, Adolfo, “Carl Gustav Jung: Arquetipos, Mística e Inconsciente Colectivo”, (Jung Society - Dublin), En Redazione Rosebud –Critica, Scrittura, Giornalismo– Anno V, DUBLIN, Ireland, Febrero, 2014
Vásquez Rocca, Adolfo, “La Función Terapéutica de la Filosofía y la noción de problema en Wittgenstein” – (Ludwig Wittgenstein Society), En Redazione Rosebud - Anno V, DUBLIN, Ireland,
Vásquez Rocca, Adolfo, “Raúl Ruiz: La recta provincia y la invención de Chile”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid,
Vásquez Rocca, Adolfo, “Carl Gustav Jung: Arquetipos, Mística e Inconsciente Colectivo”, (Jung Society - Dublin), En Redazione Rosebud –Critica, Scrittura, Giornalismo– Anno V, DUBLIN, Ireland, Febrero, 2014
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Rorty: De la Teoría Crítica a la Modernidad líquida y el Pragmatismo
norteamericano”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, SAF Sociedad Asturiana de Filosofía, Oviedo, Nº 60.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Derrida: Deconstrucción, différance y diseminación; una historia de parásitos, huellas y espectros”. En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 19 / 2014 – ISSN 0718-3712.
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Psicopolítica, sociedad sitiada y Movimiento de los Indignados: La modernidad líquida y sus parias. Zygmunt Bauman y Edward Snowden”, En Revista Almiar - III Época Nº 76 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Derrida: Deconstrucción, différance y diseminación; una historia de parásitos, huellas y espectros”. En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 19 / 2014 – ISSN 0718-3712.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Freud, negociación, culpa y crueldad: las pulsiones y sus destinos, eros y thanatos (agresividad y destructividad)”, En EIKASIA Nº 57, 2014, Revista de Filosofía, Oviedo, SAF.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26.
(2013)
Vásquez Rocca, Adolfo, "Arte Conceptual y Posconceptual. La idea como arte: Duchamp, Beuys, Cage y Fluxus", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 37.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: El animal acrobático, prácticas antropotécnicas y diseño de lo humano”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, NÓMADAS. Nº 39.
Vásquez Rocca, Adolfo, " Foucault; 'Los Anormales', una Genealogía de lo Monstruoso; Apuntes para una Historiografía de la Locura.", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, —NÓMADAS. Nº 34.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: Neuroglobalización, estresores y prácticas psico-inmunológicas", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 35.
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Libros
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.:
978-84-7822-523-1
Libro: Rorty: el Giro narrativo de la Ética o la Filosofía como género literario [Compilación de Conferencias en México D.F.] Editorial Hombre y Mundo (H & M), México, 2009, 450 páginas I.S.B.N.: 978-3-7800-520-1
Libro: Rorty: el Giro narrativo de la Ética o la Filosofía como género literario [Compilación de Conferencias en México D.F.] Editorial Hombre y Mundo (H & M), México, 2009, 450 páginas I.S.B.N.: 978-3-7800-520-1
Publicaciones Catalogadas en:
DOAJ → Directory of Open Access Journals
DIALNET → Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
Publications Scientific →
Biblioteket og Aarhus Universitet, Denmark | Det Humanistiske Fakultet →
Biblioteca Universia → Unesco - CSIC
Biblioteca UCM → Universidad Complutense de Madrid
Biblioteca de la Universidad de Oviedo → Repositorio institucional.
Biblioteca Asociación Filosófica UI →
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Publicaciones Indexadas en Revista Nómadas
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Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Novela, Arte, Diseño, Filosofía,
Antropología, Poesía, Narrativa, Sociedad, Cultura, Psicología,
Pedagogía, Chile, Estética, Teatro, Literatura, Política, Educación, Dr.
Adolfo Vásquez Rocca, Adolfo Vásquez Rocca, Sociología
'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FUNCIÓN TERAPEÚTICA DE LA FILOSOFÍA Dr. ADOLFO VASQUEZ ROCCA
'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FUNCIÓN TERAPEÚTICA DE LA FILOSOFÍA Dr. ADOLFO VASQUEZ ROCCA
'EL EGO SUSPENDIDO' O LA FUNCIÓN TERAPEÚTICA DE LA FILOSOFÍA Dr. ADOLFO VASQUEZ ROCCA
adolfovrocca@gmail.com